¡De nada!

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CAP. 60

¡De nada!

Natsu.

—Levy, dime qué dirección agarro.

Iba como un desquiciado manejando la camioneta de Gajeel. Me metería a la boca del lobo. Pero eso no importaba por que los lobos le temían al fuego, y yo echaba llamaradas.

Soy un el puto demonio.

—Toma la derecha e pégate a la derecha, pronto veras que el muro de contención acaba, metete ahí, es un pueblo medio freson, no sospecharan de ti, sigue esa avenida hasta que llegues a la penúltima casa. Ahí esta. Hay 5 tipos armados, cuidado.

Hice lo que me decía Levy, mire al asiento de copiloto. Tenía una bolsa grande. Tenía a una de mis reliquias. 

Mi preciosa MK48 MOD 0.

Una belleza que solo pocos podemos tocar.



Vi por el retrovisor y una motocicleta me echo las luces. Era Gajeel y Gray.

Me segui adelantando, faltaba poco.

—Natsu, abre la cajuela, Gray se va a pasar contigo.

Apreté el botón que abría la cajuela y enseguida se pego la motocicleta. Salgo rápido Gray.

—Natsu, Gajeel va a entrar primero, después...

Lo interrumpí.



—¡Al diablo el maldito plan!

Me puse el cinturón.

Lo mire de reojo.

—Te recomiendo ponerte el cinturón.

Gray se puso el cinturón enseguida en el asiento trasero. Estábamos a unos metros de la casa. Gajeel intento arrebatarme pero no le deje.

Pise el acelerador y me fui contra el portón. Con sigo me lleve a dos cabrones.

Saque mi reliquia y enseguida comenzaron los disparos.

Mataría a ese hijo de puta. Lo matare. Y lo descuartizare. Eso es un hecho.

Me cubrí, Gray salió atrás de mi y enseguida me hizo señas,  el me cubriría.

Salí y divise a otros dos tipos en la parte de arriba.  Uno corrió para estar mas cerca de nosotros un tiro en medio de los ojos lo dejo muerto.  Gajeel le había disparado.

El otro comenzó a disparar, tenía una ametralladora, pero no me quedaría atrás. Saque mi precioso tesoro y de un par de disparos cayó abatido.

—Natsu, hay mas lacayos adentro. Son diez. Y en la habitación principal se ven dos personas. 



Me adentre y era verdad, me cubrí. Una puta bala me había rozado el muslo. Pero nada que no pueda aguantar.

—¡Gajeel!

Grite y enseguida aventó una bomba molotov.



Unos clavos dejaron un gran camino de sangre.

Se escucharon algunos gritos.

Salí rápido. Me asome y vi que algunos tenían unos clavos enterrados en las piernas y uno que otro desafortunado en la cara.

Comencé a disparar sin titubear.

La sangre salpicaba a todos lados. Al menos no me molestaban Gajeel y Gray.

Se los agradecía profundamente. Necesitaba sacar parte de mi puta rabia.



"Ella estaba embarazada"

La palabras de Levy retumban en mi cabeza y no puedo con ellas.

Corrí a la habitación principal y me colgué la MK48, saque dos simples pistolas.

Abrí la puerta de una patada, y un tipo mas alto que yo, me disparo, pero me cubrí. Sin embargo el corrió a cubrirse de igual forma. Pero antes de eso había dejado un punto fácil de dar. Sus piernas. Le di a su rodilla derecha y en su pie izquierdo.



Cayo gritando del dolor.

Me acerque a el y guardando las pistolas en mis Jeans. Saque una daga y se la deslice por la garganta.

La yugular hizo su trabajo salpicándome en la cara.

Me levante y escupí en el cuerpo inerte.

Mi celular comenzó a sonar.

Numero privado. Joder.

—¡Umm! Ya veo que entraste a mi casa, tan deseoso estaba de usar a tu putita.

Apreté con fuerza el celular.

—¡Dime donde mierda la tienes!

Ves la pequeña puerta de color blanco.

La busque y rápido la localice. Tenía candado.  Me aleje un poco  y le dispare. El candado salió volando.

—¡Te acabas de joder a alguien! ¡Que malo es mi chico!

—¡No soy tu chico hijo de perra!

Patee la puerta y llevaba a otro cuarto. Entre y lo que vi me quedo pálido.

—¡Hey! ¿Ya la viste? Preciosa mujer te has ganado. Pero sabes, descubrí algo que te puede interesar, ¿puedes ver la mesa?. Claro que la ves. Busca esa charola de cirugía. Tu las conoces perfectamente.



Me acerque y lo que vi me dejo muerto.

Te quite un problema encima. ¡De nada! 

Y colgó.

Gray y Gajeel entraron y vieron a Lucy. Colgaba en una cruz de San Andrés.

—Bájenla con cuidado.

Jamás creí que sentiría esto. El corazón que creí que había perdido. No lo estaba. Lucy me había hecho algo horrible. Me hizo dar cuenta que en verdad lo tenía.

Tome la charola y me deje caer poco a poco.

Ahí estaba un diminuto ser.

Un diminuto ser, fruto de un amor enfermizo y dañino entre Lucy y mío.

Un pequeño que le habían arrebatado la vida.

¡Joder! No llegue a tiempo. ¡No!

Vi sus pequeñísimas manos y piernas.

Desmembradas.

A Lucy le habían practicado un aborto.

Mi cara se sentía caliente.

—Natsu, tenemos que irnos puede que... ¡Por dios!

Gray se echó para atrás pálido  y yo levante la cabeza. Las lagrimas no paraban. Jamás pararían.

—Han matado a mi hijo.

Mi muerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora