⚔️➼ 9 ⚔ ᴇꜱᴄᴀʀʟᴀᴛᴀ ʏ ᴇꜱᴍᴇʀᴀʟᴅᴀ

174 17 68
                                    


⚔️《〡☀️〡》⚔️

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

⚔️《〡☀️〡》⚔️



El soplido del viento salpicó el paisaje urbano de los edificios, poblados por cientos o miles de ciudadanos que entraban y salían de sus supuestos puestos de trabajo, afines al dinero o a las ganancias que aquellos esfuerzos supondría para sus propias vidas, ajenas a las del resto de personas que transitaban a sus costados.

Las hojas del otoño, petrificadas o agrietadas por el pasar del tiempo, recorrieron las calles de Musutafu, con algunas siendo retenidas por las enredadas ramas de los árboles. No tenían un inicio real, a no ser que empezaran desde las raíces de una simple semilla cualquiera, y tampoco tenían un final sepulcral, a excepción de cuando se despegaban de sus tallos e izaban el vuelo, como justo ahora hacía algunas de ellas: surcando los cielos y mezclándose incluso entre las nubes; mientras que otras, las más pobres, perdían altura y caían sobre el escenario junto al enorme peso de la gravedad.

Cruzado de piernas, sentado encima de un banco de madera clara, en pleno jardín de su casa, y revestido con una armadura medieval que solo dejaba a la vista su cara, Marco Levante aplaudía en dirección a su sobrino, que estaba realizando un kata de esgrima para impresionar a su padre, Juan Levante. El joven, repleto de escamas rojas, ajustaba la altura y la separación de sus hombros, caderas, piernas y brazos hasta colocarlos en una posición adecuada, perpetuamente perfecta y que de poca falla distaba.

Los ojos de Marco, los cuales reflejaban un tono cristalino de agua dulce, se encorvaron a un lado mientras se llevaba la mano a la cabeza y se rascaba el cabello; rubio, corto y rizado. Él mismo se había encargado de monitorear el entrenamiento de Draco, y, por lo visto, la destreza y la profesionalidad con la que aquel niño de 8 años se desenvolvía era digna de admirar. Sí seguía así de fervoroso, cabía la posibilidad de que, en un futuro no muy lejano, Draco ascendiera por las escaleras de la fama y cruzase las puertas que se entreabrían ante la inmensa montaña del mundo. Y, una vez a medio camino, sería Marco quien reforzaría su entrenamiento para incrementar su rango en la lista de los mejores héroes del planeta.

El chico de su hermano nació con talento, aptitud y actitud. Eso lo enorgullecía. Podría ir con sus compañeros y amigos de trabajo para fardar de ello con total descaro.

Sakura se unió poco después al kata para demostrar los atajos y el juego de pies de Draco, el cual, simplemente, faltaba pulir todavía. Tal vez debería servirse de una semana libre en la que llevar al joven a un campo abierto de las afueras. Allí, de tío a sobrino, se aseguraría de hacerle practicar y mejorar su (muy) tergiversado juego de pies, y luego le retaría a una pelea inofensiva donde podría auxiliar apropiadamente esa tenue fisura de habilidad.

—Mejora y se adapta rápido a la situación. De tal palo tal astilla, hermano —dijo, llevándose las manos a las rodillas con una gesto de diversión.

ᴄᴀᴍɪɴᴏ ᴀ ʟᴀ ʟᴜᴢ《☀️ʙɴʜᴀ ᴏᴄ☀️》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora