15. Egoísmo

117 26 4
                                    


Egoísmo, todos odiamos a alguien así

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Egoísmo, todos odiamos a alguien así. Hasta que tú mismo empiezas a serlo. ¿Es posible odiarse a sí mismo en esa situación? ¿Debo odiarme ahora mismo? Creo que si. En serio deseo hacerlo. Pero me está gustando serlo.

Quiero ser egoísta aunque sea esta vez y poder amarlo. Quiero darme la oportunidad.

La nieve está cayendo, verla por la ventana es tan relajante. Es como si todo desapareciera con ella. Así será nuestra historia, desaparecerá al terminar de caer la nieve. Terminará con el último copo de nieve.

Tomé mi teléfono y le escribí.


Yo
Sigues aquí ¿cierto?


Su respuesta llegó a los segundos.

Math <3
Sí. Estoy en la cafetería. ¿Chocolate caliente?

Creo que su lugar favorito es la cafetería y los panes que venden. No lo negare ni lo juzgare, esos panes son deliciosos.


Yo.
Por favor.


Tome un abrigo y salí del lugar con mi respirador.Subí el elevador y llegué a la cafetería. Se que lo que estoy a punto. De hacer es lo más tonto que alguna vez he hecho.

Pero quiero hacerlo, deseo ser egoísta por un tiempo y disfrutar de su amor.

Caminé hasta poder tenerlo al frente.

Esta sentado frente a la ventana en unos sillones donde se puede apreciar el cielo. Me acerque a él y cubrí sus ojos con mis manos.

—¿Quién soy?

Rio.

—Un minion muy bonito.

Reí.

Camine y rodee el sillón para sentarme a su lado.

—Sí, eres un minion bonito.

Sentí mariposas en el estómago. Por estas cosas es por lo que deseo ser egoísta.

—Gracias —susurre.

Sentí como el calor subió hasta mis mejillas. Subí mis manos a ellas. Math sonrió y me entrego un vaso con chocolate.

—Una buena taza de chocolate con malvaviscos.

Lo tomé. Di un sorbo, está delicioso.

—¿Está todo bien? —preguntó.

Lo mire extrañado.

¿Tan notorio es que estoy nerviosa por contarle algo?

Asentí suavemente.

—Segura?

Negué.

—¿Qué pasa? —preguntó preocupado.

¿Qué pasa? Qué buena pregunta
Lo que pasa es que me enamoraste. Hiciste que algo en mi se revolviera.
¿Por qué? Estaba perfecta.

Suspiré y lo mire.

—Seamos novios —dije sin pensar.

Los ojos de Math son un dilema. No se que estará pensando en este momento. De seguro que estoy loca. Y es cierto, pero no diré nada más.

Acercó el vaso y lo olio.

—¿Tendrá algo?

Comprobó qué no era así. Estiró su mano y la puso en mi frente para comprobar si tengo fiebre.

—Estas fresca.

—Lo sé

—¿Entonces?

Reí.

—No juego. Quiero que seas mi novio.

Rio.

—Claro.

Dio un sorbo a su chocolate.

Es tan difícil convencerlo.

—Es en serio.

—¿Tú? La que me dijo que no le dijera que me gustaba porque en realidad no lo siento me dice que quiere ser mi novia. Claro.

Me cansé.

Tome sus mejillas en mis manos y acerqué su rostro al mío. Di un pequeño beso en su labios, hay un ligero sabor a chocolate. Me aleje.

—Es en serio. Dame la oportunidad de recibir tu amor.

Sonrió.
Volvió a besar mis labios.

—Haz tenido siempre esa oportunidad.

Sonreí.

Perdóname Math, por ser tan estúpida y egoísta. No quería dañarte.

Hasta el último latido  [trilogía latidos #1] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora