CAPÍTULO 24 LA CARTA

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Fabián
Con impaciencia abrí la carta y la leí.

Fabián:
Sé que eres la persona menos indicada para pedirte esto, no por ti, si no por mí y por lo que te hice. Ya te pedí perdón y fue de corazón, no sabía el gran hombre que eras.

Te estoy pidiendo esto, porque sé que, a pesar de las circunstancias, no hay nadie mejor que tú para hacerlo, ni siquiera mi propia familia. Si recibiste esta carta, es porque en estos momentos, mis hijos te necesitan y yo necesito que tú te hagas cargo de ellos, porque seguramente ya esté muerto.

Me apena decirlo, pero tras mi muerte, seguramente mi familia se los llevó, es lo lógico y lo que procede, pero en cuanto se enteren de que no recibirán nada a cambio, que mis niños ya no tienen herencia, y que yo ya no tenía nada que heredar, sé que van a desentenderse de ellos, estoy seguro de que te los entregarán sin protestar, y si no los recibes tú, seguro se irán a un orfanato. Lamentablemente conozco a mi familia y sé que actuarán de esa forma. A ellos no me apena dejarlos sin lo que están acostumbrados, tendrán que empezar a buscarse la vida solos, pero mis hijos son otra cosa, necesito que queden en buenas manos y ahí es donde entras tú, sé que es mucho pedir, sobre todo por cómo sucedieron las cosas entre ambos, además ahora tendrás a tus hijos, sé que tú serás capaz, y que podrás con unos y con otros, aunque conociendo a su madre, estoy seguro de que ni siquiera te dejará verlos.

Pensé en ti para esto, porque en las pocas ocasiones en las que te vi, pude darme cuenta de que mi perspectiva de ti estaba totalmente equivocada, por tonto le creí a Dolores, aun cuando desde el primer momento en que te vi, mi sentido común me puso en alerta, pero estaba tan deslumbrado por ella, que preferí no hacer caso a los indicios que me decían que las cosas quizás no fueran como ella lo decía y preferí pensar que yo estaba mal.

Luego cuando estuve en el rancho de los padres de Mateo, jamás olvidaré de qué forma te encontré con mis hijos. Mientras los tuyos estaban pegados a su madre jugando con sus aparatos electrónicos, los míos estaban muertos de la risa jugando junto al río y tú, cuidando de ellos, vi cómo te metías a su lado, para protegerlos, aun cuando el agua solo les llegaba a la mitad de sus piernas, y vi como jugabas con ellos. En otra ocasión, vi como con paciencia los cuidaste, mientras montaban a caballo, Lily es muy atrevida y no tiene miedo, pero Ben, él les tenía pánico a los caballos, ningún entrenador fue capaz de convencerlo de subir a uno, sin embargo tú... vi como lo subiste contigo y lo abrazaste y le demostraste que no había nada que temer, vi cómo le hablabas con paciencia, mientras estaban sobre el caballo y como él, poco a poco se fue relajando, hasta permitirse disfrutar del galope del animal, cuando se bajó, se atrevió a acercarse a acariciarlo, contigo detrás, por supuesto. Luego vi como en otra ocasión los defendiste del acoso de tus propios hijos, aun sabiendo que eso los alejaría más de ti.

Eso, solo fue una parte de lo que alcancé a ver, sé que hay mucho más y estoy tan agradecido contigo. La última vez que nos vimos, ya sabes lo que sucedió, sé que mis niños estaban asustados por cómo se los llevó Dolores y tú fuiste un refugio para ellos.

Por todo eso y por la plática que tuvimos, sé que eres la persona ideal para hacerte cargo de mis dos tesoros.

Hablamos de nuestros planes, te prometí cuidar de tus hijos y aún de Dolores, aunque no lo mereciera, lamento no haber cumplido. Espero que tú si puedas llevar a cabo los tuyos, al lado de la mujer que amas, y si aceptas, al lado de mis niños, espero no causarte problemas con ella por esto, creo que no, porque ella, en lo poco que vi, te ama y es como tú, pero si tienes que escoger, no te detengas por mis hijos, solo te pido que no los desampares, que te asegures de que queden en buenas manos y sobre todo que sean amados. Es todo lo que te pido. Y espero no poner una vez más tu mundo de cabeza por esta petición.

Aceptes o no, quiero que sepas que te admiro y que eres un gran hombre, no importa que diga la gente de ti, en especial Dolores y tus hijos.

Gracias, hagas lo que hagas.

La carta venía firmada por Math.

Por supuesto no pude darle mi respuesta en ese momento a su abogado, aun cuando él me dijo que urgía y no pude, porque después de la muerte de mi familia, como dije, Georgina estuvo conmigo y fue mi apoyo, y estuvimos tan cerca uno del otro y por tanto tiempo, que inevitablemente vino el tema de mis hijos, de su muerte, de su incapacidad por darme otro hijo y tocamos el tema de la adopción.

_ ¡No quiero adoptar! - me dijo tajante, cuando le dije que podría ser una opción.

_ ¡Piénsalo! - dije sin entender su negativa. _ ¡le estaremos dando un hogar a alguien que necesita uno!

_ ¡No está a discusión! - me dijo cortante. Me sorprendió mucho su actitud. Porque ella no es así, sin embargo, a partir de ese momento las cosas se pusieron tensas entre nosotros, estaba sería y podría jurar que empezó a evitarme.

Luego vino la visita de ese abogado y no fui capaz de mencionarle lo que Math me estaba pidiendo, ella había sido tan clara y tajante, no deseaba adoptar y yo tenía que decidir si hacerlo o no hacerlo. Cómo siempre pensé que tenía tiempo para tratar de nuevo el tema con ella, porque la verdad es que no encontraba la forma de hacerlo, sin embargo, solo una semana después el abogado me pidió, o más bien me rogó que fuera al lugar de residencia de los niños, sus familiares no los querían tener por más tiempo y estaban a punto de ser enviados a un orfanato.

Él corazón se me encogió ante este panorama, conocía a los pequeños. Había convivido con ellos, ya habían perdido a su padre y a su madre y estaba seguro de que no habían sido bien recibidos por su actual familia, me dolió que estuvieran pasando apuros, eran tan pequeños y seguro se sentirían solos y asustados, así que, sin decir la verdad, volé hasta donde ellos estaban. Pedí unos días de permiso alegando que tenía asuntos que resolver, todavía por lo de la muerte de mi familia, y nadie me cuestionó, aunque creo que ella quizás intuye algo.

En estos momentos estoy en el despacho del abogado y estoy a punto de decidir, no solo mi destino, si no el de dos pequeños huérfanos y el de mi amada prometida.

El día anterior estuve con los pequeños, me recibieron con tanta alegría y tanto amor, que me dolió el corazón solo de pensar qué futuro les esperará si yo no me hago cargo de ellos.

_ El Señor Walker. - dijo el abogado refiriéndose a Math. _ había dispuesto dejarle una pensión a la señora Dolores y a sus hijos con la condición de que no interviniera en la vida de usted, ya sea que le dejara a los niños o se quedara ella con ellos, pero eso ya no fue necesario, sin embargo, me creo en el deber de hacerlo de su conocimiento.

No sé si el abogado lo hizo con toda la intención o no, pero esta información, me obligaba aún más con Math, aunque la verdad es que para mí no representaba ninguna obligación, ya amaba a esos pequeños, mi dilema era con mi prometida.

Recordé el día que salieron del rancho sin saber que a la mayoría de ellos no los volvería a ver.

Math me buscó en mi oficina.

NOTA:
Estamos tan solo a tres capítulos del capítulo final. Gracias por apoyar esta historia.
Bendiciones. ❤️❤️❤️

UNA LUZ EN MI OSCURIDAD/No. 2 De La Serie: HERMANOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora