⚔️➼ 3 ⚔ ᴄᴏʙᴀʀᴅÍᴀ ʏ ᴄᴏʀᴀᴊᴇ

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Cuando la charla de Present Mic desapareció tras el ocaso, los estudiantes fueron divididos tal y como este había explicado por adelantado. Pero antes de eso, les dieron la opción de recuperar sus útiles, factores que facilitarían el uso de sus quirks durante la prueba. Y, efectivamente, Draco utilizó esa oportunidad para tomar sus dos espadas.

Eso sí, por el riesgo de tener que cambiar entre ellas en una misma mano, escogió colgar ambas sobre el lado izquierdo del cinturón para así poder desenfundarlas a mayor velocidad con la derecha. Además, también solía agarrar la katana a la inversa; más que nada, para facilitar los apuñalamientos directos y los giros abiertos.

Los estudiantes se dirigieron a los vestidores que los héroes profesionales les indicaron, y allí dentro se cambiaron de prendas y atuendos. Draco simplemente guardó su suéter en una taquilla de candado y guardó la llave en el bolsillo de su pantalón, pero, de reojo, pudo observar que el resto de chicos se sacaban la ropa y la sustituían con otra que parecía visiblemente mucho más adecuada para hacer deporte. Entre toda esa gente, fue capaz de captar todo tipo de musculaturas; desde flojas y sin maña, hasta altas y corpulentas. Aunque los músculos serían un factor a tener en cuenta, atributos como la astucia y el valor servirían mejor en la prueba.

Su tía Sakura siempre se lo decía: más vale tener maña que fuerza.

Liberándose de las telas que encerraban sus brazos, abultados y recubiertos por escamas de dragón recién sueltas, Draco se aproximó a la puerta y salió del vestidor, consciente de que aquel lugar sería el culmen a probar de su entrenamiento.

Se reunió en la zona deportiva junto a un gran grupo de estudiantes ajenos del centro, y, siguiendo las instrucciones, reacio, esperó cierto rato allí. Present Mic abarcó el lugar al cabo de ese rato, contándoles que fueron asignados en el campo de pruebas F. Señaló al minibús plateado y rectangular que esperaba a la vuelta de esquina, ordenando que se dirigiera allí y que pasaran en fila para no estorbar al resto de aspirantes que recién iban llegando al aparcamiento. Draco hizo caso a las órdenes —detestaba esa palabra con todo su ser— y, frunciendo el ceño, se coló entre los tantos que accedían adentro.

Una vez apoyado sobre la butaca del fondo, cruzado de piernas, el bus fue llenándose en cuestión de minutos. Y una vez que el bus fue llenado en cuestión de minutos, algunas personas quedaron expuestas de pie en medio del estrecho pasillo. A regañadientes, Draco suspiró en desacuerdo y se hizo a un lado, dejando un hueco para que alguien se tomara el asiento libre a su derecha.

El motor se encendió y el viaje comenzó.

Con aborrecimiento, apoyó su mentón sobre su mano y su codo lo ciñó en el marco de la ventana. Aunque, a medida que el paisaje se difuminaba tras el cristal, Draco fue capaz de apreciar el arte del campus de UA. El interés fue creciendo en su pecho de forma progresiva, embelesado por las vistas exclusivas de aquel páramo sin igual. Ya no era solo que la verdura de las plantas y el rosado de los árboles de cerezo destacara bellamente el camino, no, si no que hablaba de cómo las hojas regaban y surcaban el aire a ras del viento, dibujando un escenario dulce como pocos. Con el fondo decorado por los diferentes edificios erigidos que dictaban un régimen o status en el campus; todos ellos altos y enormes, pero diferentes debido a las bizarras estructuras que acomodaban.

ᴄᴀᴍɪɴᴏ ᴀ ʟᴀ ʟᴜᴢ《☀️ʙɴʜᴀ ᴏᴄ☀️》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora