Fabián
Las cosas han salido pésimas este día, y yo soy el único culpable, al mandar los papeles del divorcio se me pasó una firma y es por eso que Dolores está aquí, pensé que cuando la volviera a ver, la perdonaría y le rogaría que volviera conmigo, pero grande fue mi sorpresa cuando no hubo tal sentimiento, no niego que está hermosa, mucho más que antes cuando usaba ropa sencilla y se conformaba con lo que yo podía darle, ahora es un mujer sofisticada, con ropa de lujo y joyas caras, aún así no causó ningún sentimiento en mi, más que lástima, porque se ha convertido en una mujer superficial y vacía, no es la mujer que yo conocí y de la cuál me enamoré. Y con eso me di cuenta de otra cosa, que en mi corazón ya no tiene cabida, porque ya está ocupado con alguien más y aquí viene lo terrible de mi dia, que no he podido ver a Georgina, ni siquiera hemos cruzado palabra y eso me tiene desesperado y a la vez esperanzado, ahora sé sin lugar a dudas que la amo y también sé sin lugar a dudas, que no existirá ningún tipo de sombra sobre nosotros si nuestra relación se concreta, porque uno de mis temores era lo que pasaría si Dolores volviera a mi vida y esa pregunta ya está contestada, no pasará nada, porque ella ya no forma parte de mi vida, ni provoca ninguna reacción en mi, más que lo que ya dije antes, lástima, porque se ha vendido al mejor postor, y por su actitud deduzco que no está satisfecha, porque intenta provocarme, aún cuando yo no le doy pie para ello.Ya está oscureciendo. Estoy en mi casa, desde aquí puedo ver la casa principal y sé que Georgina llegó de la ciudad desde la tarde, pero no ha hecho el intento de acercarse a mi, y eso me tiene mal, no entiendo porque me rehuye, desearía poder acercarme y buscarla, pero no lo hago por no encontrarme con Dolores. Es tan hábil para ganarse a los demás, no se cómo lo hizo pero ya está hospedada con los padres de Georgina, a mi me da igual en donde esté, siempre y cuando no sea conmigo. Durante el día me buscó en varias ocasiones y tuve que parar sus avances, en cambio mis hijos nisiquiera me dirigen la palabra, están en su mundo concentrados en sus caros dispositivos electrónicos, no se separan de ellos y se pierden en su mundo. Tan diferentes a los otros dos pequeños, han estado gran parte del día conmigo, todo les gusta, todo les llama la atención, son dulces y amables, y me tratan con respeto, además de que son muy cariñosos. Me siento muy agusto con ellos, debería alejarme por ser hijos del hombre que destruyó mi hogar y se llevó a los míos, pero es imposible no quererlos, además de que no son responsables por los actos de su padre o de Dolores, ellos son especiales y me alegra haberlos conocido. Al menos algo bueno salió de todo esto.
Salgo de mi casa y miró hacia la casa principal, esperando ver a Georgina, todo está tan silencioso. Observó algo que se mueve y es ella, pero no está saliendo por la puerta principal, se dirige hacia la parte trasera. Me apresuró a alcanzarla.
Georgina
Él día ha terminado, y ha sido sumamente difícil, sobre todo porque he estado evitando a Fabián, me propuse no verlo para no darme cuenta de lo feliz que está, al tener a su esposa aquí, y para no verla a ella. Pero no funcionó, porque ciertamente no lo vi a él, pero a ella no pude quitármela de encima, resulta que cuando regresé de la ciudad, por la tarde, me encontré con ella y los niños dentro de mi casa. ¿pueden creerlo? En mi casa y eso no es lo peor, lo peor fue cuando ella me vio pasar._ ¡Espera! - me detuvo cuando iba de camino a mi recámara. _ ¿en donde te habías metido? Necesito que alguien me atienda.
_ Estoy ocupada. - fue mi respuesta. Sabía que desde la mañana me había confundido con una empleada del rancho, pero ahora se atrevía a tratarme como a una sirvienta. Eso me llenó de rabia, no porque me confundiera con alguien del servicio, si no, por su forma altanera y mal educada de tratarme.
_ Me importa poco si estás ocupada. - me miró con desdén y enojo. _ tu obligación es atenderme, por si no te has dado cuenta soy la invitada de los Anderson.
_ Lo sé. - dije. _ y disculpame pero en este momento no puedo atenderte. - por supuesto yo me refería a que no podía atenderla como anfitriona, pero ella no lo sabía. _ te enviaré a alguien más que lo haga. - intenté seguir mi camino.
_ Te lo estoy ordenando a ti. - me tomó con brusquedad del brazo.
Yo me asusté, la verdad es, que no es la primera vez que sufro violencia, en la escuela, había un grupo que siempre me acosaba, hasta que casi me matan, así que, el que ella hiciera esto me intimidó de momento, pero luego pensé en mi hermano, en sus palabras durante y después del proceso de mi recuperación.
_ Nadie tiene derecho a tratarte mal y menos a obligarte a hacer lo que no quieras. - me repetía constantemente.
Después de esos días oscuros, él estuvo más atento a mi y mis necesidades, me defendió siempre y me aconsejó. Así que cada vez que me hallaba en una situación difícil, solo recordaba sus palabras.
_ Te mandaré a alguien. - me solté con fuerza, y salí de prisa, sin darle tiempo a replicar. - si antes tenía intenciones de enviarle a alguien , por supuesto que ahora no lo haría, yo apreciaba a la gente que trabajaba para nosotros y no mandaría a nadie para que esa bruja lo maltratara, que se atendiera sola.
Subí a mi recámara, pero sentía que me ahogaba, los recuerdos de esa época negra empezaron a abrumarme, así que decidí salir de la casa, pero lo hice por la puerta de servicio, no quería pasar de nuevo por dónde esa mujer estaba.
Me dirigí hacia la parte trasera de la casa, ahí se extendia un hermoso jardín, luego un bosque frondoso y un camino que llevaba hacia un pequeño riachuelo de aguas transparentes, en verano eran calidas, pero ahorita estarían heladas, no me importó, solo me sentaría a la rivera a contemplarlas, necesitaba que mi ansiedad se alejara de mi.
Apresuro el paso, pero no llego muy lejos, cuando siento que alguien viene detrás de mi, mi primer pensamiento es que ella me vio y me siguió, pienso en apresurar más el paso y huir, pero en lugar de eso, me detengo para enfrentarla, sin embargo, me sorprendo al ver que no es ella.
_ Disculpa que te siga. - se detiene Fabián a mi lado. Mi corazón se estremece y empieza a latir apresurado. _ sé que es tarde, pero hoy no te vi en todo el día.
_ ¿Necesitas algo? - trato de contener mi ansiedad. No quiero que se de cuenta de lo desesperada que estoy por estar con él. _ se me fue el día, pero cualquier asunto de trabajo podemos dejarlo para mañana. Ahora sé que estás muy ocupado con tu familia.
_ No es de trabajo. - me dijo serio. _ y a mis hijos no les interesa pasar tiempo conmigo.
_ Pero a tu esposa sí. - rehuí su mirada.
_ No importa lo que ella quiera. - dijo mirándome a los ojos. _ yo no quiero pasar mi tiempo con ella. Te extrañé mucho hoy. - se acercó demasiado a mi.
_ Tu eres muy capaz. - insistí. _ no me necesitas para hacer tu trabajo.
_ Te repito que no se trata de trabajo. - acortó la distancia. _ anoche me la pasé tan bien, que hoy solo estuve pensando en ti y esperando el momento en poder verte. - extendió su mano y tocó mi rostro. Me sorprendió, pero no me aparté, su caricia era tan tierna, tan reconfortante, que deseé que nunca se alejara de mi.
No dije nada, solo me deje llevar por las emociones que ese simple toque provocaba en mi. De pronto me encontré deseando que me envolviera entre sus brazos y que me besara, sabía que si lo hacía, no sería capaz de resistirme, aún sabiendo que era un hombre casado y que su esposa e hijos, se encontraban a unos cuantos metros de nosotros.
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UNA LUZ EN MI OSCURIDAD/No. 2 De La Serie: HERMANOS
RomancePara Fabián, las cosas no fueron fáciles y nadie le dijo que lo serían. Después de vivir toda su niñez y su juventud, bajo el yugo de un padre autoritario y prepotente y de una madre que obedecía sus órdenes al pie de la letra y jamás lo contradecía...