Los últimos mensajes
Un mes más tarde, justo después de las Navidades, el padre de Asher se marcha también. Miro por la ventana y veo cómo saca cinco cajas y las carga en una furgoneta alquilada. Ruego para mis adentros que no se dirija dónde quiera que se encuentren Asher, Amber y su madre.
Después de eso, me paso varios días observando la casa. Me asombra que siga pareciendo la misma, que tenga un aspecto tan cálido y hogareño aunque no la habite nadie.
Espero un par de días más antes de permitirme leer los mensajes que me mandó Asher. Los encuentro en la bandeja de entrada del direct de Instagram.
Asher, 16 de Octubre: Conocí un día a Katherine, parecía el flautista de Hamelín, se llevó mi corazón, hechizado cual ratón, y no se me ocurre nada más que rime con Katherine.
Me río hasta que se me saltan las lágrimas.
Los otros mensajes no son tan poéticos. En ellos me cuenta que está tratando de convencer a su madre para que busque ayuda y a Amber para que deje de destruirse a sí misma. Le dijo a su madre que a veces uno tiene que abandonar a las personas que más quiere. O tal vez la convenciera el día en que le habló de mí y de lo enferma que estoy, y le contó que yo estaba dispuesta a hacer lo que fuera con tal de vivir. Según Asher, su madre piensa que soy muy valiente.
Asher, 1 de Noviembre: Son cuatro sílabas, seguidas de otras siete. Te quiero, Kath.
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Bajo la misma superficie.
Teen FictionPorque sin sentirse segura de sí misma, sigue siendo ella, con sus defectos y cicatrices, tiene mil razones para continuar y no darse por vencida, a pesar de su situación. Asher Brown, no lo esperaba. Katherine Jones, menos.