una guerra comienza

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El problema no era casarme con un hombre, que no era el padre de mi bebe, el problema radicaba, en sentir afectó, pero no amor, ni siquiera deseo, sólo empatía... cariño, y agradecimiento, cada vez que Eric trataba de besarme, terminaba por esquivarlo y fingiendo no haberme percatado de ello, seguía pensando en José, y cuán cachonda me ponía cada vez que lo miraba, odiaba decir esa palabra, pero en pleno embarazo mis hormonas se habían disparado, para la persona contraria, otra cosa que odie en todo mi esplendor, fue que José, después de saber de mi embarazo, se empeñó a querer estar en la siguiente consulta quincenal...
Había retocado el tinte, y mi cabello seguia lacio, a pesar que me llegaba un poco más abajo de mis pechos, me maquille solo un poco, disimulando que me habia arreglado, puse un poco de color a mis mejillas y pinte mis labios de un tono rosa, con la ropa era un desbarajuste, asi que me empeñe a ponerme un pantalon, con el cual termine por rendirme y no lo abroche, busque una blusa blanca de manta, con pedrería en el escote y unas cómodas sandalias, tome mi bolso en color chocolate, y me puse un poco de loción, estaba encantada con el resultado, así que estaba de lo más feliz, pero al momento de salir, para subirme al coche, en el cual me iba a llevar mi chofer, me topé con la sorpresa de José...
Puse los ojos en blanco...

-pero ni gorda te vez mal...
-callate o no me subo

Subió las Palmas a la altura de la cara y fingió ser inocente, antes que quisiera abrir la puerta me adelante y me subí en la parte de atrás, azote la puerta

-ya te eh dicho que no es tu hijo
-quiero estar seguro nena
-eres un imbécil

Subi el vidrio para estar en privado, pero enseguida que deje de accionar el botón, comenzó a bajarlo

-Pero soy el imbécil que quiere a nuestro hijo..

Mi vientre saltó, se movió mi bebé...
Las lágrimas me asaltaron, y volví a accionar el botón, luego puse el botón de seguridad y me acosté en el asiento...
Me abracé a mi bulto, y ya no quise llorar, si tan sólo sus palabras no me dolieran tanto, le hubiese respondido como toda una perra, cosa que de sobra podía ser, pero la melancolía me sobrepasaba...
"Si tan sólo, una vez me hubiese buscado"
Siempre me embriaga ese pensamiento, si tan sólo una vez me hubiese buscado, incluso hubiera dejado la empresa de mi papá... me hubiese puesto a estudiar medicina, enfermería, o alguna profesión que me permitiera estar a su lado siempre...
Pero yo fui desechable en su vida, tan sólo un objeto, que con el tiempo se volvió sexual... ¿Donde había quedado el amor que decía sentir por mi?, claro, yo lo maté...
Lo maté el día que le dije que me sentía enamorada de Eric, cuando decidí ser sincera y no confundirle más... Cuando le vi marcharse...
Jamás podré olvidarlo, verlo marchar rumbo al avión que terminaría por separarnos, y no permitirme pararlo... ¡No podía ser tan egoísta!, al menos por una vez en mi vida, debía pensar que el no era mi títere, y que tenía derecho de ser feliz, y que su felicidad no estaba a mi lado...
Cosa, de la cual fui grabando en mi memoria, y quedó tan grabada, que comprendí perfectamente, el día que se cortó el cabello, frente a mi, el día que no le importó destrozarme, pero a fin de cuentas era lo que menos podía merecer...

-Hemos llegado Jazmín

Ya había abierto la puerta, tuve que ponerme de pie, pero por lógica no acepte su mano, no podía, no quería.

Cuando entramos en la consulta, Darla casi se iba para atrás

-¿Pero que haces aquí? Hermanito

Vi cuando sonreía maliciosamente

-esta tratando de joderme la vida, como sigue resentido que lo deje por Eric, ahora quiere su venganza

Si así de perra fui, Darla se quedó boquiabierta

La Otra Cara De La MonedaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora