𝐗𝐕𝐈

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𝐗𝐕𝐈

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Jason.

Después de dejar el Monte del diablo, Piper había logrado embrujahablar a los pilotos del helicóptero para que los llevaran a todos, ella parecía afligida durante todo le viaje mientras contaba sus aventuras a su padre. Pero parecía que quitar su velo era demasiado para el hombre, Jason se imagino que de ese modo se vio el al perder sus recuerdos.

Leo y el tuvieron que meter al helicóptero a Megara, al principio ambos habían creído que estaba dormida, pero parecía que usar tanto de su poder durante estos días le estaban pasando factura y la chica había quedado inconsciente en un sueño profundo.

Así que ninguno se había molestado en despertarle y le dejaron descansar, ella dormía como un tronco, Jason no quería dejarle de lado, así que en todo momento la dejo dormir sobre su pecho, ni Leo dijo nada, ningún comentario listillo, y Piper iba muy preocupada por su padre para molestarle.

Así que cuando habían aterrizado en el aeropuerto aun Jason llevo en sus brazos a la platinada, no se separo de Megara, y vio con ojos tristes a Piper dejar ir a su padre, dandole una poción para su memoria, lo mas sorprendente fue que el entrenador Hedge se ofreciera para cuidar al padre de Piper, y eso dejo a la chica mas tranquila. Aun tenían una misión que continuas, y el tiempo corría.

—Tu padre está en buenas manos —dijo Jason en forma de algún consuelo para la chica—. Has estado increíble.

Ella sollozó, Piper trato de lucir dura durante todo ese tiempo, pero al final comenzó a llorar, liberando toda la presión que había estado sintiendo. Se dejó abrazar mientras respiraba hondo seis veces por Leo, Jason quería ir y darle un abrazo, pero no podía, aun debía cuidar de la bella durmiente en sus brazos. Ellos la necesitaban. La piloto del helicóptero parecía incómoda, como si estuviera empezando a preguntarse por qué los había llevado allí.

—Gracias, chicos —dijo Piper—. Yo...

Quería decirles lo mucho que significaban para ella. Lo habían sacrificado todo, tal vez incluso la misión, para ayudarla. No podía corresponderles, ni siquiera demostrar su gratitud con palabras. Pero la expresión de sus amigos le decía que lo entendían.

Entonces el aire empezó a vibrar justo al lado de Jason. Al principio, todos pensó que era el calor que desprendía la pista de aterrizaje, o tal vez gases del helicóptero, pero había visto algo parecido en la fuente de Medea, y luego cuando Megara hablo con Nico. Era un mensaje de Iris. Una imagen apareció en el aire: una chica morena vestida de camuflaje invernal plateado con un arco en la mano.

Jason retrocedió dando traspiés, sorprendido.

—¡Thalia!

—Gracias a los dioses —dijo la cazadora.

La escena que había detrás de ella era difícil de distinguir, pero Piper oía gritos, metal entrechocando y explosiones.

—La hemos encontrado —dijo Thalia—. ¿Dónde estáis?

—En Oakland —respondió él—. ¿Dónde estás tú?

—¡En la Casa del Lobo! Oakland está bien; no estáis muy lejos. Estamos impidiendo entrar a los secuaces del gigante, pero no podremos aguantar eternamente. Venid antes de que se ponga el sol o todo habrá acabado.

—Entonces, ¿no es demasiado tarde? —gritó Piper.

La embargó la esperanza, pero la expresión de Thalia se la hizo perder rápidamente.

𝐁𝐋𝐀𝐂𝐊 𝐂𝐎𝐃𝐒©── ᴊᴀsᴏɴ ɢʀᴇᴄᴇDonde viven las historias. Descúbrelo ahora