Stella y su despedidaUna habitación azul con pequeños toques de blanco me rodeaban, mi padre me había dicho que a partir de hoy tendría que venir con la mujer frente a mi, había pasado unos días muy buenos, rodeada de amor y muestras de cariño de mis padres, habían pedido que todas mis comidas favoritas fueran preparadas y habían cambiado la decoración de mi habitación a una a mi elección, me habían llevado por el reino y habíamos conectado de una manera especial, mis padres se habían encargado de que un lazo padre e hija se formará, la verdad lo estaban haciendo muy bien, incluso se turnaban para cuando las horribles pesadillas volvían a mi luego de sacar a flote el recuerdo de la muerte de Daphne, cada vez que los veía entrar tenía la esperanza que en alguna ocasión quien entrara por la puerta fuese un castaño que me había traicionado, pero lo extrañaba, solo yo sabía cuánto, en estos últimos días se habían recibido cartas de amenaza de un conflicto armado de parte de Domino si no me entregaban, pero mi padre había quemado cada carta y me madre se había encargado de tranquilizar mi corazón angustiado.
Radius y Luna en verdad eran unos buenos padres, siempre dispuestos a todo para hacerme sentir que estarían detrás de mi si caían para sostenerme y lo agradecía, lo agradecía infinitamente a Daphne o a Griffin, no importaba, alguna de las dos me había guiado aquí y le iba a estar infinitamente agradecida.
—Todo lo que diga en esta sesión no va a decirse en ningún lado más, puede empezar cuando guste, princesa— aún no me acostumbraba a la formalidad y respeto con la que me trataban todos aquí, habían pasado tres días desde que llegué, pero después de decirle a mi mamá lo sucedido con Daphne había llamado a una psicóloga muy buena en solaria.
—Claro, ¿Por donde puedo comenzar?— jugueteo con la almohada del sofá en el que estoy sentada.
—¿Por qué no me cuenta de su época en gardenia?
—Me gustaba mucho vivir ahí, cuando llegamos parecía que iba a ser un buen comienzo, un lugar que prometía darnos buenos momentos, creo que así fue por un tiempo...— recuerdo los picnics y las salidas, las risas en la cocina o las tardes de juegos en la sala —Pero eventualmente algo saldría mal, siempre era así, tal vez estaba muy aferrada a ese lugar porque había conseguido más tranquilidad de la que había conseguido en otro lugar, en gardenia había un vecino odioso, su esposa había muerto no mucho antes de que llegáramos, se había envenenado por un brebaje que le dio una naturista... Desde ese momento comenzó a odiar ese tipo de cosas y era muy claro con querer mantener su distancia de nosotras.
—¿Cómo te hacía sentir estar cerca de él?
—Me aterrorizaba, si puedo ser sincera, quería salir corriendo cada vez que lo veía, pero gardenia no era un lugar muy grande... Eso es algo claro, Marcus solía decir que en un lugar como ese había que saber manejar nuestras emociones.
—¿Quién es Marcus? ¿Crees que puedas decirme?— me acomodo incómoda en el sofá, pero termino por asentir.
—Salía con él, era mi novio, teníamos algunas cosas en común y funcionamos bien por un tiempo, luego comenzó a comportarse de manera extraña, la relación se volvió tormentosa y eventualmente terminé con él.
—¿Cómo llevaste la ruptura?
—Bien, en realidad terminamos en buenos términos, luego de lo de Daphne volvió a una aparente normalidad, quería regresar conmigo pero yo no estaba segura de querer eso— me rasco el cuello aún incómoda —Paso un año y supuse que él lo había superado como hice yo, pero no, luego apareció Brandon— me muerdo el labio apartando la mirada —Le dio un giro a mi vida, fue como si hubiera llegado para iluminar un camino que él no apagó, surgió de repente con calma y me dio mucha esperanza, había llegado sin una pizca de ganas de vivir y el me había pasado las ganas de seguir, de intentar conseguir un futuro aquí, con magia, con él.
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Entre amor y profecías
FanfictionProfecías que deben cumplirse es lo único que había rondado la mente de la dimensión mágica por años, desde el nacimiento de las 6 celestiales que habían escapado de la dimensión para poder llegar a cumplir algún día su destino, la gente de la dimen...