⚔️➼ 30 ⚔ ʜᴀᴄɪᴀ ᴇʟ ᴀᴍᴀɴᴇᴄᴇʀ

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¡Aviso! ¡Sorpresa al final!


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El fuego era un instrumento. Una espada de doble filo que se encauzaba por y para matar... Pero también servía para salvar y para proteger a esas personas que vivían en constante desdicha, para sacar de la penuria a los más desafortunados. Para triunfar. Shoto Torodoki había creído en lo primero por mucho tiempo, sin embargo, ya no lo tenía tan claro.

Sus sueños. Sus esperanzas. Su vida. Había sido un completo desagradecido con toda esa gente que aguantaba sus vaivenes, sin aprender de los beneficios, y por culpa de eso ahora se encontraba tumbado sobre una camilla, con un fuerte dolor de mil demonios en la frente y los costados que rugían fervientes. Estaba mareado, acalorado y sobreprotegido por emociones que nunca antes había experimentado. Levante permanecía casi igual que él, descansando con los ojos tapados y un sudor frío que caía por las vendas de su cara.

Rosa Sanz y Momo Yaoyorozu peleaban mientras tanto sobre el escenario, tras una larga espera donde descongelaron el estadio y arreglaron el cuadrilátero. Las cenizas de Levante barrieron la pulcritud, se incrustaron a ras del suelo y lo dejaron todo tan sucio que ni el charco de agua derretida del hielo cristalizado fue capaz de limpiarlo y los profesores se rehusaron a retrasar más el Festival: demasiados inconvenientes en una sola mañana. Pero hablando de cenizas, Shoto no era capaz de sacarlas de su cabeza; las alas, las espadas, las palabras que Levante había henchido bañándose en llamas lo maravillaron hasta tal punto que no pudo evitar cambiar su forma de pensar al respecto.

Sus oraciones eran montañas rusas de dudas, apiladas entre tantas, pero realistas, a fin de cuentas. Las aceptaba, las abrazaba y las empuñaba para forjar ese futuro prometedor que por tantos años se negó. Y aun así, las digería con miedo, pues sentía envidia que Levante tuviera siempre la razón, que estuviera en todo momento inclinado del bando correcto de la balanza, que hubiera encontrado el método para no reprimirse más por excusas vagas y falacias que no eran más que traumas infundados por malos hábitos de un pasado lejano.

Ya no tenía motivos para odiarse por lo que era. Si quería ser un héroe, debía olvidar a su padre y concentrarse en las metas que iba fijando para dar el máximo cada día hasta la hora de su muerte.

Las llamas podían salvar personas.

Shoto apretó los puños bajo las mantas, decepcionado consigo mismo. Ya no quiero que el odio me arruine la vida, pensaba, recordando aquellos versos que Levante dejó flotando en el aire antes de derrumbarse, antes de que él también perdiera la conciencia y tuvieran que llevarlos a la enfermería en camillas. Ojalá hubiéramos sido hermanos, de verdad que me habría encantado tenerte a mi lado para enfrentarme a mi padre y no ser tan débil. Me hubiera gustado entenderlo... Me hubiera gustado saber que no estaba solo en todo este tiempo...

ᴄᴀᴍɪɴᴏ ᴀ ʟᴀ ʟᴜᴢ《☀️ʙɴʜᴀ ᴏᴄ☀️》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora