Capítulo 20

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*ESTE CAPÍTULO CONTIENE ESCENAS SUBIDAS DE TONO, SI NO TE GUSTA LEER ESTE TIPO DE COSAS O NO TE SIENTES CÓMODO/A, RECOMIENDO SALTAR ESTAS PARTES YA QUE SERÉ BASTANTE EXPLÍCITA*


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ALMA

Los chicos se fueron sobre las 20:00, la verdad es que me lo había pasado genial, habíamos jugado en la piscina y luego al Monopoly (Donde descubrí que estos 5 eran híper competitivos).

Me despedí de ellos ya que nos habían dicho que mañana se marchaban de la isla y le prometí a Aurora que nos veríamos por Barcelona.

Habíamos acabado de ordenar la casa y de lavar los platos, ahora estábamos ambos tumbados en el sofá abrazados completamente exhaustos, aún seguía con el bikini puesto y Pedri tan solo con su bañador, ya que no nos habíamos cambiado.

–¿Qué te apetece hacer esta noche?.–Preguntó mientras me acariciaba el pelo con delicadeza.

–Quedarme así contigo.–Reí honesta mientras cerraba los ojos para disfrutar de sus caricias.

Pedri rió en respuesta y sentí la vibración de su pecho.

–Si es lo que quieres lo respetaré, pero solo te diré que nos queda mucha isla por ver y nos vamos en un par de días.

Sus palabras hicieron que un escalofrío me recorriese el cuerpo, no quería irme, quería quedarme en este lugar donde parecía que el tiempo pasaba de otra manera.

–No quiero irme.–Admití levantándo un poco mi cabeza para mirarle a los ojos.

Pedri soltó un sonoro suspiro antes de contestarme.

–Yo tampoco Alma.–Dijo mientras me retiraba un mechón que caía sobre mi cara y lo colocaba detrás de mi oreja.

Nos quedamos mirándonos unos largos segundos antes de que apagase la vocecita que tenía en mi cabeza y que me pedía a gritos que le besara.

Me giré quedando con mis rodillas a cada extremo de sus caderas, le sujeté la cara entre mis manos y le di un beso tierno y delicado.

Pedri tenía sus manos posadas alrededor de mis caderas, el tacto de las yemas de sus dedos recorriendo mi espalda por completo y dejando un rastro de caricias hasta mi nuca que me hizo estremecerme.

Estábamos en una postura bastante sugerente a decir verdad, nuestros sexos estaban en contacto, sabía que el beso le había gustado sin necesidad de preguntarle nada y eso me hacía sentirme poderosa.

Me tomé el atrevimiento de volver a besarle, aunque esta vez con una pasión desbordante.

Nuestras lenguas se encontraban constantemente, le mordí su labio inferior en cuanto nos separamos un poco agitados por la falta de aire.

Pedri giró mi cara despacio con su mano derecha y empezó a dejar un rastro de besos que fueron desde mi boca hasta mi cuello, pasando por mi mandíbula.

Frenó en seco al llegar a mis clavículas y se centró nuevamente en mis ojos.

Sus pupilas estaban dilatadas debido al deseo, podía sentir lo excitado que estaba.

–No deberías de besarme así Alma...-Murmuró con su respiración aún agitada.

–¿Así?, ¿Así cómo?.—Murmuré contra sus labios nuevamente.

–Así como si quisieras que te folle aquí mismo.

Me estremecí al escucharle ser así de directo, pero el deseo que me invadió fue mucho mayor por la imagen mental que me había hecho: Pedri mordiéndome el lóbulo, Pedri apretándome el culo mientras gemía en su oreja...
Sí que quería hacerlo. Mucho. Muchísimo.

LA ISLA- PEDRI GONZÁLEZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora