Había terminado la jornada laboral, y con ello, el chofer me llevo a casa, mi papá estaba muy bien vestido, esperándome en uno de los sillones.
Lo mire y Sonreí, le di un beso en su mejilla, y el me lo devolvió-anda, ve a cambiarte, que tenemos cena en casa de los Gonzalez...
Si, en casa de José...
Suspire profundo y tratando de evitar la tristeza que tenía, papá me vio, y tenia mucha esperanza, pero yo, me sentía vacía...Subí a mi recamara, me di un baño fugaz, y mi cabello lo seque, me gustaba habérmelo cortado, y hacerme el planchado permanente. Así ya no batallaba mas con el, tome el vestido negro, y lo mire por décima vez, como no me convencía, porque era demasiado sugerente, decidí cambiarlo, por uno color melón, me maquille no mas del necesario, y tome mi bolsa, me calze los zapatos de tacón blanco, y me mire al espejo, me veía lo suficiente modesta, como para arrepentirme. Y no dejaba de lucir elegante, me Sonreí, y puse una de mis fragancias favoritas.
Baje, y mi papá, me elogio de todas formas posibles, lo abrace y le bese la mejilla-tu me vez con ojos de amor
-también, pero si hubiera tenido hijos feos, me hubiesen desprestigiado.Los dos reímos a la par, tomamos las llaves y nos fuimos directo a casa de Pepe...
Íbamos porque además que nuestras familias habían Sido grandes amigos, mi papá junto al papá de José habían decidido compartir las acciones de el hospital, por lo que serían socios y era una manera de celebrarlo.JESSICA//
Termine de bañarme, no comprendía porque José insistía en que nos quedaramos en casa de sus papás, el día que me presento como su prometida, nadie había Sido amable conmigo, solamente escuchaba reclamos y reclamos.
Me sentía lo suficientemente triste, cuando un hombre de mediana edad se puso de pie, era atractivo, pero entonces mi corazón se rompió, cuando la ví ponerse de pie, tantas noches en dónde había llorado, dónde hice tantos planes para acercar a José a mi, las veces que había roto enumerables cartas dirigidas a él, tantas veces que luche contra un fantasma, y ahora estaba ella aquí, poniéndose de pie, sin mirarme ni ver la escena, me petrifique, mirandola, había cambiado bastante de la última vez que la Vi hace como 8 años, ahora estaba ya no tan delgada, pero si lo suficientemente hermosa como para despertar las miradas de cualquier hombre, y se que de José nunca sería la excepción, pude verlo como la miraba y que en es anoche sentí tanta rabia y celos, tantos años que yo intenté que José me viera así y jamás lo conseguí porque el seguía pensando en la tonta esa.
La mamá de José, me pidió que en la cena bajara con ropa decente, para una cena de los Gonzáles con los Jackson ya que se estarían convirtiendo en socios y lo tenían que celebrar.
José me había regalado un vestido negro de encaje, me lo probé y me quedaba muy pegado, pero como no tenía otra opción, no tuve más remedio que dejarlo, me puse unos tacones bajos, e hice mi mejor esfuerzo, tenía claro que no sabía maquillarme, y que el cabello crespo jamás me había ayudado...
Siempre eh sabido que soy guapa, pero cuando sabes que la mujer que ama tu amado, irá, el autoestima te baja por los suelos.
José no había vuelto, y alguien de servicio me informo que la reunión ya había iniciado y que bajara, pero no me sentía cómoda, no conocía a nadie, y como todas las veces, quedaría ahí sola, sin nadie.
Sin embargo, recibí un mensaje de José, informándome que ya estaría de camino, por lo que si no bajaba ahorita, la tontarrona de su hermana le chismearia más adelante.
Baje por las grandes escaleras y mi presencia como sabía era desapercibida, a diferencia de Jazmín, ella era el centro de atención de todos, Lucia muy pulcra con ese vestido color naranja claro, y después recordé mi reflejo en el espejo, yo estaba muy subida de kilos, el acné me había dejado marcas en la cara, y el estarme comparando no me hacía nada bien, así que me dispuse a tomar champán que era la bebida que estaban ofreciendo, las bebía como soda y sentía la burbujeante bebida quemar mi garganta mientras vigilaba cada paso de Jazmín.
En eso, llegó José, aún estaba vestido con la ropa de hospital, me acerque a él y me prense a él en un saludo muy caluroso, los papás de José nos vieron con desaprobación, pero lo único que deseaba era que nos hubiera visto Jazmín, para hacerle ver, que ella ya no estaba en su corazón.
José se fue a cambiar, y 2 o 3 chicas se acercaron a mi preguntando que si quien era, y cuando les decía que la prometida de José respondían con-Pues ten cuidado que la mamacita de vestido melón es el amor de la vida de Josesito
Y se iban riendo, lo que hacía que mi rabia creciera más, bajo José, y fue a saludar a todos, y cuando le tocó saludar a Jazmín, tenía la esperanza que pasará de largo o la ignorara en cambio de eso, los dos se veían como un par de estúpidos, mientras que José tomaba su mano y la besaba, el jamás hizo eso conmigo, y tuve que tragarme mis lágrimas, y mi coraje, porque estaba en público, pero me sentía muy humillada y mal vestida...
Estaba perdida en mis pensamientos, cuando de pronto escuché un bullicio, cuando voltee, José traía en brazos a Jazmín, al parecer se había desmayado, pensé "otra escenita perra" y me dispuse a pedir un whisky o una bebida más fuerte.
Darla la hermana de José fue tras ellos, y aunque la reunión o fiesta, quiso seguir el ritmo, todos se veían preocupados, y yo estaba que moría de coraje, hasta en eso tenía que robarme protagonismo.
Cuando ví bajar a José y decirles que solo había Sido una descompensación porque no había comido, tuve un aleve sospecha y si Dios existía, escucharía mis súplicas, así que al ser una pared más, pude escabullirme al lugar donde estaba Jazmín, y al irme acercando, escuché perfectamente a Darla decirle a Jazmín-¿No estarás embarazada?
Al escuchar el silencio, pude reírme con tanta felicidad, eso significaba que Jazmín se había metido con alguien y ese hijo por supuesto no podría ser de José.
Así que baje y estaba de lo más feliz del mundo, por lo que continue festejando con champán.
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La Otra Cara De La Moneda
RomanceJazmín es una hermosa mujer quien lo tiene todo... -no juegues con fuego que puedes quemarte Y a ella le encanta desafiar al destino