Amelia estaba cargando al segundo infectado en la carretilla que encontró dentro del cuarto del jardinero, cuando uno de los recién llegados se acercó.
El hombre era alto, fornido, de rostro amable, mirada tranquila y una sonrisa inofensiva que iluminaba sus ojos.
—¿Te importa si te ayudo? —preguntó enganchando los pulgares a las orejillas de su pantalón.
Era atractivo, fue una de las primeras cosas que pensó Amelia, unos años más joven, otros tiempos y quizás lo hubiese considerado. A quien engañaba realmente lo consideraba, no sería la primera vez que saliera con alguien mayor, claro que en ese entonces estaba intentando obtener algo a cambio.
Los ojos marrones del hombre aguardaban pacientemente una respuesta moviendo sus dedos en espera, tratando de aparentar una normalidad de conocidos que se sentía incomoda.
Allison, Daniel y Cassandra le habían contado mucho sobre ella, al menos todo lo que sabían hasta el momento, sus ataques de pánico, sus heridas y lo aprensiva que era respecto a relacionarse con las personas, y aunque quizás la mejor persona para hablar con ella seria su esposa, él se había ofrecido para hacerlo. No porque tuviera idea alguna de que hacer, sino porque la conocía, era demasiado buena con las personas, intentando siempre salvarlos incluso de sí mismos y en cuanto detectara todos los pedazos en los que esta chica estaba fracturada buscaría la forma de ayudarla, lo volvería algo personal y no se detendría hasta conseguirlo al igualo que lo hizo con él. La amaba por eso, por no rendirse con las personas, pero si Annie estaba intranquila con esta chica a su alrededor, quería saber si Sam tendría una oportunidad. Averiguar si ella quería ser salvada o estaba igual de perdida que aquel hombre de Montana.
Amelia lo observó durante un largo tiempo con los ojos entrecerrados por el sol. Unas gotas de sudor amenazaban con adentrarse en aquellos peculiares ojos dorados que lo miraban con cierta expresión calculadora. Evaluando probablemente si debía o no permitir que se acercara a ella.
Quizás no lo admitiría en voz alta a nadie que no fuera Samantha, pero aquella chica podía ponerlo nervioso solo con esa mirada.
—No, gracias —asintió finalmente regresando su atención al muerto en la carreta.
Su voz era neutral y elegante, fría, algo que sonaba extraño saliendo de aquellos labios que tiraban hacia arriba de las comisuras en una sonrisa eterna.
—De acuerdo, entonces... —carraspeó subiendo las mangas de su camisa a cuadros más allá de los codos—. Que te parece si llevamos de tres en tres, así terminaremos antes —sonrió tomando a un muerto por las axilas, ignorando el olor a descomposición que desprendían, dejándolo caer sobre el que ya estaba en la carreta—. Tranquila, yo la llevare —guiño uno de sus ojos, tomando los extremos para levantarla y comenzar a empujar los cuerpos al exterior.
Fue de reojo y muy rápido, pero juraría que una pequeña sonrisa apareció en el rostro de la chica.
——————
Un par de horas más tarde, tenían los cuerpos amontonados en la parte trasera de una de las camionetas, intentando decidir cuál sería el mejor lugar para disponer de ellos.
Cerca del final de la mañana Daniel, Allison y Taylor se sumaron a la tarea para ayudarlos a trasladar los cuerpos hasta una de las camionetas, aligerando el trabajo que, aunque la chica no dijo una palabra sobre la ayuda extra, tampoco pareció dar señales de disfrutar tener un par de ojos más observándola cada cierto tiempo, sobre todo porque Taylor no hacía nada para disimularlo.
Po otra parte, ayudo bastante que Allison se mantuviera alrededor de Amelia buscando cualquier oportunidad para empezar una conversación, lo que relajo bastante la tensión que se reflejaba en su rostro, sorprendiendo a John algunas veces cuando respondía cada una de esas interacciones con tranquilidad. Si se daba cuenta de lo que Allison estaba haciendo o no, nunca lo demostró.
—Bueno eso fue todo —anunció Taylor cerrando la puerta del cajón de la camioneta antes de limpiarse el sudor de la frente con el brazo menos sucio.
—¿Qué haremos con ellos?
—Hay un desfiladero unos kilómetros al este de aquí —informó Amelia con una mueca de dolor en el rostro, mientras movía los dedos de su mano vendada, ahora manchada con sangre fresca, probablemente suya, y sangre coagulada de los infectados—. No toma mucho tiempo llegar.
—Nosotros lo haremos, ustedes vayan a asearse y comer algo —sugirió John viendo a Taylor recargarse en el costado de la camioneta.
—Esta fue mi idea, debería ir yo —mencionó Amelia con el ceño fruncido.
—No con esa mano — Taylor intervino señalándola con la barbilla—. El dolor nubla tu mente, además del hecho de que una infección es una mala idea, ¿Qué te paso?
John hizo una mueca. El chico siempre tan directo.
—¿No les dijeron? —Amelia miró confundida hacia Allison quien se limitó a encogerse tranquilamente de hombros.
—No sabíamos si querías que ellos lo supieran.
Amelia parpadeó pensativa.
—Hey, Sam dice que la comida pronto estará lista —la voz de Cassy atrajo la atención de todos, mientras salía por la puerta principal ahora despejada—. Vaya, lucen asquerosos —arrugó la nariz con desagrado.
—Podrías habernos ayudado —Taylor sonrió entrecerrando sus ojos azules hacia ella.
—Ella no pidió mi ayuda o la suya en todo caso —Cassandra se encogió de hombros despreocupada antes de lanzarle una mirada divertida y regresar por donde llego—. Sugiero que se limpien antes de entrar a la cocina, porque si Sam no los corre, lo hare yo.
—Supongo que es una manera amable de decir que apestamos —Daniel río entre dientes caminando tras ella seguido por Taylor.
—Vamos haremos el viaje después, nos hará bien un descanso —Taylor palmeó la espalda de John en su camino, llevándolo consigo hacia las puertas, dejando a Amelia sola con Allison.
——————
—Esa chica me inquieta —confesó Taylor mientras caminaba junto a John en dirección a las puertas de cristal.
—No parece que vaya a ser un problema —John respondió mirándolo de reojo.
—No es solo eso, su lenguaje corporal. Es como si pusieras una manzana dentro de un saco de limones, destaca porque no está bien.
—Hay que darle tiempo, todos alguna vez fuimos la manzana. Tu, sobre todo.
—Por eso me preocupa. Por lo que dijeron podría desaparecer de un momento a otro. No sé porque quieren que se quede. Ese afán de Allison por querer ayudar a otros nos pone en peligro —Taylor frunció el ceño deteniendo sus pasos y los de John—. Ya perdimos un hogar John, perdimos amigos, no quiero perder lo que queda de mi familia.
—Y no lo haremos —John puso una mano sobre el hombro de Taylor para tranquilizarlo—. Este lugar puede ser un nuevo comienzo para todos.
—¿Y si nos equivocamos? —Taylor lanzó una mirada sobre su hombro, escuchando el ruido de las puertas al cerrarse.
—Escucha Tay, sé que hemos perdido demasiado, ¿Quién no lo ha hecho?, pero ayudar a las personas, darles esperanza, si dejamos de hacerlo entonces realmente habremos perdido todo.
—Nos mantendríamos con vida y a salvo —la atención de Taylor estaba sobre Amelia cuando la vio esbozar una pequeña sonrisa por un comentario que Allison había hecho.
A Taylor no le gustaban las personas que tenían mucho que ocultar, podía notarlo en sus ojos, cuando alguien sabia más de lo que decía.
Amelia fijo su mirada sobre Taylor con una expresión cuidadosa y curiosa mientras se acercaba, como si lo estuviera analizando de la misma forma que él lo hacia.
Y ella parecía ocultar demasiado.
![](https://img.wattpad.com/cover/334630614-288-k501422.jpg)
ESTÁS LEYENDO
AMELIA
Science FictionEl mundo ha sido azotado por un virus letal que acabo con un gran porcentaje de la población mundial. Amelia ha pasado por mucho para llegar hasta donde esta, no ha sido fácil y esta cansada, pero su día trae nuevas sorpresas cuando una camioneta ru...