EPÍLOGO

46 6 0
                                    

La vida cambia en un instante

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

La vida cambia en un instante. La aparición de una persona o alguna acción lo cambia todo.

Ya pasado casi dos años desde que entre al hospital e hice la pasantía. Han pasado casi dos años desde la última vez que vi a Helen. Han cambiado muchas cosas en mi vida. El Math que antes conocían ya no es el mismo. Ya no soy tan dulce con todos, cree un caparazón que no me gusta mucho. Pero no he logrado salir de el.

Las cosas no solo han cambiado para mí. Lau ha empezado en la universidad y va en el tercer semestre de medicina en Yale. Estoy tan orgulloso de ella. Papá decidió jubilarse junto con Lucas y me han dejado a mí el cargo de la editorial. He tenido que ser superar mucho estrés, pero papá y Lucas me han ayudado mucho en todo. Y han ayudado a Lau también. Quien por cierto me ha estado apurando desde hace dos cuadras por llamada.

—Apurate, por favor.

Lau habló desde el otro lado. Suspiré.

—Lo haré, está lloviendo así que no salgas todavía. Llegó en unos quince minutos.

Lau aceptó y corto la llamada.

Debo pasar por ella a la universidad, desde que estudia se ha vuelto la mujer más ocupada que conozco. Estudiar medicina la está matando. Pero a ella le encanta eso. Y es que en verdad la ha cambiado, se queja todos los días que la veo por sus ojeras las cuales, según ella, la hacen ver como un mapache. Le he dicho siempre que se ve como un mapache muy bonito.

Salí rápido de la editorial, el hecho de que me esté haciendo cargo de ella me ha hecho estar en la mira de la prensa y las revistas, además que una página web que habla sobre chismes me ha convertido en su tema principal. Según ella soy “uno de los solteros más codiciado de Manhattan”. Me gusta ese apodo, la verdad. Así que volví al ojo público. Salgo mucho en revistas y en periodicos y soy muy conocido por cualquier persona últimamente, eso me incómoda un poco. Subí al auto y emprendí mi viaje.

La lluvia está cayendo muy fuerte en las calles de Nueva York. Di una vuelta para pasar unas cuadras después del edificio donde vivía. La universidad a donde Lau va queda cerca.

Un mensaje llegó, tomé mi teléfono rápido para ver quién era. Baje la vista unos segundos, levante la mirada por instinto. Y lo que dije al principio se confirmó ahora. La vida puede cambiar en un abrir y cerrar de ojos. Antes no había nada en la carretera y ahora hay una chica agachada en plena calle. Frene rápidamente.

Mi cabeza quedó agachada casi cerca dle timón, mi respiración se volvió muy pesada. Levanté poco a poco mi cabeza para ver si la persona estaba bien.

Y ahí está, sigue agachada solo que ahora con las manos en su cabeza. Está adustada. Bajé rápidamente del auto. La lluvia comenzó a empaparme.

Está temblando, y se está empapando. Puede enfermarse. Me quite el saco para ponerlo sobre sus hombros, la lluvia sigue cayendo y ella no tiene ni un paraguas. Me agache para estar más cerca.

—¿Estas bien? —pregunté asustado.

Levantó su mirada un instante. Abrió solo el ojo derecho para verme. Le di una pequeña sonrisa, abrió el otro, parpadeo varias veces par a verme mejor. Por Dios, yo la conozco. Esta chica trabaja en la biblioteca. La recuerdo, hice su entrevista cuando aún seguía haciendo la pasantía en el hospital. Iba a hablar, lo juro. Pero sus ojos volvieron a cristalizarse, y no entiendo el porqué pero empezó a llorar.

No se que cara tengo en este momento pero estoy seguro que es de total confusión. No sé que rayos decir. No sé ni cómo consolar a alguien. Y mucho menos a quien solo he visto una sola vez y probablemente ni se acuerde de mí. No me he hecho cargo de la biblioteca desde hace mucho. Alguien más la administra, a mí solo me llegan informes y el dinero, claro.

Piensa en algo.

Puse mi mano en su hombro y di unas palamaditas en el.

—Tranquila, todo está bien.

La chica negó.

Y empezó a hablar. La confusión se apoderó de mí cuando la chica habló en otro idioma. Ni siquiera se que dijo.

¿Eso es italiano?

Creo que está chica está un poco loca.

Ja. No te muerdas la lengua.

Note como algunas personas empezaban a rodearnos. La chica se incomodó, lo note cuando se tenso y se puso rápido de pie. Tomó lo que parecía un teléfono en el piso. O bueno, trocitos de lo que era un teléfono.

Traté de hablar pero no lo logré porque la chica salió corriendo. Iba a ayudarla. Traté de gritarle pero la gente a mi alrededor me lo impidió.

—Oye, es Mathew Peterson.

—¡Lo es! El blog de chismes habla mucho de él.

Volteé y vi como sacaban sus teléfonos para grabar. ¿Qué de interesante hay aquí?

Me di media vuelta en cuanto note aquello. Me subí al auto y seguí mi ruta para buscar a Lau. Pero esa chica y sus ojos color miel no salieron en ningún momento de mi cabeza. Y hay que agregar que salió huyendo con un saco de diseñador que no es nada barato. Sonreí, no se que me pasa, pero me gustó verla aunque solo  haya visto una vez.

¿Seguirá trabajando en la biblioteca?

No lo sé. Espero que sí. Espero poder volver a verte una vez más, chica linda.

°°°

Después de una deliciosa cena y una película divertida, Lau se había quedado dormida. La tape con la sábana para que durmiera. No podía despertarla, casi no duerme y despertarla ahora para que después le cueste dormir sería injusto.

Subí a mi habitación, me cambié y me senté en el borde de la cama. Crucé mis brazos viendo fijamente a la pared. La chica de hoy sigue en mi cabeza.

Cerré mis ojos, sonreí. Sus ojos color miel acudieron a mi mente. Sus ojos son iguales a otros que nunca saldrán de mi mente. Tiene los mismo ojos de mamá. Sacudí un poco mi cabeza.

Ojalá hubiera dicho algo bueno.Soy pésimo consolando. ¿Qué haré cuando necesite consolar a alguien?

Caminé a mi escritorio, me senté y busque algo en mi computadora.

¿Cómo consolar a alguien?

°Escuchar atentamente.
°Evitar las frases cliché.
Puedes usar frases como, "entiendo tu dolor", "te acompañó en el sentimiento".

Apunte las todo lo que encontré en mi libreta. Con esto al menos sabré como consolar un poco.

Volví a la página principal, encontré artículos de todo tipo.

—¿Cómo consolar por watsapp, en serio? Ay no, el mundo va de mal en peor.

Baje más y más. Hasta que encontré un libro que daba consejos para consolar.

—Esto es perfecto.

Ingresé a la página y lo compre.

Su pedido llegará en dos días.

Sonreí y apague el computador.

Me acosté en mi cama viendo el techo. Ahora ya se mucho desconocida. Puedes volver a aparecerte en mi vida. Ya sabré como consolarte.

Y sin darme cuenta, en es preciso momento, cerré una etapa de mi vida y abrí otra.

En ese momento, por quien daría hasta mi último latido fue por otra persona.

Fue por ti, ojitos bonitos.

FIN

Hasta el último latido  [trilogía latidos #1] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora