Entré gateando a la casa y pasé por la cocina, la madre de Aidan me vio raro también por lo que hacía, hasta se inclinó con el ceño fruncido para ver a dónde iba y que hacía, pero ya no le importó cuando tocaron el timbre de la casa.
Yo me dirigí hacia las escaleras y las subí gateando, Aidan llegó después y se puso a un lado mío, la madre de Aidan nos vio raro y abrió la puerta.
Y lo primero que vio fue una señora enojada con el freesbie en la mano, Aidan y yo nos volteamos a ver culpables, y volteamos rápidamente cuando Lauren nos volteó a ver extrañada, nosotros solo nos encogimos de hombros, ella regresó su vista a la señora.
—Buenas tardes, ¿deseaba algo? —habló amable la madre de Aidan.
—¡Sí!, ¡deseo que le diga a sus hijos que sí van a jugar que jueguen con cuidado porque lanzaron esta cosa —le enseñó el freesbiee, y mis padres y el de Aidan salieron de la cocina para ver qué sucedía, nos vieron a nosotros y nosotros solo nos volvimos a encoger de hombros— y rompieron una ventana de mi casa! —dijo enojada la doña— ¡y necesito que me la pague! —extendió su mano esperando el dinero— son cien dólares —exigió.
—Oh, cuanto lo siento, pero de seguro fue un accidente porque no creo que ellos lo hayan querido hacer intencional ¿Verdad chicos? —nos volteó a ver y negamos con la cabeza— vio —dijo amable.
—No me importa si fue intencional o no, yo quiero que me pague mis cien dólares —volvió a exigir.
—Está bien —dijo Lauren y sacó un billete de cien dólares— aquí están —se los dió.
—Gracias —respondió la señora— tome su cosa —le entregó el freesbiee— que tenga una buena tarde —dijo por último y se retiró, Lauren suspiró y cerró la puerta.
—¿Qué fue todo eso? —preguntó el padre de Aidan.
—Creo que ellos saben la respuesta —nos señaló, y mis padres y el de Aidan nos voltearon a ver, esperando la respuesta.
Yo suspiré y comencé a bajar las escaleras para explicarles qué pasó.
—Es que Aidan y yo estábamos jugando en la habitación de él, pero nos aburrimos y decidimos salir al patio, y estábamos jugando con el freesbie, pero Aidan lo lanzó mal y se fue hacia la ventana de la vecina —reí recordándolo— y el resto ya lo saben.
—Pero no fue intencional —aclaró Aidan, y los cuatro nos vieron entrecerrando los ojos.
—Está bien, ya no importa, total, la que tiene la ventana rota es la vecina, no nosotros, así que vayan a lavarse las manos porque ya vamos a comer —habló la madre de Aidan, asentimos y subimos a lavarnos las manos.
—Estuvo cerca, creí que nos iban a regañar —dije entrando detrás de Aidan al baño.
—Yo también creí eso, pero creo que fue porque estás aquí, me salvaste de un castigo —se empezó a lavar las manos.
—Me debes una —comencé a lavarme las manos.
Pero como solo había un lavamos, me lavé las manos encima de las de Aidan dejándole caer el agua sucia a él.
—¡Oye! —reclamó y puso sus manos arriba de las mías.
—Yo quiero lavarme las manos —dije y volví a poner mis manos encima de las de él.
—Yo también —repuso él y volvió a poner sus manos encima de las mías, pero yo no me dejé y puse las mías otra vez arriba, cosa que el también hizo y lo hicimos dos veces más.
—Entonces ni para ti, ni para mí —sentencié, y con la palma de mi mano le impedí el paso al agua, pero ya saben que pasa si hacemos eso, y si no lo saben, inténtenlo, es divertido.
Cuando puse mi mano para impedirle el paso al agua, salió disparada hacia nosotros, mojandonos la cara.
—¡_____! Quita tu mano —ordenó riendo Aidan y le hice caso omiso, moví mi mano haciendo que el agua se dirigiera hacia él, mojándolo más— ¡_____! ¡Basta! —ordenó.
Pero esta vez, decidí sí hacerle caso, vi que ya había sido mucho, quité mi mano y voltee a ver a Aidan, quien estaba todo mojado, no, estoy exagerando, no estaba muy mojado pero si estaba mojado.
—Esto no se queda así —dijo y puso su mano en el grifo impidiéndole el paso al agua, y haciendo que me mojara a mí.
—¡Aidan! —exclamé poniendo mis manos en la dirección que venía el agua.
—Es mi venganza —declaró riendo.
—Ok, acepto tu venganza pero ya fue mucho —dije intentando cubrirme del agua.
—Está bien, ya fue mucho —quitó su mano y me volteó a ver, y cuando me vió comenzó a reír, pues estaba mojada.
—¿Esto te parece muy gracioso Gallagher? —pregunté sarcástica.
—Si —contestó en risas.
—Ahora tendrás que prestarme ropa.
—¿Qué? Tú fuiste la que empezó esto —aclaró— además no estás muy mojada.
Lo vi mal y después busqué con mi mirada una toalla, la cual encontré y tomé antes que Aidan, me comencé a secar y Aidan buscó otra toalla y me imitó.
Al terminar dejé la toalla donde la encontré y Aidan hizo lo mismo. Salimos del baño y nos dirigimos a la cocina, entramos, nos sentamos y nos vieron raro por como estábamos.
—¿Y a ustedes qué les pasó? —preguntó el padre de Aidan con asombro.
—Problemas con la tubería —sonrreí inocente.
—Rob, tienes que ir a revisarla —le ordenó Lauren.
—No, no hay problema, Aidan y yo ya lo resolvimos —interrumpí y comencé a comer.
Después de eso, todos comenzamos a comer y a platicar dejando por detrás lo de la tubería, Puff, que nos costó arreglar la tubería, si supieran.
La comida fue: chistes, risas, carcajadas, —más por parte mía— pero eso no importa; cosas del trabajo de nuestros padres, pláticas sobre nosotros de pequeños, y bla, bla, bla, algunas miradas de Aidan, a veces sin querer lo "pillaba" como dicen los españoles, mirándome, me sonreía y sus mejillas se tornaban de un leve color rosa.
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La Casa del Árbol
RomanceSé que te gusto, que te atrae todo de mí, pero después de que pase una aventura divertida contigo, ¿terminaré enamorada de ti? _____ Jonhson. Aidan Gallagher, se ve que es un chico presumido y fresa, y de seguro es el consentido de papis, pero voy a...