UNA LUZ EN MI OSCURIDAD/No. 2 De La Serie: HERMANOS

EPÍLOGO Parte 2

Georgina
No es que dudara de Fabián, es que era tan buena persona que temía que abusaran de su bondad y de su buena fe.

Por supuesto que sabía lo preparado y lo mucho que sabía, parecía una biblioteca andante, no había tema que uno le preguntara, del que no supiera, siempre que podía, estaba aprendiendo.

Yo no lo sabía, pero aún antes de conocerlo, él ya estaba estudiando una carrera en línea. Después lo supe, Mateo lo ayudó y lo inscribió cuando aún estaba en el hospital y él aprovechando todo ese tiempo que estaba sin hacer nada lo aprovechaba sacando adelante su carrera, ahora tiene un título y muy merecido. Estoy tan orgullosa de él, porque no anda presumiendo, por el contrario, conserva su humildad y no le importa lo que la gente diga. El solo escucha y luego los calla sin decir nada, el tiempo se encarga de cerrarle la boca a todo aquél que lo crítica.

En este momento me abraza y yo también lo hago, sí me preocupó que firmara ese documento, pero como siempre, él sabía lo que hacía, fui una tonta en no confiar en él y me arrepiento porque sé que lo lastimé, quise remediarlo y lo volví a lastimar, sé que él no me quiso decir nada y yo opté por callarme, soy muy mala para relacionarme con la gente y a veces hablo antes de pensar, pero me conoce y sabe que lo amo y que confío en él, aunque a veces diga tonterías, como ahora.

Se acomoda a mi lado en el espacioso sofá, me envuelve con sus poderosos brazos y continuamos nuestra charla, por supuesto yo me quedo tranquila, porque este asunto está en sus manos.

Fabián
Estoy en un enorme y elegante edificio, que alberga varios negocios, pero principalmente, se trata de despachos que albergan importantes firmas de abogados y en uno de esos me encuentro es el despacho del abogado de esa gente, son tres hermanos con sus respectivas parejas, al parecer Math era el más chico de la familia, porque, tanto su hermano, como sus dos hermanas se ven mucho más grandes que él, todos tienen caras serías, incluyendo al abogado que acaba de entrar al despacho.

Después de las presentaciones, es el hermano de Math, quien toma la palabra.

_ No vamos a andar con rodeos. - dijo mirándome a mí. _ queremos a los niños de vuelta.

_ Si no me equivoco, fueron ustedes quienes ya no quisieron hacerse cargo de ellos. - dije con firmeza. Tener a todos esos pares de ojos atentos a mí, me intimidaba, porque era gente importante y con muchos recursos y yo no, pero no dejaría de pelear por mis niños.

_ Lamentamos haberlo hecho. - tomó la palabra una de las mujeres. _ pero estamos rectificando y nos haremos cargo de ellos, nosotros somos sus parientes más cercanos y nos corresponde hacerlo.

_ Entonces también lo eran. - replico y sin embargo se desentendieron de ellos.

_ Hubo circunstancias. - me mira como si yo no tuviera derecho a estar ahí abogando por ellos.

_ Ellos ahora legalmente son mis hijos, hace dos años que están en mi casa, con mi familia y son felices, me pregunto qué ha cambiado para que ahora quieran sacarlos de la estabilidad que ya tienen, para llevárselos de nuevo a un lugar de dónde ustedes mismos los echaron.

_ No los echamos, simplemente las circunstancias han cambiado. - habló la otra hermana.

_ ¿Qué es lo que ha cambiado? - insistí.

No hubo respuesta, y no la hubo, porque en ese momento se abrió la puerta del despacho y entró el abogado de Math, acompañado de dos hombres mas. Por la sorpresa en todos los rostros incluyendo el del abogado de ellos, deduje que no estaba incluido en esta sesión.

_ Yo sé que es lo que ha cambiado. - dijo el licenciado Smith.

Todos palidecieron, lo que me llamó la atención.