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POV GENERAL

LuHan era una persona bastante razonable y entendía que SeHun tenía su propia vida, que podía hablar y hacer amistades con quien se le diera la gana pero algo que jamás pensó que vería con sus propios ojos sería una conversación con una persona ajena a él y además pronunciara más de dos palabras con ella. SeHun parecía conocerla de hace un tiempo pues por lo que le contó ese trabajo lo tiene desde que era muy joven.

Y lo que más le molestaba de todo era que la muy descarada se le insinuaba sin ningún tipo de vergüenza.

SeHun seguía algo desconcertado por su pregunta pero aún a pesar de ello le respondió con toda la naturalidad del mundo y con esa expresión inmutable de siempre.

— Me gustas tú LuHan, ¿Realmente importa si soy gay o bisexual?

Gracias a aquello los celos fueron disminuyendo y algo dentro de él controló a la fiera en su interior.

— Yo soy gay.

SeHun asintió.

— Eso lo sé.

— O sea que tú sabes eso de mi y yo de tí no sé nada.

La risa del mayor le orilló a crear un mohín adorable que hizo que SeHun se doblegara y dejara las risas para sincerarse.

— Está bien, la verdad eres el único hombre. Antes de ti siempre estuve con mujeres.

— ¿Siempre?

Los absurdos celos del bajito le obligaron a soltar aquello como reclamo ¿Y es que cómo no iba sentirse inseguro si era el único hombre? Si se hartaba de pito seguramente lo tiraría como trapo sucio y usado. La expresión del menor era la más triste y en ese momento se preocupó. Ambos cruzaron la calle hasta llegar a una plaza comercial concurrida y ahí SeHun lo detuvo tomándolo de los hombros.

— No siempre LuHan, cuando estuve con mujeres no fue como contigo.

— ¿Cómo es estar conmigo?

LuHan estaba apunto de echarse a llorar y no le importaría ni un poco hacerlo en público.

— Somos exclusivos, vivimos juntos y a pesar del tiempo separados nunca me metí con nadie más, contigo hay amor y... Por más sexo que tengamos no puedo tener suficiente de ti, siempre quiero más.

LuHan estaba hecho un mar de lágrimas mientras hundía su rostro en el pecho ajeno avergonzado de sus tontos e injustificados celos, los brazos de su hombre lo envolvieron para darle refugio y consuelo. LuHan estaba en verdad sensible por lo mucho que había extrañado a SeHun y ver aquello con esa mujer desató al niño berrinchudo que guardaba en su interior. Era egoísta y quería a SeHun solo para él.

SeHun no entendía porque su pequeño estaría preocupado por su sexualidad pero tampoco indagó demasiado en ello porque ahora todo estaba aclarado y su chico había dejado las lágrimas para sonreír alegremente. Pasaron la tarde juntos paseando hasta que SeHun tuvo que dejarlo a unas calles de su departamento donde lo esperaba su madre y tras un regaño de SeHun por haberle dejado en visto los mensajes varias veces, se besaron por largos minutos, la necesidad de volver a su clásica danza de lenguas era indomable y por ello disfrutaron explorando sus bocas para así llevarse el recuerdo exquisito del momento. Al final la poca luz del día les orilló a posponer la sesión de besos por lo tarde que se estaba haciendo y con una promesa de otro reencuentro se despidieron.

— LuHan. — El menor detuvo su andar a unos metros de él y miró al mayor curioso.

— ¿Qué pasa?

— Espero que vuelvas a casa pronto.

La sonrisa del menor definitivamente era una llena de sentimientos hermosos que solo su SeHun provocaba cuando decía cosas tan lindas y conmovedoras.

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