Capítulo 15.

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La culpa es uno de los sentimientos más negativos que puede tener el ser humano y, al mismo tiempo, una de las maneras más utilizadas para manipular a los otros.

—Bernardo Stamateas.

Miraba desde mi sitio como se llevaron a Hayley adentro de la casa, mi madre me miró con molestia y sin pensarlo me dio una bofetada, no dije nada por que me lo merecía, claro que lo merecía

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Miraba desde mi sitio como se llevaron a Hayley adentro de la casa, mi madre me miró con molestia y sin pensarlo me dio una bofetada, no dije nada por que me lo merecía, claro que lo merecía.

—¡¿Viste que lo sucedió Leon?! ¡Hirió a Hayley!

Era más que obvio que estaba molesta, lo vio todo junto con Abel.

—Eres una decepción —la escuché llorar—, tu padre siempre te enseño a defender a las mujeres de cualquier cosa, esa mujer —señaló a Gisselle—, ha cruzado los limites. 

—Pero su alteza... Ella lo merecía, se metió conmigo y yo lo que hice fue defenderme. 

—¡Y tu te callas! ¿Como puedes decir que se lo merecía? ¿Que clase de mujer eres tu? Yo misma vi como la insultaste, en ese caso la que me merecía la bofetada eras tú... Ahora quiero que te largues de aquí y no regreses más, desde hoy tienes prohibido entrar al país, ahora largo.

—Usted no puede hacer eso.

—Oh querida claro que puedo, soy la Reina y yo soy la que mando... Ahora lárgate.

Gisselle se fue hacia adentro, yo solo estaba en silencio sin saber que decir, había sobrepasado el límite, me quedé estático cuando ella la golpeo. 

—Y tu —mire a mi madre— no sabes lo decepcionada que estoy de ti hijo... Hayley no tiene la culpa de las decisiones de tu padre, ya basta de tratarla de esa forma... Ahora ella va a odiarte aun más. Debiste defender a tu esposa. 

Me miro decepcionada y se fue hacia adentro, reaccioné y fui detrás de ella en silencio, los sirvientes estaban abajo esperando que dijeran algo sobre Hayley, subí a la habitación con mi madre y Abel estaba afuera junto con Gerard.

—Su alteza, el médico está atendiendo a la princesa, hay que esperar que salga.

Le dijo Gerard a mi madre, Abel no me miraba, sabía que estaba molesto conmigo por no hacer nada, fui a mi habitación y me encontré con Giselle que estaba recogiendo sus cosas.

—¡Eres un imbécil! ¡Debiste defenderme de tu madre... Es una maldita bruja!

De inmediato la tome por el cuello y lo apreté, estaba comenzando a molestarme. 

La Prometida del Rey. [+18] -Finalizada-✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora