Carne humana

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Aquella mujer de cabellos de fuego, llegaba a la fortaleza verde,  elevada en el aire sostenida por sus inmensas alas negras, se dispuso a mover sus manos en una especie de giros, los cuales se transformaron en bolas de fuego al rededor de sus manos.  Las cuales Nemesis comenzó a lanzar hacia las murallas de piedra de aquel lugar, destruyendolas en el impacto y dejando fuego a su paso, una, y otra, y otra bola más, impactaban en aquellos muros.  La paz que hace unos minutos reinaba en aquella cárcel, se vio alarmada por soldados que corrían de un lado a otro prendidos en fuego,  y otros se disponían a contraatacar.

Cuando la fortaleza estuvo lo bastante hecha pedazos, Nemesis desendio hasta la entrada de la cárcel para, adentrarse en ella,  personas, hombres para ser exactos, corrían despavoridos.
La diosa, llegó hasta las mazmorras donde tenían a todos los prisioneros, con distinto crimen.
Aquella mujer comenzó a pasar su mano derecha sobre las barras de hierro que protegían a los prisioneros, haciendo un leve ruido de sus uñas sobre el metal.  Aquellas personas y criaturas mágicas que se encontraban ahí, comenzaron a gritarle y a rogarle a Nemesis que los sacará de aquel fatal lugar,  entre llantos y gritos,  la diosa pelirroja detuvo sus manos en la última reja de aquel lugar, donde se encontraban sus tres sirvientes.

Nemesis: ¡haineee!,  __susurra Aquella  en forma coqueta__

Haine: Ne, Nemesis?,  __dice el joven levantado su rostro luego de parpadear un par de veces__  ¡Nemesis!,  __grita el chico poniéndose de pie__ eres tú,  estás viva,  estás viva!,  __dice emocionado mientras se pegaba a la reja__

Nemesis: si, soy querido haine!,   __exclama la mujer con dulzura__

Aquella pelirroja  hizo uso de su magia para quitar la llave de la reja, y haine junto a las otras dos mujeres salieron del lugar,

Nemesis:  sal de aquí, y vayan al palacio del occidente,    __habla la mujer__

Haine: esta bien,  __contesta el joven dándose la vuelta__

Nemesis:  ¡haine!,  __grita la mujer__  te,  extrañe mucho!, 

Haine:  y yo a ti,  __dice el joven dándole un abrazo a la pelirroja __ 

El abrazo duro poco, pero fue para Nemesis y haine, como si hubiera sido una eternidad.
El chico partió junto a  las otras dos mujeres,  y la diosa de nuevo se quedó sola y envuelta en un bullicio de los otros prisioneros.

¡Quédate quieta, y no te muevas!  __grita una vos desde la entrada,__

Un hombre de unos 40 años junto a otros dos tipos, el trío vestido con armaduras y con una ballesta corta en sus manos,.  El ruido que los presos tenían,  sezó, cuando aquellas palabras de los soldados se escucharon.  Aquella pelirroja hizo caso omizo a las advertencias y comenzó a mover su mano derecha por lo bajo.

Quédese quieta!, es nuestra última advertencia!,  __demanda  el hombre apuntado con su arma a la mujer__

De la mano de la mujer, comenzó a emanar una especie de humo verdoso con pequeños rayos de electricidad,.

Al ver aquella cosa los guardias, que al parecer eran los únicos que quedaban, lanzaron tres flechas al unísono, flechas que Nemesis esquivo con rapidez haciéndose  a un lado,.

Nemesis: esas no  son formas de tratar a una dama,  __susurro por lo bajo la mujer__

La diosa roja, imitó a la perfección el arco de artemisa, y cuando hizo la seña de aver disparado la flecha del arco invisible, tres flechas salieron disparadas hacia los cuellos de aquellos hombres, callando muertos al instante.  La mujer antes de retirarse con un ademán de manos habrio la reja de cada uno de los prisioneros del lugar, dejadolos salir en muchedumbre, ella, salió junto a ellos y en la salida de la fortaleza extendió sus alas, y partió de aquel lugar en cenizas y fuego.

Nemesis Y Morfeo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora