Me quité de encima de Aidan y me paré, lo vi y le extendí mi mano para ayudarlo a ponerse de pié, la tomó y lo ayudé, él quedó enfrente de mi a una distancia razonable.
Me le quedé viendo, bufé y después le hablé.
—¿Quieres subir? —le pregunté refiriéndome a la casa del árbol.
—¿Perdóname? —dijo un poco nervioso.
—¿Que si quieres subir a la casa del árbol? —le repetí señalando la casa.
—¿En serio me vas a conceder el permiso de entrar a tu casa del árbol? —preguntó incrédulo.
—Sí, y no hagas que me arrepienta —le advertí poniendo mi dedo índice en su pecho, el volteó a ver mi dedo y después me volteó a ver a mí, me sentí incómoda así que caminé a la escalera para subir a la casa del árbol.
Subí de primero yo y después él.
—Es muy linda por fuera pero es mucho más linda por dentro —dijo observando todo.
—¿En serio crees eso? —le pregunté.
—Si, igual como lo creo de ti —me vió a los ojos y yo también lo hice, no soporté más y me senté en la silla que está enfrente a mi escritorio, agarré mi lápiz y continúe dibujando— ¿ok? —dije en bajo, extrañada— puedes sentarte si quieres —le ofrecí y le señalé el sillón.
—Gracias —dijo y caminó al sillón y se sentó en el— ¿Desde cuándo tienes esta casita? —preguntó aún observandola.
En mi casita, había un sillón café individual, una lámpara que se encontraba a un lado del sillón, mi escritorio, y tambien una especie de estantería, donde tenía pintura, papel, pinceles, juegos de mesa y muchas cosas más, y había una alfombra redonda de color blanco y de peluche en medio de la casa, arriba de la lámpara se encontraba una repisa, y arriba de la repisa se encontraba un cuadro que yo pinté, el dibujo era de las linternas flotantes de la película de Enredados y también otros que yo había pintado, y un cuadro que tenía una foto de mi padre, mi madre, y yo, y uno tenía una foto de Noah y de mí cuando teníamos cinco años, y uno cuando teníamos dieciséis.
La casita estaba alumbrada por un foco en medio del techo, y por lucesitas con forma de estrellas amarillas en todo alrededor de la casa, en el techo había estrellas pegadas que alumbraban en la oscuridad, la casa tenía dos ventanas a los costados, y también tenía un ventilador.
—Desde que tengo cinco años —lo vi de reojo— la construí con mis padres —levanté mi vista y lo voltee a ver y él hizo lo mismo— bueno, mis padres hicieron el mayor trabajo, y yo solo les ayudé en lo más mínimo que podía —reí recordándolo y él sonrió.
—Te ves linda cuando ríes —me halagó dulcemente, yo me sonrojé y voltee a ver mi dibujo.
—Gracias —le contesté en un tono bajo que fuera audible para él.
—Perdóname por haberte asustado el primer día que me viste —lo voltee a ver— y por haberme burlado de tu caída —sonrió— y por haberte llamado, gruñona, grosera, el lunes —terminó
—Lo siento —cuando dije esto, la expresión de su rostro cambió de la de arrepentimiento a una triste, y me reí, porque talvez pensó que no lo iba a perdonar— pero la que debe pedir perdón aquí, soy yo, porque fui muy inmadura al enfadarme contigo por algo como eso, así que ¿Me perdonas? —le dije.
—Ay, me asustaste, creí que no me ibas a perdonar —dijo poniéndose una mano en el pecho sacando el aire que tenía retenido y recostándose en el respaldo del sillón, y yo comenzé a reírme a carcajadas recostándome en el respaldo de la silla— oye, no te rías, he tratado que me perdones todo este tiempo —se quejó.
—Lo siento pero me dio risa —dije entre risas.
—Ok, pero, ¿me perdonas? —pidió perdón otra vez.
—Está bien te perdono —dije viéndolo a la cara con una pequeña sonrisa en los labios.
—Entonces yo también te perdono —dijo él.
—Ok, entonces todos perdonados —dije divertida.
—Entonces significa ¿que podemos ser amigos? —preguntó.
—Ve más lento Gallagher, pero está bien, te voy a dar una oportunidad pero no lo arruines ¿ok? —le propuse.
—Ok —espetó feliz.
—¿No quieres algo de comer? —pregunté.
—Si quieres darme algo de comer, por mí no hay problema —sinceró.
—Ok, entonces espérame aquí —ordené con una sonrisa y bajé de la casa del árbol, caminé a la puerta de mi casa y entré.
Preparé dos sándwiches y los metí a una canastita, que era como para llevar cosas a un picnic, metí dos manzanas, y dos vasos, estaba preparando limonada cuando mis padres entraron a la cocina.
—Hola hija ? —hablaron mis padres.
—Hola padres —dije nerviosa, mis padres me vieron extrañados ya que yo casi nunca estaba nerviosa.
—¿Estás bien _____? —preguntó mi madre preocupada.
—Si, madre, estoy bien, ¿por qué no lo estaría? —le respondí aún más nerviosa.
—_____, ¿Por qué está esta canastita aquí? —preguntó mi padre curioso.
—Ehm... ¿Porque es día de picnic? —le respondí, —aún nerviosa—.
—¿Y por qué solo hay dos sándwiches, dos platos, dos manzanas, y dos vasos aquí adentro? —volvió a preguntar incrédulo.
—Ehm... —no sabía que decirle, guarde la limonada en la canastita, no sin antes haberla metido a un recipiente donde no se fuera a derramar y fui a limpiar nerviosa.
—¿Noah está aquí? —preguntó mi madre.
—Ehm... Si... —no, no podía mentirles, así que me rendí— no, madre, Noah no está aquí —le dije bajando la mirada— es que pasó un incidente y como no había nadie en la casa, y solo el hijo de los vecinos me podía ayudar, porque solo él se dió cuenta de ese incidente, entonces tuvo que entrar a la casa y ayudarme, y después de ayudarme lo invite a subir a mi casa del árbol, entonces el hijo del vecino está en mi casa del árbol en este momento —los voltee a ver.
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La Casa del Árbol
RomanceSé que te gusto, que te atrae todo de mí, pero después de que pase una aventura divertida contigo, ¿terminaré enamorada de ti? _____ Jonhson. Aidan Gallagher, se ve que es un chico presumido y fresa, y de seguro es el consentido de papis, pero voy a...