corazón roto

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(Narra Haine)

Estábamos en la puerta de salida, al parecer a Nemesis se le había arruinado el viaje.

Nemesis: que haces aquí,  __demando con voz firme la diosa__

Lilith:  sere concreta y directa, mentiría si dijera que vengo a visitarte,  __descaradamente la mujer dijo__   quiero que vengas conmigo a una cena familiar.

Nemesis:  no tengo tiempo para tonterías,  __la mujer se movió de su lugar, pero el agarre de su hermana en el brazo la detuvo de golpe__

Lilith:  no es una súplica Nemesis,   es una orden, ahora sube al maldito carruaje de una buena vez,  __demando con voz serena pero firme__

Nemesis no quería ir con Lilith,  era muy evidente pero claro no podía decir nada ante aquella mujer que desprendía amargura y odio. Su aura era muy oscura en aquellos momentos.

Lilith: ¡ha, y es una reunión familiar haine,  'familiar '  __enfatizó las palabras la diosa, al ver que aquel joven se movió de su lugar__

Ambas mujeres subieron al carruaje que era tirado por caballos alados. Se elevaron y desaparecieron en las nubes. Volví a entrar al palacio ya que no podía hacer nada para evitar que Nemesis no fuera con su hermana.

Las horas pasaron, se estaba haciendo de noche cada vez más,  los pasillo adornados por velas y aromatizado por incensio y rosas inundaban mis fosas nasales, hiba a dirijirme a la biblioteca a leer y pasar el rato hasta que un guardia,  desprofesamente se apresuró a mi y hablo.

¡joven Haine, los hijos de la diosa están en la sala y desean hablar con ella,  ¿que les digo?    __pregunto el hombre__

¡nada, no les digas nada,  yo voy a hablar con ellos ahora,  __me di la vuelta jirando en mi propio eje y me diriji hacia la sala__

Y efectivamente ahí estaban los cuatro hijos de Nemesis,  o bueno creaciones como los demás nos llamaban,  tres mujeres y un hombre,. La primera, Raisel, era una joven alta y delgado de piel blanca al igual que su cabello que está vez traía sujetado en una coleta, sus orejas eran puntiagudas como las de un elfo.  Luego estaban las gemelas,  Maylea  y Shena  Ambas pelirrojas igual a Nemesis,  solo que Maylea tenía el cabello lizo y más oscuro, en cambio Shena lo tenia quebradizo y opaco, ambas de piel blanca y hasta con pequeñas pecas en la cara. Y por último estaba  Bastian, un tipo alto y delgado que le encantaba vestir con gabardinas y usualmente llebaba una corona como de ramas torcidas en la cabeza.

Delicados, si,  elegantes y refinados, educados y con  un montón de cosas más se les podía asociar, de hecho aunque los cinco éramos hijos  por Nemesis a base de alguna creación de ella, éramos muy diferentes, y todos teníamos algo distintivo entre nosotros,  pero ellos eran un poco más elegantes en su forma de vestir, demasiado para mí gusto, pero ese no era el punto.

Haine:  Nemesis no está, necesitan algo?,  __pregunte en tono serio__

Shena: No está?,  donde esta? 

Haine: me temo que no puedo responder esa pregunta porque ni yo se donde se encuentra,  __menti__

Bastian:  Haine estás aquí viviendo con ella, y me vas a decir que no sabes donde está nuestra madre?,  __cuestiona con voz calmada el pelinegro__

Haine:  si, efectivamente vivo aquí,  pero no por eso significa que tengo que estar siempre atrás de nuestra creadora,  __demande__ ya les dije ella no está. Si gustan pueden esperarla, claro que será en un par de días.  __me rei interiormente,  aquello era la excusa perfecta para que se fueran__

Maylea: mejor regresamos en otro día, tenemos cosas que hacer y pues ya habrá tiempo para visitar a nuestra diosa,  __la chica se puso de pie y se retiro hacia la puerta__

Nemesis Y Morfeo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora