Llegaron a su destino pasada la tarde.
Todos estaban sudorosos y exhaustos cuando vieron la enorme infraestructura de una hacienda frente a ellos. Ninguno pudo evitar la gran sonrisa que apareció en sus rostros borrando una parte del cansancio que sentían con aquel gesto.
Cassandra dejó caer su mochila al suelo con una graciosa mueca de alivio, hurgando segundos después en el interior hasta encontrare algunas botellas de agua para pasarlas a sus compañeros.
—Bien, entonces cual es el plan, como entraremos —preguntó Daniel, cubriendo sus ojos del sol para revisar los altos muros de piedra roja.
—Ustedes no lo harán, al menos no todavía —Amelia soltó su propia mochila con una pequeña mueca de dolor para rebuscar en ella una navaja de bolsillo que guardo en su pantalón en caso de que su hacha no fuera suficiente. Hizo una nota de buscar balas para el arma en la ciudad más cercana.
—¿Por qué? —Cassandra la miró con desconfiada.
—Porque las puertas están cerradas, tengo que abrirlas desde el interior.
—¿Qué estas planeando? —Allison se acercó cautelosa.
—Entrar. Es una barda de dos metros con protección eléctrica que no está funcionando y solo debo saltarla como la primera vez —Amelia se encogió de hombros.
—No sabemos si es seguro ahí adentro —Daniel frunció el ceño.
—No lo es —sonrió divertida poniéndose de pie, esbozando la misma sonrisa que solía molestar a su madre. Ella decía que era igual a la que hacia su padre cuando tenía una idea definitivamente mala.
—Espera, no creerás enserio que te dejaremos entrar ahí tu sola —Allison le impidió el paso obligándola a detenerse y mirarla cuando comenzó a caminar.
—Ya lo hice una vez, estaré bien, Ángeles —Amelia la miró con arrogancia y picardía en su rostro.
—No puedes esperar tener la misma suerte dos veces —Allison se molestó atrapando su mirada.
—Te sorprendería —Amelia la rodeó guiñándole un ojo.
Allison definitivamente no estaba feliz con eso.
Amelia colocó una mano sobre su hombro mirándola con suavidad.
—Estaré bien.
—Entonces voy contigo.
—No —Amelia respondió tajantemente borrando su sonrisa.
A todos les tomó por sorpresa la rudeza con que lo dijo, pero logro guardarlo para sí.
—No estaba pidiendo tu permiso —Allison la retó a que la contradijera.
Algo le decía a Amelia que esa chica no era alguien que se rendía con facilidad o aceptara un no como respuesta. Eso podría complicar las cosas más adelante.
—No lo hagas Ángeles —trató de razonar con ella.
—No confió en ti —Allison invadió su espacio exponiendo los dientes amenazadoramente—. Por eso te acompañare, para asegurarme que esto no es una trampa y terminaras matándote y a nosotros en el proceso. Y como recordatorio, que parece lo olvidaste, mi nombre es Allison —golpeó su hombro al pasar junto a ella para ir por su arma.
Una sonrisa involuntaria tiro de los labios de Amelia hacia arriba en medio de la sorpresa. Pocas personas solían salirse con la suya cuando ella decidía algo.
Allison era una chica interesante y encantadora a su manera, si podía reconocerlo. Incluso le recordaba un poco a su hermano, lo que le causaba cierto conflicto de si debía o no seguir tirando de ese hilo si su plan todavía era irse de aquel lugar.

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AMELIA
Science FictionEl mundo ha sido azotado por un virus letal que acabo con un gran porcentaje de la población mundial. Amelia ha pasado por mucho para llegar hasta donde esta, no ha sido fácil y esta cansada, pero su día trae nuevas sorpresas cuando una camioneta ru...