17| Evelyn

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Hace un mes cuando hablé con Katherine sobre qué iba a hacer, ella decidió quedarse.

Y cumplió su palabra.

Le di las gracias a Ethan por ese gran consejo. Estaba muy contento.

Hablaba casi todos los días con ella, me contaba su día y yo le contaba el mío entre más cosas.

Es cierto que siempre tenía una hora específica para llamar, de seis a siete. Si no eran entre las seis y siete de la tarde, no recibía ningún mensaje de Katherine. Y si yo le escribía, no me contestaba por mucho que estuviera en línea.

Es algo que siempre vi raro, pero no nunca le he dado importancia. Con hablar con ella me basta.

En cuanto a la librería, iba de lujo. No hay día que no haya clientes. Y Mark es muy buen trabajador y compañero, me alegro de haberlo conocido.

Salí de mi trance mental en cuanto me acordé de que los Sink nos visitarían, y llegarían en menos de una hora.

Kate viene. Ya tenía ganas de verla. Me dijo que como había acabado de grabar la película, tenía vacaciones, y que vendría con sus padres a visitarnos de nuevo.

Esta vez, ella vendría.

No podía ocultar las mariposas que revoloteaban en mi estómago cada vez que pensaba en que ella estaría aquí de nuevo, como en nuestra infancia y adolescencia.

La verdad, en este mes había sentido mucha química con ella. No sé si serán cosas mías, o de verdad hay una chispa entre nosotros. Ella tampoco es que lo haya nombrado.

Ya estábamos todos en casa, impacientes por la llegada de los Sink.

Helen acababa de llegar de la universidad, venía contenta debido a que aprobó un examen con nueve y medio.

Papá se había encargado de hacer un pastel de manzana que tenía muy buena pinta (y el cual no nos había dejado probar aún).

Y mamá acababa de preparar la mesa, porque eran casi las nueve de la noche.

Yo había limpiado un poco la casa obligado por mi madre. Estaba nervioso y se me había caído la fregona unas cuantas veces ya.

Así que, al estar todos tan callados, papá decidió intervenir y romper el silencio para decir algo que hacía que mi cabeza se calentara:

-Y bueno. Alexander, ¿sabes ya la casa que te vas a comprar?

La respuesta era sí. Sí sabía cuál quería, pero aún no había ido a verla por dentro.

Llevaba un mes buscando casas en Guelph, en Internet aparecía la que yo quería, fue la primera que me salió.

No estaba tan lejos de la librería y era una casa amplia y bonita por fuera. Por dentro aún no lo sabía, pero estaba seguro que también sería el interior precioso.

Aun no le había contado a Kate que iba a comprarme una casa para empezar a ser independiente. Tenía ahorrado bastante, más lo que mis padres se empeñaron en darme.

Para pagar la casa poco a poco iba muy bien.

-Sí, pero, por favor, ni una palabra a los Sink. Aún no está claro si me voy a mudar- advertí.

-Tienes razón- asintió mamá, papá también me dio la razón.

-Llevo sin ver a Katherine muchísimo- cambió Helen de tema- Alexander obviamente no, fue hace poco a verla- dijo con un tono burlón.

-Helen, no tengo quince años, no me voy a molestar si me dices eso- rodé los ojos, divertido.

-Vaya...-fingió tristeza- ya buscaré algo con lo que molestarte.

La misma Luna (EN FÍSICO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora