Cap. 32
Mi fiera.
Ya había pasado una semana después de todo el gran ajetreo, aunque, aun no podíamos despegarnos, pues en cada roce que nos dábamos, era sexo seguro, en la cama, en el sofá, en el armario, en la cocina, en el baño, en fin, toda la casa ya había sido usada para esos fines, con decir, que hasta afuera en un árbol.
Mi pie estaba mas sano, con todas las atenciones que Natsu me daba, se había cerrado, aún tenía la cicatriz, pero poco a poco se podría ir.
El entrenamiento siguió, poco a poco, de golpes demasiado torpes, pasaron a ser fuertes.
Corría con mayor habilidad, llegue a treparme por los árboles, sobre la casa, en fin, mis brazos tenían bastante fuerza.
Use una cuchilla, y ya era como parte de mi cuerpo, siempre estaba conmigo.
Las armas, estaban dominadas, pero aun necesitaba perfeccionar.
Me metí a darme una buena ducha, el espejo se empañó al igual que todo.
Escuche que se abría la puerta, por su puesto sabia quien era.
Lo vi, y se detuvo, baje su mirada a su jeans negro y ese jodido y excitante bulto me decía que lo tomara y lo devorará. Me acerco y abrió la fuerza de la ducha, se acercó a mi, y dejando la llave abierta, me jalo y un beso lleno de lujuria lleno mi cuerpo.
Fue bajando su mano hasta llegar a mi entrepierna, metió su mano entre ellas y empezó a darme un place exquisito e infinito.
Jalo de mi cabello para que dejara al descubierto mi cuello y lo lamió, lo mordió hasta ir bajando a mi pechos, se llevo uno a la boca mientras mordía mi pezon, dándole lengüetazos, después se volvió hacia el otro e hizo el mismo procedimiento.
Saco su mano de mis piernas y se la llevo a la boca. Lamió sus dedos como si se tratara de un manjar de dioses.
Me volteo y un fuerte pero placentero azote, resonó en el baño.
-Es hora de irnos- me dijo, después de ese momento salió, dejándome terminar mi ducha.
Salí y me puse unos jeans negros, junto con unas botas negras de estoperol, una blusa color rojo sangre sin mangas, y cuello en "V", deje mi cabello suelto, y una chaqueta me protegió de un viento frío.
Cuando lo vi, estaba para llevarlo a la cama y no salir nunca mas.
Sus jeans negros, unas botas negras, una playera blanca con mangas negras, su cabello rosa mas desordenado que antes, si mirada se notaba perversa, y esa perversion se la provocaba yo.
Caminamos y llegamos a la entrada de la propiedad de Gray, un Lamborghini negro mate nos esperaba. Jamás lo había visto.
-Tranquila, es mío, es mi precioso drago force, no creas que toda mi vida la vivo en la mierda- me dijo y su sonrisa era demasiado egocéntrica.
Me metí y olía a piel.
Lo encendió, seguimos el camino y seguimos andando.
-Regresaremos a casa, y empezaremos con lo que hemos dejado atrás- me dijo sin mirarme un segundo.
-Cuando llegue a tu habitación ya no estarán tus cosas ahí, si no en la mía, tu antiguo cuarto, lo usaremos para que entrenes, tu serás la responsable de ponerte en forma, y debes en cuando, iré y te pondré a prueba- asentí, la ciudad ya se veía perfectamente- asentí un poco entusiasmada por estar en su habitación.
- Un favor Lucy, cuando lleguemos, quiero que le patees el trasero al cabrón de Gray, necesito que vea que mi fiera, ha aprendido lo mío- mis ojos brillaron.
Sentí un adrenalina correr por mi sangre, quería dejar orgulloso a Natsu. Y eso, esta mas que claro. Por que yo...
¡Ganare!

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Mi muerte
Fiksi PenggemarMi asesino y yo cometimos el mas grande error... Nos enamoramos. [Terminada] Contenido: Palabras altisonantes, sexo, situaciones de tortura y muerte. *AVISO* -No copies la historia, y si quieres darme a conocer, avísame y te daré permiso pero si no...