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Pasamos a traer a Noah y luego nos fuimos para el colegio, Aidan estacionó el carro y nos bajamos.

—Mi pregunta es: ¿Por qué venimos en el carro de Aidan? —habló Noah saliendo del carro.

—Pues, no sé, pregúntale a él, ya que a mí no me quiso decir —dije yo, saliendo del carro también mientras me encogía de hombros.

—Aidan ¿Por qué venimos en tu carro al colegio? —le habló.

—Porque haremos algo después de clases, y es todo lo que diré —aseguró.

Caminamos a la puerta del colegio y entramos.

Fuimos a la primera clase que nos tocaba, que era literatura. No sé ustedes, pero esa es una de mis clases favoritas.

Y ahora que me doy cuenta, Aidan, Noah y yo tenemos los horarios casi iguales, solo por unas clases que nos tocan a hora diferente.

Puse toda la atención que pude en las clases, pero la curiosidad era más grande que de vez en cuando me invadía la pregunta de ¿A dónde nos llevará Aidan después de clases?

Soy una persona muy curiosa y muero por saber ya a dónde iremos, no sé nada ni logro sospechar que haremos. Noah y yo nos pasamos todo el descanso preguntándole y no nos quiso decir nada, es muy bueno guardando las sorpresas, a mí me gana la emoción y termino diciéndola.

Pero lo bueno de todo esto es que ya estabamos a la hora de salida ¡Ehhh! Por fin sabré a dónde iremos.

Aidan, Noah y yo caminamos hacia el estacionamiento para subirnos al carro de Aidan. Ya dentro del carro hablé.

—¿Ya nos dirás a dónde iremos o qué haremos? —pregunté viéndolo, con curiosidad pero no tan interesada.

—No —respondió— no diré nada hasta que lleguemos —encendió el carro y salió del estacionamiento.

—Al cabo que ni quería saber —dije y bufé “molesta” y volteé a ver a la ventana.

—No te enojes —pidió.

—No estoy enojada, ¿Me dirás? —volteé a verlo convencedora.

—No —volvió a negar.

—Como quieras —volví a bufar y a voltear a la ventana.

—No nos hagas sufrir Aidan, ándale, dinos ¿A dónde iremos? —habló Noah, y volteé a ver a Aidan atenta por si lo decía.

—No amigo, no me convencerás —aseguró.

—A ver, adivinaré —dijo Noah— ¿Nos llevarás a comer?

—Mhmm, puede ser que si... —dijo y Noah y yo nos volteamos a ver felices— pero puede ser que no —con esto dicho Noah y yo ya nos  habíamos decepcionado.

—Pero puede ser que sí —volvió a decir, y Noah y yo nos volvimos a ver felices— pero también puede ser que no —volvió a contradecir, y soltó una carcajada al ver nuestra reacción, lo vi mal, con los ojos entrecerrados, al igual que Noah.

—No es justo que juegues así con nuestros sentimientos, Gallagher —hablé “triste”, ocasionando que él se vuelva a reír.

—No le veo lo gracioso a esto —lo vi con los ojos entrecerrados.

—Tranquila —pidió— ya verán de qué se trata —y siguió conduciendo.

En realidad no estaba molesta, sólo estaba jugando con Aidan, pero sí me mataba la curiosidad por saber a dónde iríamos o qué haríamos, ¿Y si nos piensa secuestrar? ¿Y si es aliado de un narcotraficante y nos lleva para que nos saquen los órganos? Ojalá y no sea así.

Volteé a ver a Aidan fijándome en cada detalle de su rostro, y viéndolo bien, no parece un aliado de un narcotraficante, más bien parece un... ¿Chico muy lindo...? ¡¿Qué?! ¡¿Qué cosas dices?! Bueno, no tiene nada de malo que diga que es lindo, sólo estoy diciendo que es un chico lindo, pero nada más, no me gusta, no estoy diciendo que me gusta, sólo digo que es lindo y ya. —¡Hay _____! nadie te está diciendo que te gusta Aidan, tú sola inventas cosas—. Bueno, sólo estoy aclarando las cosas.

Me quedé viendo a Aidan por unos segundos más y creo que se dio cuenta porque se sonrojó y sonrió nervioso para luego hablar:

—¿Tengo algo en la cara? —preguntó nervioso sin quitarle la vista a la carretera.

—No —respondí inmediatamente y volteé hacia la ventana para ocultar mis mejillas que se habían tornado rosas, no es que me guste Aidan pero me pone nerviosa que me atrapen viendo a alguien.

Después de lo ocurrido con Aidan me quedé todo el camino viendo por la ventana; Aidan ya llevaba una hora y media conduciendo y aún no se veían señales de que ya ibamos a llegar, pero el camino se hizo menos aburrido porque Aidan había puesto música y de vez en cuando Noah se ponía a hablar estupideces y nos hacía reír, o nos poníamos a platicar de algo.

La única vez que vine a la capital fue por un asunto de trabajo de mi padre, y ya no más, la vida de mis padres es muy ocupada, bueno no tanto, tienen libre los sábados y domingos, pero nunca salen del pueblo.

La vez que vine con mis padres nos quedamos a dormir en un hotel, mis padres me llevaron a donde tenían que ir, y luego me llevaron a un zoológico, después de el zoológico, fuimos a comer comida china y luego de la comida china volvimos al hotel y nos fuimos al día siguiente.

Mientras iba viendo por la ventana, la calle por la que íbamos pasando se me hizo conocida; que coincidencia, estábamos pasando por una de las calles por la que pasamos con mis padres, había una cafetería, una tienda de guitarras, y una pequeña tienda de ropa, eran las mismas pero remodeladas, en tanto tiempo, ¿Y no cerraron esas tiendas? O ¿Serán otros dueños? Creo que son las mismas o hubiera otro tipo de tiendas en lugar de esas.

Es increíble pasar por una calle por la cual ya habías pasado, pero hace mucho tiempo, ya me siento una viejita de un siglo y medio.
También es increíble que las tiendas sigan ahí.

Seguí viendo atenta el camino por la ventana, hasta que Aidan me llamó la atención cuando me habló.











Perdóóóóóón....

La Casa del ÁrbolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora