Después de la comida, Aidan vio que mis padres y los de él estaban muy cómodos pláticando, así que con su cabeza me hizo una seña para que nos fueramos de ahí, yo asentí con la cabeza, me puse de pie y dije:
—Muchas gracias, ya terminé, ¿ya me puedo ir?
—¿Yo también? —dijo Aidan.
—Claro, ya se pueden ir —respondió la madre de Aidan.
Asentí pero antes de irme con Aidan, decidí levantar los platos; yo comencé a levantarlos y Aidan me imitó ayudándome, le sonreí y los llevé al lava trastes, y luego llegó Aidan con su parte, y por supuesto que no los iba a dejar así, así que comencé a lavarlos.
—Cariño, deja los trastes así, luego los lavo yo —dijo Lauren amablemente.
—No te preocupes Lauren, deja que lo haga —dijo mi madre.
—Está bien, pero que Aidan le ayude, ¿Puedes cariño?
—Claro, madre —respondió él, y nuestros padres siguieron con su interesante plática —para ellos—, y Aidan comenzó a ayudarme.
—¿Por qué no mejor yo los lavo y tú le quitas el jabón? —propuso.
—Claro que no, yo puedo hacerlo, ¿O estás insinuando que no lo hago bien? —lo vi entrecerrando los ojos, y claro que estaba bromeando con él.
—No, claro que no, yo sólo lo decía porque tú eres mi invitada, así que no tendrías que estar haciendo esto —aclaró.
—Tranquilo, sólo bromeaba, pero si quieres hacerlo, por mí no hay problema —le entregué la esponja con jabón y el vaso que estaba lavando, rodó los ojos y tomó la esponja y el vaso.
Luego de unos minutos Aidan y yo, ya habíamos acabado de lavar los trastes.
—Y... listo —dije dejando un vaso en su lugar para que se secara.
—Ok, ahora que ya terminamos ya nos podemos ir —dijo él.
—Sí, creo que si.
Comenzamos a salir de la cocina, pero antes de salir dijimos:
—¡Terminamos! —dijimos al unísono— ahora nos vamos —dije anunciando que nos íbamos.
—Está bien —nos respondieron nuestras madres.
Salimos de la cocina y nos dirigimos a... ¿A dónde iríamos?
—¿Ahora qué haremos? —preguntamos a la vez— no lo sé —volvimos a decir, y luego de eso comenzamos a reír.
—Ok, no sé qué hacer, ¿Se te ocurre algo? —me volteó a ver esperando una respuesta.
—Pues, no lo sé, no es mi casa así que no puedo opinar —dije.
—Bueno, en ese caso, ¿Qué harías si en este momento estuvieses en tu casa? —comenzamos a subir las escaleras.
—Bueno, sí en este momento estuviese en mi casa... Pues iría a mi casa del árbol, pero como no estoy en mi casa, no se puede, así que otra cosa que haría es ir a mi habitación, encender mi televisión, buscar una película, traer una cobija y traer snacks para comer en lo que veo la peli, pero como tampoco estoy en mi casa, no se puede.
—¿Y quién dijo que no? —preguntó retante.
—Bueno, yo lo acabo de decir —respondí.
—Ven —me tomó de la mano y me llevó a la puerta de su habitación— quédate aquí ¿Si?, Necesito hacer algo.
—Ok —respondí; Aidan entró a su habitación y yo me quedé afuera, esperandolo.
Ya habían pasado unos minutos y Aidan no salía, y a estos minutos yo ya me encontraba sentada en el piso recargada en la puerta de la habitación.
Ya me había aburrido, y estaba a punto de ponerme de pie y entrar a la habitación para ver qué es lo que sucedía ahí dentro, pero justo en ese instante escuché como giraban la perilla de la puerta y la abrían, y no me dio tiempo de pararme y quedé acostada en el piso.
—Lo siento, no pensé que estabas ahí —habló al verme en el suelo.
—No, no es tu culpa, la culpa la tengo yo por haberme recostado en la puerta sabiendo que en cualquier momento se puede abrir —respondí levantandome y Aidan me ayudó.
—Bueno, dejando eso de lado, ya acabé.
—De hacer ¿Qué? —me cruzé de brazos.
—Entra y averígualo —entró a la habitación y yo fui detrás.
Cuando entré a la habitación lo primero que vi fue unas cobijas como una carpita encima de la cama, me acerqué más y en la cama habían muchos tipos de dulces y palomitas de maíz.
—¿Esto es lo que estuviste haciendo? —pregunté asombrada.
—Mhmm, sí, sé que es mucho tiempo para esto, pero no podía colocar bien la "casita" —hizo comillas con los dedos.
—Te quedó linda —lo voltee a ver con una sonrisa.
—Gracias —volteo a ver la casita sonrojado— bueno, ¿qué película quieres ver? —tomó el control remoto de la televisión y la encendió.
—Mhmm, no lo sé, ¿Qué te parece Grandes héroes?
—¿Grande héroes? Sí, me parece perfecto, las damas primero —dijo haciendo un ademán con su mano para que pase primero a la casita.
—Gracias —respondí, pero antes de subirme a la cama pregunté—: ¿puedo quitarme los zapatos? —señalándolos.
—Claro —asintió, me los quité y subí a la cama y luego él.
—Ok, entonces Grandes héroes ¿verdad? —me volteó a ver.
—Si —asentí, la buscó, la encontró y la puso.
Nos volteamos a ver y nos sonreímos a la vez, mientras nos observabamos el uno al otro, acercó su mano al tazón donde se encontraban las palomitas y las atrajo hacia mí y me dijo:
—¿Quieres?
—Si —respondí yo, y tomé un puño de palomitas sin dejar de verlo. ¿Qué me pasa? no lo sé, me sonrió y volteó hacia la televisión dejando el tazón en la cama en medio de los dos, me quedé viéndolo unos segundos con expresión de extrañada y voltee a ver la peli.
—Hace tiempo que no veo esta peli —comentó comiendo palomitas— ¿sabes qué le falta a esto? —volvió a hablar.
—No.
—Menos luz —me volvió a ver sonriendo y salió de la casita. Cerró las ventanas y corrió las cortinas para que no entrara luz, luego apagó la luz de la habitación, y lo único que alumbraba era la televisión.
—Listo —entró de nuevo sonriendo.
Seguimos viendo la película mientras comíamos palomitas y dulces de los que estaban allí, estaban muy ricos y más las gomitas, no sé si ya se los dije pero me encantan.
Aparte de solo ver la película también escuchaba a Aidan que a cada minuto hablaba y no paraba de hablar, a veces me hacía reír, pero a veces me hartaba y quería que se callara, aunque me hacía recordar las veces que veía películas con Noah, ya se porqué se llevan bien.
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La Casa del Árbol
RomanceSé que te gusto, que te atrae todo de mí, pero después de que pase una aventura divertida contigo, ¿terminaré enamorada de ti? _____ Jonhson. Aidan Gallagher, se ve que es un chico presumido y fresa, y de seguro es el consentido de papis, pero voy a...