La misma Luna (EN FÍSICO)

18| El que no tiene celos no está enamorado

Había intercambiado varios mensajes con Adele sobre lo que había ocurrido esta mañana. Adele no paraba de decirme que Kate estaba celosa. Y yo no sé si creérmelo. Por una parte, sí. Pero tampoco quiero ser egocéntrico.

Kate llevaba sin bajar desde por la mañana, le había subido la comida y ni siquiera me miró, sólo me agradeció. Evelyn se había echado una siesta en mi habitación para no molestar a Katherine.

Yo, en cambio, llevo escribiendo desde que comimos. Las palabras no llegan bien a mi cabeza, llevo media hora intentando comenzar un capítulo, y lo único que hago es escribir y borrar.

Escuché pisadas por las escaleras, pero no me quise dirigir hacia ellas. Si era Kate, quería que ella fuera la que me hablara cuando estuviera preparada.

Pero me equivoqué, no era Kate.

-Hola, Alex- me saludó Evelyn, haciendo que me girara.

-Hola- saludé, volviendo a centrar mi vista en mi ordenador.

- ¿Estás molesto?

Me giré de nuevo, confuso, para verla.

- ¿Por qué debería estar molesto? - le pregunté. Ella se sentó a mi lado, por lo que cerré el ordenador.

-Pues porque he hecho que tu mejor amiga se enfade. Además, no la entiendo, que haya química entre nosotros no significa que ella se pueda enfadar de esa manera- se encogió de hombros.

-Tiene el derecho de enfadarse- contradije.

-Bueno, sí, pero no niegues que hay química entre nosotros- sonrió, mirándome a los ojos.

-Pues..., si, lo niego. La verdad, yo no noto esa química que dices.

Ella me miró asqueada.

- ¿Cómo vas a negarlo? Por favor, Alex, estás ciego- se rio incómodamente.

-No estoy ciego. Y lo siento, pero entre nosotros no hay nada. No quiero dañarte ni nada, solo que no ..., no lo noto. Lo siento.

-Claro, y con Kath si lo sientes, ¿no? - no le respondí, solo tragué saliva- En serio, ¿Katherine? Soy muchísimo mejor yo. Kath es más..., antiestética.

Iba a saltar, pero una voz se me adelantó.

- ¿Perdón? ¿Qué tú eres mejor que Kate? ¿Quién te crees? - Helen entró al salón, donde nos encontrábamos nosotros- se supone que eres su amiga y no deberías hablar así de ella. Y no se te ocurra rebajarla así, ni a ella ni a nadie. Si en el fondo te crees inferior y te sientes mejor intentando rebajar a los demás para subirte un poco el ánimo, estás equivocada. Así te vas a quedar sola.

-Helen...-intenté pararla. Estaba bien que le dijera que eso no está bien decirlo, pero ya estaba hurgando en la llaga, y eso es algo que no me gustaría que me dijeran.

-No, Helen no. No eres nadie para venir aquí a decir que eres mejor que ella y que ella es antiestética. Y encima en mi casa, que Kate es como mi cuñada.

-Helen lo de cuñada sobra- me puse rojo. Mi hermana me ignoró.

-Está bien, lo siento. - se disculpó Evelyn. - se me ha ido un poco la lengua, tampoco era para ponerse así- rodó los ojos.

Helen abrió la boca para responder, pero yo me levanté y le pare.

-Ya, para. - dije, para después girarme hacia Evelyn- Eve, eso no está bien decirlo, es tu amiga.

Evelyn se levantó, cogió su bolso y se fue. Cuando nos aseguramos que se había ido por el golpetazo de la puerta, hablé:

- ¿Y tú cuando has llegado?