Capítulo 19

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MARATÓN DE CAPÍTULOS
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AURORA



—¿Así que Alma no sabe nada?.—Pregunté incrédula a los chicos ante lo que me acababan de contar.

Estábamos en el coche de camino a la ubicación que me había pasado Alma.
Los chicos me acababan de contar todo lo que les había dicho Pedri sobre la Chef.

—Nada de nada.—Dijo mi hermano mientras negaba repetidas veces con su cabeza desde el asiento del copiloto.

—Pues eso no está bien.—Me quejé.
Alma me había resultado una chica bastante dulce y simpática, se merecía saber la verdad.

—Ya lo hemos hablado con él.—dijo Balde.

—Lo que no entiendo es cómo le resulta tan dificil decírselo.— dijo Ansu.

—Creo que es porque tiene miedo de perderla, este mundo es un poco duro de asumir, la fama, estar siempre en el punto de mira...—Empezó a decir Eric.

—A mi me da miedo de que la pierda precisamente por ocultárselo.—Admití.

—Intentemos respetar su decisión, dijo que al volver a Barcelona lo hablaría con ella, démosle tiempo.—Dijo mi hermano zanjando así el tema.

Estábamos muy cerca de la ubicación así que aparcamos delante de una casa que cumplía con la descripción que me había dado Alma.
Bajamos del coche y llamamos al timbre.
Un par de segundos después Pedri apareció delante nuestro para recibirnos tan sonriente y feliz como siempre.

Se me hacía raro conocer toda esta situación tratándose de Pedri, llevaba conociéndole desde que ingresó mi hermano en el equipo, jamás le he visto ocultarse ante nadie, es un chico muy sencillo y humilde que no tiene nunca ningún reparo por mostrarse tal cual es, así que no lograba comprender porque con Alma estaba siendo distinto.

Todos le saludamos y empezamos a pasar a la casa, he de aclarar que tan solo habíamos venido nosotros cinco porque Carlos y los demás estaban con bastante resaca y no quisieron salir de la casa.

—¿Dónde está Alma?.—Pregunté mientras acabábamos de dejar nuestras pertenencias en el salón.

—Está en la cocina acabando de "darle el último toque" a algunos platos.—Exclamó Pedri mientras gesticulaba y empezó a guiarnos hacia la cocina.

Alma estaba con el pelo recogido en un moño, tenía un vestido de tirantes ceñido al cuerpo y un delantal pequeño que le cubría una parte del mismo y que ya tenía un par de manchas.

—¿Como está la mejor chef de toda barcelona?.—Dijo mi hermano nada más entrar a la estancia.

—Como te escuche mi hermano...—dijo Pedri divertido.

Alma se giró en seguida con una gran sonrisa y con las manos manchadas con algo de salsa.

—¡Hola chicos!.—Dijo entusiasmada.— No sabéis la ilusión que me hace que vengáis a comer.

Alma se había pasado una de sus manos por la cara distraída y se había manchado un poco la mejilla y la comisura del labio, aunque parecía no darse cuenta y nadie le dijo nada al respecto.
En parte porque empezó a verborrear sobre los platos y las técnicas que había utilizado y creo que a todos nos pareció tan bonito y tierno escucharle hablar así que no quisimos interrumpirla.












LA ISLA- PEDRI GONZÁLEZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora