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— ¿No te sientes más feliz, querido?

La condesa daba un bocado a su comida mientras sonreía disfrutando. Los niños comían en silencio, apagados al no tener la presencia de su querido niñero desde hacía un mes.
Su padre resopló tras beber un poco de agua. Su enfado aumentó cuando su esposa volvió a formular la pregunta. Negó y se acomodó en su asiento lentamente.

— No, así que deja de insistir.

Marilyn no se esperó aquella respuesta, le pilló por sorpresa. Le costó tragar un pedazo de comida y frunció su ceño, algo confundida.

— ¿Cómo que no?
— Lo que oíste.
— ¿Acaso no eres feliz?
— Pues no, no soy feliz.
— ¿Cómo no vas a ser feliz? Todo está bien en la familia.
— Ajá.

La mujer rodó los ojos y siguió comiendo. Miró a sus hijos y carraspeó.

— ¿Y ustedes? ¿son felices, hijos míos?

No obtuvo respuesta por parte de ninguno. Aquello irritaba a la condesa.

— ¿Acaso les comió la lengua el gato? Darcy, ¿eres feliz?
— Ya deja a los niños en paz, Marilyn.

El hombre habló de nuevo para parar la actitud de su esposa. Siguió hablando.

— Basta ya con insistir en que sean todos felices con lo que te hace feliz a ti. Estoy harto de que todo se base en tu bienestar. Somos cinco en la familia.
— Pero es que está todo bien, cariño, no sé por que actúan todos así.
— Porque el señor Harry se fue por su culpa, madre.

La hija mayor fue la que habló. Estaba muy enfadada con lo que había sucedido sobre aquel tema. Todos miraron a la joven.

— ¿Mi culpa?
— Si.
— Wendy, no digas tonterías.
— Es la verdad, madre.
— ¿Cómo te atreves a culparme? Tu padre fue el que le despidió, no yo.
— ¡Padre no quería despedirlo!
— ¿Cómo lo sabes?
-— Porque papá quiere al señor Harry y él a papá.

La pequeña Darcy habló. Tal vez, aquella frase fue demasiado. El conde miró a su hija algo nervioso. Su madre abrió los ojos como platos.

— ¿Que se quieren?
— Si, se dan besitos también.

El corazón del conde dio un vuelco. La niña se dio cuenta de su error y comenzó a llorar. Tapó su carita y se bajó de su silla. Se acercó a su padre llorando y abrazó sus piernas. Él la miró aún nervioso y triste por ver a su pequeña de aquella forma.

— L-lo siento, p-papá, y-yo n-
— Shhh, cariño, no te preocupes, ven aquí.

La cargó con cuidado y la sentó en sus piernas. La condesa seguía en shock, sin poder asimilar lo que había escuchado.

— ¿Alguien me puede explicar que pasa aquí?

El hombre bajó a su hija y le pidió a ella y al resto de sus hermanos que se fueran a su habitación. Se levantó de la silla y miró a su esposa, quién le miraba enfadada.

— ¿Es cierto lo que dijo Darcy?
— Yo...
— ¿Me has estado engañando con un maldito hombre?
— Marilyn...
— ¡Marilyn nada! ¡¿Qué te ocurre en la cabeza?! ¡¿Acaso te pegó la enfermedad?! ¡Te lo dije!
— ¡Ya basta!
— ¡No!
— Quiero el divorcio, Marilyn.
— ¡Por supuesto que yo también! ¡Pienso decirle a las autoridades lo que has hecho y lo que ese estúpido niñero provocó!

El ojiazul negó y se acercó a ella.

— Escúchame, no vas a decir nada.
— ¡Claro que lo haré!
— No puedes hacerme esto...
— ¿Y yo puedo aguantar que tú me engañaras?
— Quería romper contigo mucho antes, Marilyn...
— Mentiroso.
— Yo siempre me he sentido atraído por...hombres...
— ¿Qué?
— Sé que he sido un idiota, de verdad...yo he vivido con miedo toda mi vida...no debí haberte arruinado la tuya...lo siento muchísimo...
— ¿Ahora yo soy una mentira en tu vida?
— ¡Claro que no! No me arrepiento de haber tenido tres hijos maravillosos contigo, ni de todas las cosas que hemos vivido juntos...
— No.
— Si, de verdad.

Tomó sus manos y soltó un suspiro algo nervioso.

— Por favor, por favor...no quiero seguir sintiéndome mal por como amo... Marilyn...
— Louis, yo...
— Por favor...
— Yo...
— Te lo suplico...
— Bien, no diré nada, pero quiero dinero a cambio de tu engaño.
— Yo...de acuerdo, si, te daré dinero...

Y así es como pagaba por su silencio. Confió en la palabra de la condesa y le dio una cantidad importante. Quedaron en vivir ambos en la misma mansión de forma temporal, pero sin ser pareja. Cuando acabara la guerra, si es que acababa, cada uno iría por su lado pero, hasta entonces, debían hacerse así las cosas.

El conde subió a la habitación de Darcy y entró. Vio a su hija llorando. Se acercó a ella y se sentó en su cama.

— Oh, cielo, ¿qué ocurre?
— R-rompí la promesa, padre.
— Hey, no pasa nada. Ahora que lo sabe, ya no hay nada que temer.
— ¿Las cosas están mal?

El castaño suspiró sin saber muy bien la respuesta. ¿Realmente estaban las cosas mal ahora que su madre sabía aquello? Habían hecho un trato, por lo que se suponía que estaba bien. En el fondo, nunca podía bajar la guardia, ya que todo podía cambiar en cuestión de momentos.

— No lo sé, cariño. Por el momento, trata de estar tranquila. No es culpa tuya esto, ¿de acuerdo? Mi amor por todos no va a cambiar, pequeña, ¿de acuerdo?
— Si, padre.
— Ven aquí.

La abrazó y logró calmarla mientras acariciaba su cabeza. Acabó quedando dormida y su padre la acostó en la cama. La arropó lentamente y se quedó unos minutos observándola. Sonrió con tristeza y besó su frente. Salió de la habitación y comenzó a sentirse culpable: había arruinado su romance con el niñero, sus hijos iban a sufrir una ruptura de sus padres, todo por amar de otra forma. ¿Era aquello justo? ¿Acaso somos presos de nuestras propias emociones? ¿Qué hacemos cuando nuestros actos tienen consecuencias, aún cuando no buscamos mal con ellos? Eran demasiadas preguntas que rondaban por la cabeza del ojiazul.

Sacó un cigarro y lo encendió para después darle una gran calada. Debía soltar, junto al humo, todo su malestar y culpa, dejando que, el mismo mundo que lo odiaba por como era, se llevara esa sensación...

Odio no tener tiempo casi para mí novela :(. Hago lo que puedo para actualizaros cuando me permite la ocasión. Tengo tantos trabajos importantes para acabar mi ciclo de ilustración y poder trabajar. Espero que lo entendáis. Creedme que cuando saco hueco, escribo aunque sea para dejarlo en borradores y así tener poco a poco capítulos escritos. Además, el tema de agregaros ilustraciones estará en el siguiente capítulo. Tengo un puente de dos días así que espero subiros un par de capítulos más.
Os quiero, bonito día :D

~ Una niñera para un corazón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora