SÍGUEME {Venti x Reader} Completa

23. Libro.

Spoiler historia Sumeru: En este capítulo se hace amago a que Elvira pertecene al sexto puesto de los Fatui. Esto es debido a que Scaramouche, cuando borró su existencia del Irminsul, dejó vacío este lugar, así que he aprovechado esto para darle un lugar a nuestra enemiga.

Observaba, desde lo alto de la muralla, como Venti y compañía se alejaba lentamente de la ciudad. Parecían tensos, apenas hablaban entre ellos y el único alma alegre era el pequeño ser que acompañaba al viajero.

Mi vista no pudo evitar posarse sobre el bardo. Sonreí levemente al reconocer sus esponjosas trenzas y su gran capa, que ondeaba al ritmo de sus pasos. Fue ese el momento en el que su mirada se cruzó con la mía, haciendo que mis mejillas se calienten. Parece que me había atrapado.

Le observé reírse y, pocos segundos después, giñó un ojo en mi dirección para volver a centrarse en el camino, y yo decidí apartar la vista de su pequeña espalda también. A fin de cuentas, se iban alejando y se me hacía cada vez más difícil identificar las partes de su cuerpo.

Solté un suspiro nerviosa. Aunque había logrado calmarme desde la conversación de anoche, nada quitaba la posibilidad de que algo pasase en su expedición hacia la Guarida de Stormterror. Aún así confiaba en él, en sus palabras, y en que todo acabaría bien. Salvarían la ciudad del dragón y los días tranquilos volverían a ser concurrentes.

De hecho, tenía pensados algunos planes para cuando el cielo volviese a su brillo natural. Me encantaría visitar en compañía de Venti otras naciones. He escuchado que el Rito del Descenso de Liyue está a pocos días de comenzar. Sería interesante conocer a los amigos del arconte, empezando por Rex Lapis. ¿Se llevarán bien?

-Mhm. Más tarde le preguntaré sobre eso.-Observé por última vez el camino, ahora despejado, por el que Venti y compañía se dirigieron a visitar a Stormterror, y suspiré, sabiendo que me esperaba un largo día por delante.

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Las horas de trabajo pasaron con calma. Tal vez con demasiada. No recibir la visita de Venti diaria me había hecho darme cuenta de cuánto se echa en falta su presencia, sobretodo en momentos como el almuerzo y la comida.

Ahora me dirigía hacia la sede con el informe del día en la mano y arrastrando los pies, exhausta. Me había tocado bajar a luchar contra algunos slimes que no dejaban en paz la muralla norte, y a causa de ello mi comida se vio interrumpida, así que hasta el estómago me pedía a gritos llegar a casa y descansar.

-Cuanto tiempo, ____.-Una voz interrumpió mi caminata.-Desde que eres caballera, eres inlocalizable.-Eula me sonrió. Tenía un libro entre sus manos.

-Me han mandado a trabajar en lo alto de la muralla. Entiendo que sea difícil encontrarme en tierra.-Reí, y ella asintió con un suspiro.

-Sí... Ahora todos estamos muy ocupados, ¿eh?-Asentí mientras continuabamos andando hacia la sede.-¿Qué tal estás?

-Bien. Mejor que nunca, en verdad.-Sonreí.-Estoy rodeada de buenas personas y, aunque la situación actual de Monsdadt sea crítica, confío en que todo saldrá a delante.-Respiré profundo.-Confío en qué bárbatos nos protegerá.

-Seguro que sí. Con la ayuda de ese viajero del que tanto se habla, pronto acabaremos con el dragón.-Nos quedamos en silencio, sin nada más que añadir al asunto.-Por cierto, te he traído esto. Lisa ya me ha comentado que ya os conocéis, y que a veces te pasas por la biblioteca, pero ayer me encontré con este libro y pensé que te gustaría.-Me entregó un libro bastante denso.-Por eso te buscaba.

-Gracias, Eula...-Leí la portada del libro, y sentí mi alma escaparse de mi cuerpo por un segundo.-¿Los Heraldos? ¿Los Once?-Ella asintió.

-Es muy interesante. Narra todo lo que se sabe de los heraldos actuales, y de los cargos que representan en la nación. ¿No te gusta? Lo puedo cambiar, había uno que trataba sobre los arcontes, o sobre los puestos más importantes de la Academya. Todos de la misma editorial.