⚔️➼ 1 ⚔ ɪᴍᴘʀᴜᴅᴇɴᴄɪᴀ ʏ ʀᴇꜰʟᴇxɪÓɴ

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⚔️《〡☀️ᴘʀɪᴍᴇʀᴀ ᴘᴀʀᴛᴇ☀️〡》⚔️


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Desde antaño se decía que las historias no eran más que mitos. Mitos provenientes de antiguas leyendas. Leyendas ancianas nacidas de grandes sucesos, de grandes heridas, y viejos sucesos originados por personas. Solo por esas enormes figuras históricas que vinieron al mundo con el poder para cambiarlo y rehacerlo desde cero; ya fueran buenas o malas. Dichas historias podían suceder en cualquier momento o en cualquier lugar, dando igual un inicio o un final, pues todas estas se iban conectando en una red tan extensa como la mismísima longevidad de las eras, sin descanso ni letargo. Y no sería el viento quien marcará la diferencia, pero aquél fue el inicio del final.

Todo comenzó en la ciudad de Quing Qing, en China. Durante un laborioso día de trabajo cualquiera, un bebe alumbró a los doctores con un destello cegador. Día sí y día no, lo paranormal se manifestó. Y muy rápidamente, lo especial se convirtió en algo común, y los sueños se volvieron realidad. De esa forma, la sociedad super humana fue creciendo cada vez más y más, hasta que aproximadamente un 80% de la población eran aquellos que adquirían un poder —quirk, o don— a temprana edad.

El caos se apoderó del mundo, víctima de ataques que asolaban las enumeradas calles y destruían las bellas ciudades. Y, en circunstancias desesperadas, las medidas desesperadas se plantaron delante de la puerta, formando así la profesión con la que todo chico soñaba aspirar: los héroes. Justicieros que forjaban sus propias historias en pos de un futuro ideal.

Pero esta no era la historia del héroe que salvó a su damisela en apuros, sino la del dragón que devoró al mundo.

El viento sopló en dirección norte, meciendo la superficie de las hojas y dirigiéndolas hasta un lejano paisaje. Dicha ráfaga de aire fresco rodeó los suburbios, circulando alrededor de los altos edificios de vidrieras azules que estaban apostados en cada callejuela de los divididos distritos que formaban la ciudad de Musutafu, el centro que iluminaba con esperanza a cientos de jóvenes a fin de darles su anhelado trabajo.

A plena luz del día, los haces del Sol golpeaban la tierra e infestaban el globo con cientos de colores sin nombre, pero llamados de una forma por los humanos. No se atisbaba a ver ninguna nube en aquel cielo tan limpio y despejado de ese glorioso día de primavera. Además, tampoco es que los chirriantes pitidos de los autos o las explosiones por parte de los villanos calumniaran la ciudad al completo, sino que todo el mundo parecía estar en sus puestos mientras charlaban con suma tranquilidad ante el común alboroto. Entonces, aquel viento que las hojas acunaba se precipitó contra una ventana, propiedad del instituto privado de Soumei Junior.

ᴄᴀᴍɪɴᴏ ᴀ ʟᴀ ʟᴜᴢ《☀️ʙɴʜᴀ ᴏᴄ☀️》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora