22. Mi obsesión por Briel

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Connie

Perdida en mis pensamientos.

—¡Connie, hay que llevar a Santi al colegio! —me grita Tadeo.

Pero yo sigo perdida en mis pensamientos.

—¡Has estado sentada en ese sillón desde ayer, espabila! —insiste.

Reacciono y levanto la cara.

—¿Qué? —al fin contesto.

—Santino, colegio. ¿Dormiste? Te vi llegar ayer, te sentaste, me desperté ahora y sigues ahí. ¿Qué pasó en la cena con Briel?

Parpadeo varias veces seguidas.

—Cierto, Santino tiene que ir al colegio. —Me levanto—. Sí, dormí —respondo a la pregunta—. Me duele un poco el cuello, pero dormí.

—¿Estás bien? —consulta, preocupado.

—¿Eh? Sí. —Asiento—. Yo solo... —Me callo.

—Voy a despertarlo, tú termina de reaccionar.

Briel escuchó mi conversación en aquel baño, aquel día, justo en ese momento específico. No pude negarlo, porque sí hablé mal de él. O sea, siempre he hablado mal de Briel, y siempre me he preguntado qué lo hizo cambiar de actitud. Nunca me culpé a mí misma por ello.

¡Era chica, tenía muchos problemas en la cabeza, no puedo culparme por eso, no debería afectarme tanto!

Bueno, sí, no puedo negarlo, me perturba la existencia, me incomoda. Yo lo odio porque él me odia, pero yo lo provoqué. Miento, me estoy mintiendo a mí misma, nunca lo detesté. Yo estaba obsesionada con él, y él estaba obsesionado conmigo. ¿Estaba? Obvio que me acosté con Briel porque no lo he olvidado. Solo quería ignorarlo, pero con esa confesión, simplemente, no lo lograría nunca.

¿Qué clase de mundo al revés es este?

Es que nunca lo fue.

Nunca estuve en un mundo al revés, solo evité el tema por años. Es más fácil juzgar a otros que culparse a sí mismo.

¡Concéntrate, Connie, deja de pensar!

—No quiero ir a la escuela —se queja Santino, haciendo puchero y acercándose hasta mí—. Mami...

—¿Te lavaste los dientes? —digo cansada.

—Sí. —Hace una gran sonrisa—. Brilla, mira. —Sonrío también, algo triste, así que lo nota, entonces me abraza—. No estés mal, iré al colegio.

Le doy palmaditas en la cabeza.

—Estoy bien, agarra tu mochila.

—¡Sí, jefa! —Se va corriendo.

Tadeo se acerca hasta mí.

—¿Segura que estás bien? Puedo llevarlo yo a la escuela, me queda de paso al trabajo —sugiere mi amigo.

—No, no hay problema, tú ve a trabajar.

Voy a cambiarme, mi hijo regresa con su mochila puesta, tomo su mano y salimos en dirección al colegio.

Bostezo, una vez allí, el nene saluda a su maestra cuando la ve, así que yo hago una señal con la mano, para despedirme de él, cuando sale corriendo.

—Los niños son escurridizos —expresa un hombre a mi lado y lo observo, ofrece su mano—. Un gusto, soy Samin, el papá de Aimara.

Acepto su gesto y sonrío.

—Ah, sí, Santino me habla mucho de ella.

Lectores al inicio de Mami ¿Por qué?: Ojalá Connie encuentre a alguien mejor que Briel, para que Briel sufra

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Lectores al inicio de Mami ¿Por qué?: Ojalá Connie encuentre a alguien mejor que Briel, para que Briel sufra. 

Yo luego de revelar que Briel no era tan malo: Bueno, ahora sí meto un pretendiente para Connie :v

¿Qué clase de mala persona soy? 😂

Saludos, Vivi.

Mami ¿Por qué?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora