Contacto humano, tan necesario para nuestra existencia. Un simple toque es capaz de alterar todo nuestros sentidos en cuestión de segundos. Solo basta con un instante para lograrlo. Es necesario para mantener una relación estable. Sin embargo, existen personas a las que les asusta. No son capaces de permitir sentir el tacto de alguien más.
El frío ha aumentado en estos días. Todo está más helado.
Caminé a la habitación de Helen con chocolate caliente y una película. Dijo que estaba aburrida y que necesitaba que la fuera a entretener. Y como buen novio.
Solté una risita. Novio, que bello se escucha esto. Es el segundo día oficial de noviazgo. Llevaré la cuenta como un tonto. Como decía, como buen novio, voy de camino a verla.
Di unos golpecitos a su puerta, está se abrió con el pequeño contacto. Babi está aquí.—Hola, espero no haber tardado. —Caminé hacia su escritorio y deje lo que llevo allí. Me gire hacia ellas—. Hola Babi ¿qué tal?
Suspiró.
Está seria, su expresión me deja ver claramente que está enojada, ¿está todo bien?
No. Nada lo está.
Dirigí mi mirada a Helen, está seria y tiene los brazos cruzados. Parece como si hubiera querido defenderse de algo. ¿Qué está pasando? Y ¿por qué siento que esto tiene que ver conmigo?
No es que me crea el centro del universo, pero estoy seguro que todos sentimos cuando una situación nos incluye directamente a nosotros y ni siquiera nos hemos dado cuenta. No puedo dejar esto en incertidumbre, preguntaré.
—¿Está todo bien?
Babi me miró y sonrió.
—Lo está, pero Helen quiere decirte algo, querido.
Sonreí, miré a Helen. Su mirada está fija en Babi. La ve como si la hubiera traicionado, suspiró y me miró, sonrió.
—Lo que te quería decir es que…—Pasó su mirada un instante a Babi—. Quiero que hagamos nuestro noviazgo público.
—¿En serio?
Asintió.
—Claro, si quieres, obviamente.
Está de más preguntar. Claro que quiero, me costó hacer que ella se diera cuenta que me gusta, no puedo desaprovechar esta oportunidad.
—Claro, si quiero.
Helen me sonrió. Dirigí mi vista a Babi, su mirada es decepción. Ella no está alegre con lo que Helen acaba de decir. Siento que lo que ella iba a decir no es lo que me dijo antes. ¿Qué está pasando aquí?
Babi caminó y llegó hasta a mí.
—Felicidades Math, estoy feliz por ti.
Sonreí.
—Gracias Babi.
Dio unas palmaditas a mi hombro y una media sonrisa. Caminó para salir del dormitorio. Debo hablar con ella, lo haré después. Helen dejó salir un suspiro y luego me vio. Su mirada se quedó fija en la mía por un momento.
—¿Está todo bien? —me atreví a preguntar.
Asintió.
—Solo un desentendido entre Babi y yo. Pero ya está.
—¿Segura?
Asintió.
—¿Qué haremos?
Sonreí, caminé hacia el escritorio y tome las tazas de chocolate.
—Te traje chocolate para el frío y veremos una película. ¿Qué te parece?
—El mejor plan del universo.
Dio unos golpecitos a la cama para que me sentará a su lado. Caminé hacia ella y me acomode a su lado. Extendí su bebida y reproduje la película. Llevamos viendo casi la mitad, su mano se acercó a mí. Quiero tomar su mano al menos unos segundo. Puse mi mano a mi lado, vi de reojo como su mano se movió otros centímetros, moví la mía también.
Arriésgate, Math.
Tome su mano entre la de ella. Aceptó mi mano, entrelazó sus dedos entre los míos. Una sonrisa tonta apareció en mis labios.
Ahora puedo confirmar con toda seguridad de que lo que dicen esos libros y lo que muestran esas películas es cierto.
Tomar la mano de alguien que te gusta es único, te hace quererla más. Y querer a alguien te hace tonto, te hace un tonto enamorado.
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Hasta el último latido [trilogía latidos #1]
RomanceLos miedos nos ayudan y nos perjudican a la vez. Debemos vencerlos, y aprender a vivir con ellos. Math debe saber cómo hacerlo. Mientras lo intenta, enfrenta un nuevo miedo. Sin darse cuenta, poco a poco ese miedo se convierte en realidad. BORRAD...