🐉 Г ᴠᴏʟᴜᴍᴇɴ 1: ʟᴀ ꜱᴀɢᴀ ᴅᴇʟ ᴅʀᴀɢÓɴ ᴅᴇ ʟᴜᴢ
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《¡Algún día volaré como ella!》
Г Durante la eterna noche, una gélida presencia asoló a la familia de Draco Levante. Unas agudas cuchillas se bañaron en la sangre de alguien importante para él.
《T...
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La publicidad había cerrado sus puertas justo cuando Draco y compañía lograron establecerse. Las masas rugían entusiasmadas mientras el sol continuaba golpeando duramente las espaldas de los participantes. Cada uno de los cuarenta y dos estudiantes contaba con al menos dos compañeros de su respectiva clase, o no; dependía completamente de a quiénes hubieran preferido escoger como potenciales ayudantes. Sin embargo, todos coincidían que se encontraban listos para empezar con el segundo evento del Festival Deportivo, una batalla de caballería donde los jinetes serían conducidos a la victoria por sus carrozas humanas.
—¡Más vale no ser decepcionante, Hitoshi! —exigió Draco desde el lateral derecho al jinete y, por tanto, líder de su equipo, el cual le dedicaba una mirada severa tan tenaz que podría penetrar en sus oponentes con suma facilidad.
—Nací preparado para esto, Levante —le reclamó frunciendo todavía más su pálido ceño, aunque sus labios lograban desmentir su actitud exasperada, pues sonreían como todo héroe debía medir siempre ante cualquier tipo de desenfreno, por forzada que fuera su voluntad de seguir adelante.
Rosa Sanz, en el otro extremo de la carroza, rodó las campanillas de sus ojos como buen par de ruedas, mientras sus cabellos revoloteaban y se fundían con su ropa deportiva. Yuuga, por otra parte, posaba intentando mantener el estrechón de manos a la espalda para sostener el fuerte vínculo que dejaba en flote a Hitoshi. Parecía bastante difícil, teniendo en cuenta que el francés no disponía de una fuerza física excelente o una musculatura sobresaliente, pero no tenían mayor alternativa que ceder la posición del frente a quien era capaz de disparar rayos de luz desde el cinturón que pendía de sus tripas. Era demasiado útil como para degradarlo a la parte trasera, y ya puestos, Draco prefería no destacar de más por el momento, para no cautivar la atención de otros competidores potencialmente peligrosos como Shoto o Katsuki, a pesar de que también le preocupaba la capacidad defensiva de Mezo, quien protegía a Tsuyu y a Minoru encerrándolos con una vulva compuesta totalmente por sus innumerables brazos.
Ahora se arrepentía de no haberlo fichado.
Draco se relamió los labios, sin querer esperar un solo segundo más. La absoluta mayoría de líderes colgaban las puntuaciones en sus cuellos, como bufandas, aferrándose a ellas con sus manos desnudas o enguantadas de cuero. Al menos, esa absoluta mayoría tenía los ojos puestos en Izuku, quien compuso un grupo equilibrado junto a Ochako, Fumikage y una extraña chica de cabello rosado y lentes al mero estilo steampunk. Fue esta última la que hizo que Draco entreabriera los ojos con leve curiosidad, debido a los extraños mecanismos y engranajes de metal que remplazaban sus piernas por patines de acero. ¿Del departamento de apoyo? Probablemente.
La señaló de forma disimulada, y citó: —¿Esa chica...?
—Mei Hatsume —reconoció Hitoshi rápidamente, mirando en la misma dirección—. Departamento de apoyo, 1-H. Es una genio sin precedentes de la ingeniería. Ella sola diseñó la mitad de los trajes del departamento de héroes.
