Capítulo 13

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ALMA

Mentiría si dijese que no estaba incómoda por esta gran casa y a penas habían pasado unas horas desde la marcha de Fer.
Me debatí unos larguísimos minutos en si debería de hablar con Pedri como los dos adultos que éramos en lugar de seguir manteniendo esta situación incómoda e insostenible.
Así que tras varias horas insufribles de aburrimiento y sin poder asentar con propiedad ninguna idea en mi cabeza, decidí ir a hablar con él.

Bajé al salón donde estaba jugando un videojuego sentado en el sofá, tan solo llevaba un pantalón corto de chandal azul oscuro y para variar, mis ojos le dieron un repaso completo a su torso desnudo, lo sé, lo sé, yo no había venido a esto, pero por Dios, ¿Cómo no le voy a mirar si se pasea así por la casa?.

—Tenemos que hablar.—Dije una vez logré comportarme como la adulta que era.

Pedri puso en pausa el juego y me hizo un gesto para que me sentase a su lado y accedí.

—Pedri, creo que ambos somos lo suficientemente mayores como para poder hablar claro, tú tienes 20 años, yo 22, me parece que somos bastante maduros como para saber que vamos a tener que convivir juntos y que lo que ha estado pasando estos dos días no está bien.—dije.

Pedri se quedó un segundo pensativo antes de pasar su mano por su barbilla y asentir como respuesta.

—Estoy de acuerdo.—dijo.

—Genial, porque noto el ambiente tenso y no me gusta nada, ¿Amigos?.—Pregunté mientras le extendía mi mano a modo de saludo cordial.

—Amigos.—acabó estrechándomela.

Yo sonreí satisfecha y el hizo lo mismo.

—¿Me enseñas a jugar a eso?, me aburro muchísimo.—Dije mientras señalaba la tele.

Pedri soltó una carcajada y asintió.

—Primero te enseño y luego jugamos el uno contra el otro, ¿te parece?.—Noté cierto tono de ilusión en su voz.

—Venga, explícame cosas.—Crucé mis piernas en el sofá y me giré dispuesta a prestarle atención.

Pedri estuvo un buen rato intentando explicarme lo de los equipos, los pases y demás, se le veía tan ilusionado que no sabía cómo decirle que no me había enterado muy bien, así que solo asentía y rezaba para que no se diera cuenta que no tenía mucha idea de fútbol ni de videojuegos.

—Ven, ahora lo intentamos.—Me cogió la mano y me coloqué entre sus piernas, tenía sus brazos alrededor, yo sostenía el mando y el con sus manos me guiaba un poco.
Nuestro equipo jugaba de amarillo y el rival de verde, obviamente perdió el nuestro ya que tuve muchos fallos, mentiría si dijese que no me había gustado el juego pero lo cierto era que tampoco me había apasionado.

—¿Que te ha parecido?.—Preguntó cuando acabamos la partida.

—No me ha disgustado, pero tampoco me ha gustado mucho.—Reí.—Otro día podríamos jugar a otra cosa, al parecer el fútbol no es lo mío ni en la vida real ni en un videojuego.—Pedri río conmigo.

—Si quieres mañana jugamos otra cosa.
Asentí como respuesta y miré la hora, era tarde y aún no habíamos comido desde lo de esta mañana.

LA ISLA- PEDRI GONZÁLEZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora