O B S E S S I O N

3

POV SEHUN

LuHan comentó vivir solo mientras estudiaba en Corea, descubrió que el hombre del que tanto se había obsesionado ni si quiera era un ciudadano coreano y la verdad eso le preocupó de algún modo, no quería un día simplemente dejarlo de ver porque por motivos ajenos a él tuvo que volver a China. El rubio sonreía mientras le contaba que sus padres eran personas ocupadas, doctores y por ello siempre se vió bastante solitario pero eso era algo que no le molestaba en lo absoluto, estaba acostumbrado a la soledad y eso de algún modo le dió la impresión de que tenían algo en común.

El departamento de LuHan era justo como se lo había imaginado, una clara paleta de blancos y entre todos el negro resaltaba por hacer un notorio contraste, el sofá era cómodo y parecía que el menor tenía una manía por el orden y la limpieza, el lugar olía muy bien. LuHan le invitó a tomar té sentándose en el sofá de enfrente mientras conversaban pero eso solo lo llevaría a un tema que le costaría mucho tomar o era solo por no saber cómo explicarlo sin sonar como un maldito psicópata.

— ¿Tú trabajas cerca de la escuela? Te he visto más de una vez por ahí.

La forma tan simpática en que abordó el tema le hizo pensar que era una persona demasiado amable, sonaba tan espontáneo que no pudo evitar sonreír apenas alzando una esquina de su venenosa boca.

— En realidad el lugar me queda a una hora de mi casa y del trabajo a unas calles algo distantes.

Parecía no comprender o solo estar confundido pues eso no explicaba que hacía afuera de su escuela cada maldita tarde, si lo supiera en primer lugar ni si quiera lo hubiera invitado a entrar a su departamento. El menor no pensaba rendirse con facilidad pues luego de dar un pequeño asentimiento continuó curioseando.

— Eso no explica que haces ahí cada tarde.

Aquello sonó adorable por la timidez con la que hablaba, timidez y quizás un toque de inseguridad, ¿Ya había dejado de ser de confianza ante sus ojos? Moría por saber cuales eran los pensamientos que su rubia cabecita formulaba. SeHun bebió otro sorbo del caliente té mientras trataba de extender la conversación lo más posible, pero parecía imposible con esa maldita tensión sexual que le hacía sentir.

— Supongo que no, pero creo que no es algo que te gustaría saber.

El brillo en sus ojos seguían cautivando al mayor, más al ver que ahora estaban mucho más inquietos y quizás si era bueno adivinando,  se encontraban asustados. El menor tragó saliva y negó mostrándose tan frágil, tan irresistible ante los ojos del mayor que tuvo que acercarse a sus verdaderas intenciones.

— No entiendo a qué te refieres. No me conoces para saber qué es lo que me gustaría o no.

— Lo único que debes entender es que tengo tiempo observándote LuHan.

— ¿A-a mi?

— A ti.

La voz ronca de SeHun era contrastante al silencioso ambiente, era gruesa y brusca, pues en cada respuesta era tajante y directo, en conjunto con la pesada mirada sobre el menor. En verdad era aplastante para el más bajito que a simple vista parecía que cada vez entendía menos. SeHun dejó el té en la mesita de centro.

— P-pero, ¿Por qué a mi?

— Porque me gustaste desde el primer día en que te ví, LuHan.

El rostro ajeno se sonrojo furiosamente, parecía tomárselo con sorpresa y también con algo de pena; era apenas un mocoso de diecisiete años así que no era sorpresa verlo tan tímido y sumiso. El silencio en el ambiente no fue incómodo para SeHun pues seguía observando como el rubio intentaba decir algo desde lo más profundo de su ser.