capitulo 34

3.1K 386 40
                                    

Las puertas del portón se abrieron de par en par, dándole paso a las dos camionetas cerradas que venía llegado al lugar, el portón se volvió a cerrar.

Por fin estoy en mi hogar, mi corazón ya no está ansioso, será porque aquí está el hombre del cuál estoy enamorado, ya quiero ver su rostro. ¿Qué expresión pondrá al verme?

Las camionetas fueron estacionadas, esperando que no despertarán a las personas que dormían.

—Llevar las cosas adentro lo más silencioso posible—Bajo del auto, en su mano solo lleva una gran bolsa de regalo.

—Bienvenido joven maestro—Susurra Fer y Flavio quienes visten pijamas de pareja, eran las cuatro de la mañana. Todavía falta una hora y media para comenzar con la limpieza en la villa.

—Vuelvan a descansar—Dejo su abrigo en el parchero, se quitó los zapatos para ponerse unas pantuflas, subía las escaleras hacía el tercer piso.

Con sumo cuidado camina por el pasillo, se detiene en la puerta de la habitación de la persona que tanto anhelado ver durante más de cinco días, quiere tocar la puerta pero se detiene y da media vuelta.

No puedo perturbar su sueño, falta poco para que amanezca esperaré un poco más para ese entonces. Suspirar, que pasen rápido las horas, ya quiero ver su mirada. Espero que hoy en el hospital nos den buenas noticias.

—¡Xander!—Frote mis ojos, cuando pude visualizar a la persona enfrete de mí. Sus ojos dorados me veía con un brillo que no podían ocultar.

—¿Lo desperté?—Corre rápidamente hacia klaus.

Tenerlo así de cerca hace que mi corazón palpite como loco, esa mirada hipnotizante, su cabello color lila. Todo eso es lo que tanto extrañe.

—Me levanté para ir al baño, cuando salí para volver a dormir, escuché los ruidos del auto. Luego los pasos afuera de la habitación. ¿No iba a tocar?

—Si quería...pero no iba a despertarlo—Frota su cuello—Por eso seguí mi caminó.

Qué nervios, mis manos están sudando. Mi corazón no se controla para nada, klaus puede escuchar mi palpitar.

Lo sentí llegar desde el principio, estuvo de pie fuera de mi puerta como cinco minutos. Mi corazón se sentía agitado esperando con ansias que tocará pero cuando no lo hizo entonces fui yo quien abrió la puerta.

—Bienvenido—Nerviosamente juega con los dedos de sus manos.

Esto es más difícil de lo que creí, tenerlo ahora así de cerca esto me pone más nervioso que cuando hablamos por teléfono. Mi estómago se siente revoloteante.

—Estoy en casa—Sonrie de manera deslumbrante—Esto es para usted—Le entrego la bolsa de regalo.

—¿Qué es?—No pesa nada.

—Es para el pequeño grano de arroz.

—Gracias....

—Lo extrañe—Xander besa la mejilla derecha de Klaus. El beta se sorprendió al mismo tiempo que su rostro hizo erosión por lo rojo que estaba.

Desde ese día cuando nos besamos mi corazón se descontroló, y se descontrola cada vez que Xander me mira o me dice cosas como estás que me toman desprevenido.

—Puede golpearme—Acerca su mejilla—Hice eso sin permiso, estoy listo para las consecuencias.

Klaus cubrió su boca para evitar que Xander lo escuchará ya qué no podía verlo porque tiene sus ojos cerrados. En vez de golpearlo, el beta toma en sus manos el rostro de Xander, deja un casto beso en los labios del alfa.

No quiero decirles adiós [Finalizada] [AlfaxBeta]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora