La misma Luna (EN FÍSICO)

15|¿ 8 o ထ ?

Hasta hacía unos minutos, el número ocho era mi número favorito. Según yo, me daba buena suerte.

Según yo.

El ocho me recordaba al infinito, y a Katherine. Porque sus entrevistas siempre estaban en el canal ocho. Porque para mí es tan especial que quiero que sea infinita, como el ocho tumbado.

Pero, creo que después de ver esto, el ocho ya no es tan especial.

Kath.

Y.

Gray.

Mejor dicho, Katherine y Grayson. Juntos. En una entrevista. Hablando sobre su primer beso.

Su.

Primer.

Beso.

Mi primer impulso fue caerme sentado al sofá. Suerte que estaba el sofá, sino caía al suelo.

Seguía en llamada con Adele. Estaba callada, hasta que Grayson dijo "nuestro primer beso"

-Ah, ¿pero que se han dado más de uno? - preguntó, mientras masticaba unos snacks.

-Adele, con tus preguntas no ayudas. - pude decir, aunque no sé de donde me salió la voz.

-Ups, perdón. Quería decir que..., que nada. Que vaya inútiles.

-Katherine no es inútil.

-No, pero si mala persona y un poco idiota. Las cosas como son. ¿Quién pierde la oportunidad de salir con un tío guapo, amable, buena persona, escritor y malote cuando quiere?

Eso me hizo reír.

-No me considero malote, la verdad.

-Por eso he dicho "cuando quiere". Porque, aunque es mentira, eso les gusta a las chicas. A mí en verdad no, no entiendo que tiene esa gente de atractivo - dijo, masticando, al igual que minutos atrás. - bueno, yo ya he quitado la entrevista.

-Yo también, hace rato, no quiero seguir viendo esto. Me voy a autodestruir si la termino- le dije.

Era la primera vez que no terminaría una entrevista de Katherine. Ni siquiera me había enterado de que había una. Pero si la seguía viendo lo iba a pasar muy mal. Y no quería pasar por eso.

Terminé la llamada con Adele. Hasta el momento, esta había sido la llamada más larga que he tenido con ella.

Estuve toda la tarde tirado en mi cama, con el móvil. Pero, realmente, no le estaba prestando atención. Solo podía pensar en Katherine.

Katherine, Katherine, Katherine...

Ella era la única que ocupaba mis pensamientos, y odio eso. No me gusta estar tan pillado de ella. Porque, seguramente, sus pensamientos están ocupados por Grayson.

¿Y el beso? El beso me lo dio porque se aburría, o simplemente quería probar otros labios para olvidar durante unos minutos a Grayson.

Ella está tan enamorada de Grayson..., mientras yo estoy tan enamorado de ella.

Esto es una tortura. ¿Por qué no me podría gustar otra chica?

Sus palabras, su sonrisa..., todo de ella se me iba incrustando al corazón como si fueran pequeños trozos de vidrio roto.

¿Y yo? Yo no hacía nada por sacarlos, ni tenía intenciones algunas, aunque sabía que era lo que debía de hacer.

Estaba cansado. Muy cansado. El cansancio me obligaba a llorar.

No quería, pero no podía parar de hacerlo.

Lágrima tras lágrima, suspiro tras suspiro.

Y así, deseando que todo esto fuera una sola pesadilla, me dormí.