Capítulo 8

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ALMA

Será atractivo y todo lo que quieras, pero este chico es más raro que un billete de 8€.
Simplemente acababa de comentarle que le había notado raro y otra vez le vi tensarse y a los pocos minutos sin más, se levantó, cogió sus cosas y se marchó de allí.
Y de repente la piscina se sentía enorme, se sentía vacía, como si ya no tuviese mucho sentido seguir aquí, así que tras aquello cogí mis cosas y subí para cambiarme y llamar a mi madre por segunda vez en el día.

Mi madre era una mujer increíble, además siempre me había dado la confianza para hablar con ella de cualquier tema, se podría decir que es mi mejor amiga, aunque es un poco intensa, así que mejor que nunca sepa que esas palabras han salido de mi boca.

—Hola mamá.

—Hola hija, ¿como ha ido la mañana, algo que me puedas contar?.—Se recogió algunos mechones que le caían por su rostro y los colocó detrás de sus orejas.

—Hemos ido al primer bar que estaba en nuestra lista, también hemos ido a hacer la compra y luego Fer se ha ido a echar la siesta y yo me he bajado un rato a la piscina.—Dije evitando comentar lo que había pasado con Pedri.

—¿Y el otro chico?.

Suspiré sonoramente, era imposible ocultarle algo a esta señora.

—Bien, estaba en la piscina conmigo un rato pero luego se ha ido y no sé qué está haciendo ahora exactamente.—Dije restándole importancia.

—¿Cuándo me los presentas?.—Admito que lo dijo con más ímpetu del que me esperaba.

—Pues si al final puedes venir para la inauguración sería genial.

—¿Has podido hablar con tu padre?.—Preguntó un poco más seria que de normal.

—No, le he llamado varias veces y sigue sin cogérmelo.

La situación con mi padre era delicada, si bien era un hombre que tenía buen poder adquisitivo, no ha querido estrechar lazos con mi madre y conmigo, a pesar de haberme reconocido como su hija.

Mis padres se conocieron 22 años atrás, mi madre trabajaba en una pastelería a dos calles de la oficina donde trabajaba mi padre, hasta ahí todo perfecto, el problemita vino cuando mi madre se entero de que estaba embarazada, sobre todo porque también se enteró de que mi padre estaba casado y su mujer esperaba su segundo hijo.

Desde entonces prácticamente solo hablamos en fechas muy puntuales, lo único bueno y considerado que ha hecho ha sido dejarme uno de sus tantos pisos en barcelona para que pudiera vivir allí mientras estudiaba, esta ciudad era muy cara y con lo que me dejaba mi trabajo a media jornada no podía pagar otra cosa mientras estuviese estudiando.

—Tranquila hija, seguro que a pesar de todo si le invitas a la inauguración hará lo posible por ir.—Mi madre seguía intentando ser optimista con nuestra relación, yo la verdad es que he estado a punto de tirar la toalla unas cuantas veces.

Por suerte llamaron a la puerta y utilicé aquello como excusa para cortar la llamada con mi madre.

Me levanté de la cama, seguía envuelta en la toalla desde que había salido de la ducha, así que grité :"¡Un segundo!", antes de apresurarme a colocarme un vestido de florecitas.
Y sí, antes de que lo preguntéis, no me había puesto nada de ropa interior, ya lo haría luego.

LA ISLA- PEDRI GONZÁLEZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora