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Reuní todos mis recuerdos minuciosamente, había algunos confusos que se mezclaban con las nuevas piezas que acababa de encontrar, otros que no tenían sentido, que podrían haber significado sueños o algo, luego todo lo que había pasado en las últimas semanas se amontonaba en mi mente, siempre repasando los detalles de cuando habían torturado a Timmy.

Escuché los pasos sobre mi, ¿Cómo iba a escapar de aquí? Ni siquiera parecía que hubiera defectos en su prisión bien elaborada, la puerta para entrar a la prisión se escuchó, tragué saliva y humedecí mis labios con mi lengua, necesitaba parecer fuerte mientras Brandon estuviera aquí, pero cuando dirigí mi mirada hacia la persona que estaba del otro lado, no encontré a Brandon, estaba la pelirroja con la que había crecido, Bloom.

-No sabes cómo esperé estar a solas contigo desde que confesaste que mataste a mi hermana- su voz suena distante, pero ni siquiera me muevo de mi lugar en el suelo, la observo desde ahí -¿Cómo fue que murió? ¿La cegaste y luego la mataste? ¿La hechizaste?

-Murio por culpa de un cuchillo- recuerdo a Gabriel pasando su navaja por el cuello de Daphne -Se desangró.

-¿Cómo pudiste?- repite en tono furioso, sus manos comienzan a iluminarse -Voy a matarte.

-Esta bien.

-¿No te importa que vayas a morir en una prisión?- me apunta apartando las lágrimas de sus ojos.

-No, ya no me importa más- respondo poniéndome de pie con las manos en alto -Ya perdí, termina con esto si es lo que quieres- su mirada me analiza aún apuntándome -Lamento mucho haber provocado esto, haberte arrastrado a esto, pero ya no tengo nada más que perder.

-¿Me arrebatas todo y aún así te victimizas?- lanzó una llamarada, pero está no llego a tocarme, recordé entonces que Brandon había dicho que no podía ser atacada con magia.

-Bloom- una voz familiar suena entre las sombras -Recuerda que debes ser más lista, en el acuerdo de su juicio tal vez puedas llegar a qué la maten, no te adelantes.

-Lo sé, Marcus- la pelirroja pasa por su lado dejándonos solos, agradecí que está vez hubiera una barrera que nos separaba.

-No te vez muy cómoda- juguetea con un juego de llaves entre sus dedos.

-Marcus- le llamé, observando que era mi único plan de escape, tenía que utilizarlo -Marcus, tienes que ayudarme.

-¿Ayudarte?

-Vas a ayudarme si no quieres que Bloom sepa que tú también estabas ahí, ahora lo recuerdo claramente, ya no puedes utilizar eso en mi contra.

-¿Por qué te ayudaría? ¿Por qué no se lo pides a Brandon?- ríe divertido desde afuera de la celda -¿No lo amabas?

-Escucha, si no me dejas salir todos morirán, vas a morir y te arrepentirás de esto.

-Me preguntó porque lo elegiste a él- el sonido de las llaves se vuelve más fuerte entre sus dedos -Yo era la opción clara, él te traicionó.

-¡Eso no importa ahora!- replico mirándolo -Tienes que dejarme salir, tengo que escapar, creo que ahora se cómo matar a Kilag, necesito tu ayuda.

-Aunque abra esta puerta, la de arriba también está encantada para que tú no puedas tocarla- se encoge de hombros y abre la puerta caminando hacia mi -¿Quién escaparía? ¿Tu y yo?

-Desde que vi a Kilag no puedo pensar en otra cosa más que arreglar mi error, pero si me ayudas entonces yo...

-¿Me amas?- interrumpe colocando un mechón de mi cabello tras la oreja.

-Escucha, cuando lo ataque en solaria pude ver sus planes, te vi morir, a ti, a todos, no puedo sacarme eso de la cabeza, lo único que pienso cuando cierro los ojos, es en Kilag, en como va a acabar esto si no hacemos nada.

Entre amor y profecíasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora