Capítulo 25

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FER

Bajé las escaleras poco después de hablar con Alma y me crucé con ella, aunque no me miró ni a la cara, salió rápidamente por la puerta de la entrada.
En seguida mi cerebro entendió lo que acababa de pasar.
Miré hacia la terraza y me encontré con mi hermano menor con las manos metidas en los bolsillos de su pantalón y con la mirada perdida.

Poco a poco fui acercándome hasta el con cautela, sé que probablemente quiera estar solo, siempre hace lo mismo, oculta sus emociones y se las guarda.
Pero no podía dejar que se encerrase en si mismo después de esto.

—¿Qué ha pasado?.—Pregunté con cautela mientras me posicionaba a su lado.

—Que se ha ido.—Mi hermano no me miraba a los ojos mientras hablaba, tenía la mirada puesta en otros puntos del entorno.

—¿Se ha enfadado mucho?.—Inquirí.

—Un poco, me ha dicho que necesita tiempo para sopesar todo lo que le he dicho.

Asentí aunque sabía que Pedri no estaba fijándose en mis movimientos.

—Tranquilo, seguro que acaba entendiéndolo.—Quise consolarlo.

—No estoy tan seguro Fer, pero al menos ahora ya sabe la verdad.—Suspiró.

—¿Has hablado ya con Xavi?.—Sabía que su entrenador estaba preocupado por todo el revuelo que se había formado en barcelona con todo esto y que quería saber cómo estaba.

—Sí, hemos estado hablando un poco por teléfono antes de que Alma se fijase en la revista y que le tuviera que dar explicaciones.

—Al menos no se le distingue la cara.—Dije refiriéndome a las fotos de Alma en la revista.

—El problema es que a mí se me ve perfectamente y ahora tendré a la prensa encima por Dios sabe cuánto tiempo.—Suspiró agotado.

—Intenté evitar que pasara esto, por eso estaba tan pesado contigo.

—Lo siento Fer.

—Deja ya de pedirme perdón Pedri, no pasa nada.

—Es que me siento fatal.

—Te mereces sufrir un poco por desobedecerme.—Dije riendo intentando apaciguar un poco la pesadez del ambiente.

Odiaba ver a mi hermanito pasándolo mal, me había pasado años intentando cuidar de él y evitando que pasase por situaciones delicadas.
Pero ya somos adultos, no puedo seguir protegiéndole del mundo cuando ya toma decisiones que escapan de mi control.

—Todo va a ir bien Pedri, si de verdad te gusta dale tiempo y espacio, cuídala de toda la locura que es este mundo y ve poco a poco con ella.—Le aconsejé.

Mi hermano asintió en silencio y se quedó unos minutos más en la misma postura pensativa.





ALMA

Estuve andando por la isla por no sé cuánto tiempo.
Sin rumbo iba por las calles sin un destino en concreto, simplemente intentando despejar un poco mi cabeza.

LA ISLA- PEDRI GONZÁLEZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora