EPÍLOGO

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POV GENERAL

Un día de tantos después del viaje a la naturaleza estuvieron pensando con constancia sobre lo que debían hacer con sus vidas a partir de ahí.

¿Volverían a lo mismo? No. Vivir juntos sin título oficial ya no era suficiente, querian más que eso pero el primero en dar el paso fue de hecho la primera persona que desde años atrás había deseado el matrimonio para ambos.

LuHan había llegado temprano a casa y por supuesto, tenía planes de tomar un baño y preparar la comida con toda la calma del mundo. Cuando estaba en la florería había recibido una llamada de su novio donde le avisaba que llegaría un poco tarde por la carga de trabajo, el nuevo proyecto que fue impulsado e ideado de hecho por su maravilloso novio había sido un éxito y eso lo hizo recibir mucho reconocimiento, como trabajo extra. En opinión de LuHan, valía la pena pues su SeHun se estaba convirtiendo en un hombre muy exitoso y finalmente las personas se daban cuenta que él era un hombre inteligente y entregado a su trabajo.

Vaya sorpresa se llevó cuando al llegar la casa estaba completamente oscura. Las cortinas cerradas le daban un tono lúgubre, pero eso terminó cuando se dió cuenta que desde la entrada había veladoras y un camino de pétalos de rosas rojas. Casi se pone a llorar, había flores, su hogar ahora parecía un jardín precioso pues había muchos ramos de todo tipo de flores. Él por supuesto no se perdió la oportunidad de ir por el camino de pétalos en el suelo, las velas señalando el camino lo ayudaron a guiarse. Al llegar a su destino en la mesa de centro que se encontraba en la sala de estar, notó que ahí había un lindo florero con una sola flor distinta a las que decoraban su hogar, contenía un papel amarrado en el tallo, así que rápidamente y con curiosidad tomó la flor que reconocía como una margarita blanca entre sus manos para olfatear su olor y mirar el contenido del papel.

“ Mi amor, acepta esta margarita blanca que sin duda sabes bien su significado. Pureza e Inocencia, ¿Te recuerda a algo? Sí, ese era el LuHan que conocí en aquella escuela, un niño hermoso que irradiaba inocencia y pureza. Sé que ese niño aún se encuentra dentro de ti, puedo verlo todos los días, cada vez que veo tú fé en mi y en tus ojos LuHan, tus hermosos ojos. Nada es más puro que eso. Aún si yo ya los he manchado con perversidad, sigues siendo el mismo niño puro e inocente solo con una mirada. ”

LuHan ya tenía los ojos cristalinos al leer aquél trozo de papel, su novio no solía ser detallista pero cuando se dedicaba a hacerlo le llegaba al alma. Luchó por no desmoronarse ahí mismo y por eso decidió que era hora de seguir el camino de rosas. No soltó su margarita, por supuesto, simplemente fue adelante y sí, ahí en la mesa del comedor se encontraba otro bonito florero con una sola flor adornando. Llamó demasiado la atención por el color rojo intenso de esa rosa. Con suma delicadeza la tomó con sus manos y así desenvolver el papel que debía leer.

“ Ahora te entrego esta hermosa rosa que sin duda describe mi amor pasional por ti, sabes que el deseo carnal ha sido el primero en destacar desde nuestro primer encuentro en tu antiguo departamento, mi deseo no pudo ser paciente y quiso tenerte aún si tú no estabas listo para eso. El deseo carnal que existe y se palpa en el ambiente es fuerte, irrompible y créeme, eterno. Es una promesa amor, tú y yo haremos el amor siempre, hasta muy viejos y cuando nuestros cuerpos no puedan más. ”

Nuevamente tenía la mirada fija en la tinta roja del papel, sus ojos eran cascadas, las lágrimas brotaban una por una mientras un ligero sonrojo se dejaba en evidenciar. LuHan negó y abrazó sus flores con cariño, moría de amor por ese hombre, lo amaba tanto. Y no dudaba el hecho de que nunca volvería a sentir un amor así, él era su único amor y no pensaba ponerlo a discusión. Después emprendió camino a dirección de la habitación, todo seguía estando muy oscuro pero gracias a las veladores podía ver por donde caminaba sin tropezar. La habitación se veía sola, temió no ver a su SeHun pero aún sin embargo no demoró en llegar al mueble al lado de la cama, se sentó y se percató de hecho que hasta la cama estaba llena de petalos rojos. Todo había sido hecho con mucha dedicación, no podía sentirse más emocionado por los esfuerzos de su amor. En la cajonera había de hecho un florero bonito, con una hermosa Peonia blanca, LuHan conmocionado la sostuvo pues en la florería no era común ser comprada. Era el tipo de flores que se pedían con anticipación, por sobre pedido ya que solo se usaba en bodas.

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