—¡Hermosa Oruga!—
Alke entra a la suite, busca por todos lados a su Omega, el último lugar al que entrá es a la habitación. Adei estaba ahí, acostado en la cama. Oliendo unas prendas de la ropa del alfa.
—¿O-Oruga?—Su tono de voz tembló.
El aroma en el aire era muy fuerte, los ojos de Alke cambiaron por completo, cerró la puerta con seguro. Intenta mantener la calma para no entrar en modo animal.
Camina hacía la cama, su nariz no deja de inhalar el aroma de su Omega. Mira fijamente a, Adei. Este tiene una expresión adolorida, mejillas sonrojadas, respiración agitada.
—A-Alke—Tira la ropa hacía un lado, se lanza sobré el alfa—¿Por qué tardaste?—Con una mirada lujuriosa empieza a desabrochar los botones de la camisa del alfa.
—Fui por tus alitas crujientes, favoritas.—Su olor es demasiado fragante, es más fuerte que una droga, pero más deliciosa.
Mi cordura está pendiendo de un delgado hilo, quiero tomarlo ahora mismo, ponerlo en diferentes posiciones vergonzosas. Entrar en el una y otra vez hasta que nuestros cuerpos convulsione de placer.
La respiración de Alke se está volviendo más agitada, sus manos también se ponen en movimiento, empiezan a desvestir al joven ansioso y frenético Omega.
—¡Dámelo rápido!—Desliza su shorts de algodón junto a su boxer.
Gatea hacia en medio de la cama, moviendo seductoramente sus delicadas y bonitas caderas. Alke lamió sus labios al ver cómo ese lugar se contrae y escurre mucho líquido que vendría siendo lubricante natural, producido por el Omega, quién estaba en celo.
—Pica mucho—Separa sus piernas.
Adei esta tan excitado que, cada vez que respira o habré sus labios, humo sale de ellos. Cómo si estuviera allá fuera, bajo la tormentosa nieve.
—A-Alke—Lo llama—¡Darte prisa!—Siseo.
—Dejame seguir apreciando de la maravillosa vista—Traga grueso, saliva se deliza por las esquinas de sus labios. En verdad, parecía un perro.
La cosa en sus pantalones de Alke, está palpitando violentamente, le grita que lo saqué de ese apretado boxer.
—¿Te gusta lo que vez?—Sonrie medió tonto.
—¡Si!—Alke se quita las últimas piezas de ropa.
En los ojos de Adei, se formaron unos corazones al ver esa gran espada que, se había estado escondiendo en los pantalones de Alke. Pero, que ahora está a la vista y al alcance de sus manos.
—Lo...quiero—Señala el erecto y duro miembro de Alke—Ponerlo aquí—Con timidez llevo sus manos a ese dilatado y mojado lugar, con los dedos separa la blanda carne.
Alke no podía retirar la mirada de ese lugar, ver cómo se expande con la ayuda de Adei, y de como se estremece y sale más líquido, eso encendió aún más al alfa.
A ciegas y con torpeza se puso el preservativo, era admirable que, aún embriagado de esas exquisitas feromonas, el seguía un poco racional. Cuando sentía que estaba perdido la cordura, se inserta las uñas, ya sea en los brazos o en las largas y seductoras piernas.
—Quiero seguir viendo este lado tuyo—Sube a la cama—Es tan sublime la manera en la que, te tocas para mí—Jadea—Pero no creó soportar más, ¿Tú tampoco puedes?—Se arrodilla en medio de las piernas de Adei.
—No, ya no puedo soportar—Jadea.
Es la primera vez que lo veo en celo, se ve tan malditamente sexy, desde su expresión hasta el estremecimiento de su bello cuerpo. Ese hermoso color de ojos, está nublado e inquieto por querer sentirme a dentro.
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No quiero decirles adiós [Finalizada] [AlfaxBeta]
General FictionInició; 12/07/2022 Finalizo 07/04/2023 ¿Como puede el destino tener tanto poder sobre el corazón de una persona? el juro que me amaría toda la vida, que vencería su destinó, que su amor era más fuerte que eso. Todo eso fue una vil mentira, el mismo...