Connie
Los preparativos para exponer mis diseños están listos. La patrocinadora ha proporcionado el dinero y sus ideas, incluso ha pactado tratos con Briel, para que le ponga a disposición una pasarela. Además, Arae y otras muchachas se han estado probando vestidos. Es la primera vez que hago algo tan grande, estoy tan nerviosa.
¡Cielos, y todavía no me he cambiado! Camino como loca por mi casa, revolviendo mis armarios, tirando cosas y caminando en círculos como loca, mientras Santino y Tadeo me siguen con la vista, como si vieran un partido de futbol.
—¿Así está bien? —consulto.
—¡Fabulosa! —opina mi amigo.
—¡Mucho brillo! —grita mi hijo.
—¡Ay, no! —chillo, volviendo a la habitación.
—¡Santino! —se queja Tadeo—. ¡¿Por qué le dijiste eso?! ¡Ahora se va a tardar tres horas más!
—¡Oh, no! —expresa el nene, dramatizando—. ¡Me perderé mis dibujos!
—¡Cállense, ustedes dos! —me defiendo, alzando la voz desde el cuarto.
Una vez que termino, me despido de mi hijo, dándole un beso en la frente, y saludando a mi amigo, con un choque de ambas manos, entonces salgo corriendo a tomar un taxi.
Llego al gran edificio, hay música y un montón de gente. Todavía no puedo creer que esto sea un logro de varios días de trabajo, estoy impresionada con lo que he conseguido. Espero con ello ver algún día la ropa que diseñé en grandes vidrieras y las personas se pongan felices al usarlas.
—¡Ay, pero sí es Connie Palacios! —Se me acerca una rubia, desprende brillo por todo su ser. Ni en un millón de años yo tendría esa cintura, debe ser modelo y cuidarse mucho—. ¡Estoy tan emocionada de conocerte!
—Ah, sí, ¿y tú eres...?
Ofrece su mano.
—Soy Tamara, todos me dicen Tammy, trabajo para Arae y... —Hace una pausa para ponerse seria—. Soy una de las amantes de Briel. —Revolotea las pestañas.
Me generó repelús, así que no acepto su saludo. Termina por bajar su mano, tan delicada que hasta me molesta.
—Ah, qué bien —digo en voz baja.
—No te enojes, sabes la cantidad de libido que tiene, es normal que salga con muchas, sino su miembro explotaría. —Se muerde el labio inferior—. Pobre, pobrecito.
Ruedo los ojos.
—No considero que sea un pobrecito, es un idiota y te daré un consejo, usa preservativo si después no quieres que te tire como basura.
—¿Pero qué dices? —Hace una risilla—. Supongo que llegaste tarde, pues el bebé ya viene en camino y la verdad es que... está muy contento, y yo, porque gracias a eso tengo la vida salvada. No sé si recuerdas, pero está lleno de dinero ese bombón.
Voy a vomitar.
—Entonces te mintió, cariño, pues no lo conoces bien. —Me cruzo de brazos—. Como sea, tengo que coordinar este evento, así que...
Me da dos palmaditas en el hombro.
—Es bromis, no te enfades. —Se ríe otra vez—. No hicimos nada, estaba borracho, aunque él cree que sí. —Se aproxima lento hasta mi oído—. Pero sí dijo que se haría cargo —susurra de manera sensual.
ESTÁS LEYENDO
Mami ¿Por qué?
RomanceBriel Lovelace, millonario, guapo, codicioso y mala persona, todo un manipulador, así describo al padre de mi hijo, el imbécil padre de mi hijo con el que tuve un revolcón en mi etapa universitaria. Lo detesto y él me detesta a mí. Nuestro odio se r...