Hasta la ultima gota.

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CAP. 28

Hasta la ultima gota.

Sentí su presencia, mi respiración por unos segundos se corto, enseguida volvió, pero esta ves, frenética.

No me moví, escuche como caminaba hacia mi. Sus pasos se distinguían al momento de que tronaban las ramas caídas de los árboles. Su aliento cosquilleo mi cuello, escuche como tiraba una bolsa, y enseguida sentí como ponía mi cabello a un lado de mi cabeza. De nuevo sentí su aliento, y fue mas directo. Sentí como me mojaba con la punta de su lengua. Un escalofrío llego a mi. Y un hormigueo en mi vientre me dijo que algo iba a suceder.

Sentí como levantaba aquella cobija y pasaba sus manos por mi vientre, y me jalaba hacia el, y si. Era demasiado honesto. La tenia dura. Me apretó más hacia el. En ese momento, sentí como me mordía mi oreja.

Por costumbre, me apoye con mi pie herido. Solté un quejido. Y su mordisqueo paro.
Sentí como me soltaba.

"¿Soñabas conmigo, verdad?"

Trague, aguantando un poco el dolor.

Sentí como se alejaba de mi, en ese momento voltee girando mi cuerpo y una ves mas apoyándome en mi pie lesionado.

Me fui de lado, me tambaleé, y sentí como me tomaba como costal de papas, se agachaba y tomaba la bolsa que había tirado.

" ¿Te atreves a echar a perder mi trabajo de enfermero? Malagradecida, tendré que castigarte"

Me metió a la casa, sentí miedo, pues no se como seria su castigo, esos cambios de humor, me ponían los vellos de punta.

Aventó la bolsa hacia el armario donde estaban todas las armas.y siguió su camino hacia la habitación, de un fuerte jalón, me aventó en la cama. Y con apenas moverme por culpa de esa cobija, me jalo de los pies. Alzándolos, y poniéndoles sobre sus hombros, una ves mas, lo sentí. Se apretó contra mi. Solté un quejido.
De nuevo lo hizo, se restregó contra mi, era demasiado experto. Empezó a hacer un vaivén lento y profundo. Empezó a subir la velocidad y a pesar de aun estar vestidos, se sentía demasiado bien.

"Joder"

Dijo el. Supe que algo iba a pararlo.

- ¿Qué?- le pregunte.

"No puedo, si me dejo llevar, podrías salir.." - Lo interrumpí de golpe -

"En la alacena, busca ahí hay" - le dije-

Su sonrisa perversa me atravesó. De golpe bajo los bóxer flojos que yo llevaba, quede expuesta ante el, sentí una inmensa vergüenza y con las manos iba a taparme, pero igual que en mi sueño, sujeto mis manos, y bajo su cara hacia mi parte intima, sentí un lengüetazo, que hizo que me arqueara y gimiera como loca. Se fue. Escuche como abrí de golpe las puertas. De nuevo entro a la habitación, y dejó una caja junto a la cama.

Y de nuevo me ataco con maestría, sus lametazos eran increíbles, con sus dedos separo mis labios, metió su lengua en mi, y formando un vaivén de dioses. Me tomo.

Me retorcía, intentaba cerrar las piernas, soltó mis brazos y separo mis piernas, para darle mas acceso a mi. Sentí unos mordiscos de muerte. Vi como se baja el pantalón. Tome la caja y saque un condón. Se lo di, dejando a un lado ese maravilloso trabajo que hacia conmigo.

Su mirada lasciva me atravesó una ves mas.

Vi como se ponía el preservativo, y esperando a que se hundiera en mi, me tomo de las caderas, hizo que quedara boca abajo. Pise el suelo y de nuevo un quejido de dolor se asomo. Me levanto de la cadera y doblando mis piernas quede a horcajadas de la cama, paso su mano por mi húmeda intimidad, metiendo un dedo de golpe, sentí una vibración estupenda. Saco su mano y sentí su aliento, me probaba una y otra ves, sin dejarme descansar de tanto placer.

" Di mi nombre "

Dijo el. Y sin previo aviso, dándome varios azotes, me queje. Ardía mi piel.

" El dolor pasa, tranquila mi zorrita"

De golpe sentí como se introducía en mi. Solté un grito.

Las embestidas hacia mover con rudeza la cama, sentí su fricción, su profundidad, su grosor, y tal como dijo el, gritaba su nombre, pidiéndole mas, y mas.

Me tomo del pelo, jalando mi cabeza para atrás, estaba inmovilizada. Me encanta que sea así conmigo. Me encanta su rudeza, es tan exquisita. Dándome un azote mas, me volteo, el se sentó, y yo quede encima de el, encajándose en mi una ves mas, me guiaba a su ritmo, pues era muy violento, sentí como sus uñas se clavaban en mi espalda, ese dolor era tan placentero que gemí mas su nombre.

Sentía que me partía en dos, ¡Dios!

No podía parar, su pasión y lujuria le nublaron la razón hasta dejarme sin aliento, sentí como salía de mi, quitándose el preservativo, me tomo del cabello y llevándome hacia su erección, hizo que me atragantara con el, guiaba un ritmo frenético. Hasta que sentí como me llenaba un liquido un poco caliente y viscoso la boca.
Si, se había venido en mi boca.

"No dejes caer nada, trágatelo hasta la ultima gota"

Y esta ves, ni un sueño, ni una fiebre me arruino el momento.

Mi muerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora