Connie
Briel compró pasaportes de avión, se va a ir, me va a dejar. Soy tan tóxica, sé que es toda mi culpa. Es el fin de lo que pudo haber sido nuestra relación actual, si es que alguna vez la hubo.
Me mantengo en el sillón de mi casa, sollozando, sin importarme nada más. Mi hijo sale del cuarto, despertando por el sonido de mi llanto. Me cubro la cara, pero se acerca, alejando mis manos de mi rostro.
—¿Qué pasa, mami? ¿Por qué lloras?
—Briel se fue, huyó, nos dejó, se largó el muy cobarde, el imbécil de tu papi se marchó.
Sus ojos se abren en grande con sorpresa y frustración.
—Mami ¿Por qué? —Sus ojitos se cristalizan.
Bajo la cabeza, triste.
—Por mi culpa, y ya no creo que vuelva. —Cierro los ojos con fuerza—. Soy una estúpida.
Se escucha la puerta, llegando Tadeo a la situación.
—¿Qué ocurre aquí? ¿Quién murió? —pregunta mi amigo sin reparos en lo que dice.
—¡¡Papi se fue!! —grita y llora en alto Santino.
—¿Briel? —Enarca una ceja—. ¿A dónde? Si lo vi con la lesbiana malvada hace un rato nada más. —Pone las manos en la cintura—. Connie, no inventes cosas raras —expresa, desconcertado.
Alzo la vista, rápido.
—¡¿No se fue?! —Me levanto y lo agarro de la ropa, cuestionando, alterada—. ¡¿O volvió?! ¡¡Explica bien!!
—¡¡Yo qué sé!! —chilla, asustado.
Santino sonríe de manera amplia y alza la voz, contento.
—Mami ¿Por qué papi regresó? —expresa el nene, jugando, luego declara con orgullo—. Por mí, seguro, él me ama mucho.
Me río por su aclaración y lloro por mi estupidez.
—Sí, sí, definitivamente.
Necesito dejar de imaginar cosas, de inventar los peores escenarios posibles, y sobre todo, saber qué es lo que está haciendo Briel en realidad. Abandonar las especulaciones, tendría que ser mi primera opción, justo como dijo Briel una vez. Esto debería ser una lección para mí, un aprendizaje, para no olvidarlo jamás.
Tengo que ir a verlo, aunque creo que por ponerle tal susto a Santino, él merece más que yo visitar a su padre.
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Mami ¿Por qué?
RomanceBriel Lovelace, millonario, guapo, codicioso y mala persona, todo un manipulador, así describo al padre de mi hijo, el imbécil padre de mi hijo con el que tuve un revolcón en mi etapa universitaria. Lo detesto y él me detesta a mí. Nuestro odio se r...