Bajo la misma superficie.

Capítulo 23.

Besos

💬 Más tarde, 20:17

Asher: Hoy te has conectado temprano.

Katherine: Le he dicho a mi madre que tenía muchos deberes.

Asher: ¿Estás bien?

Katherine: ¿Me estás preguntando si estoy enferma?

Asher: Sí.

Katherine: Por ahora me encuentro perfectamente.

Asher: ¿Estás preocupada?

Katherine: No. Seguro que no me pasa nada.

Asher: Estás preocupada.

Katherine: Un poco.

Asher: No tendría que haberlo hecho, lo siento.

Katherine: No lo sientas. Yo no lo siento en absoluto. No lo cambiaría por nada del mundo...

Asher: Aún así... ¿Seguro que estás bien?

Katherine: Me siento como nueva.

Asher: Y sólo con tocarnos las manos. Imagínate lo que sería besarnos.

Katherine: ...

Katherine: Los amigos no se besan, Asher.

Asher: Los muy buenos amigos sí pueden.

Veinticuatro horas más tarde, solo soy capaz de pensar en besos. Veo las palabras "imagínate lo que sería besarnos" cada vez que cierro los ojos. Ahí es cuando caigo en la cuenta de que no tengo ni idea de cómo es besarse. He leído sobre ello y he visto suficientes besos en las películas para hacerme una idea. Pero nunca me imaginé participando en ello, recibiendo un beso y mucho menos dándolo.

Rosa dice que tal vez podamos volver a vernos hoy, pero yo decido esperar un par de días. No le he contado que Asher me sujetó los tobillos, que nos cogimos de la mano, que casi compartimos el mismo aliento. Debería decírselo, pero no lo hago. Me da miedo que nos prohíba vernos más. Otra mentira que añadir a mi cuenta. Ahora mismo, Asher es la única persona que conozco a la que no he mentido.

Cuarenta y ocho horas después de habernos tocado, sigo encontrándome bien. Sin que Rosa me vea, miro de reojo los datos del diario médico. La tensión, el pulso y la temperatura son normales. Nada alarmante a la vista.

Mis órganos empiezan a dar volteretas cada vez que me imagino cómo sería besar a Asher, pero creo que eso no tendrá nada que ver con mi enfermedad.