O B S E S S I O N

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POV SEHUN

Esa madrugada despertó con el cuerpo pálido de su pequeño completamente desnudo aferrándose a su cuerpo, le adornaban unas cuantas marcas de propiedad repartidas por todo el cuerpo evidentemente por la forma brusca en que lo había tomado la noche anterior. La oscuridad de la habitación no ayudaba a aclarar aquellos detalles pero aún así ahí estaban mostrándose con ligereza, la luz de la luna bañaba la piel blanquecina del menor y SeHun no podía sentirse más hipnotizado por su belleza.

Molesto por no poder quedarse con su pequeño un rato más besó su alborotado cabello antes de ir directamente al baño a tomar una ducha matutina. Aquel día el turno en su trabajo fluyó con normalidad y como ya era costumbre que su compañera de trabajo se le insinuara pudo lidiarlo, le ignoró desviando el tema y evitando así todo tipo de cercanía.

SeHun había dejado de pensar en tetas y vaginas desde que el menor llegó a su vida, el cuerpo del chico de ojos miel lo tenían realmente obsesionado pensando en todo tipo de formas de poseerlo así que mirar a una aburrida mujer dejó de ser interesante. El menor al llegar a casa le había comentado que hablaría con Miyoung para disculparse él mismo en persona así que seguramente las cosas se calmarían o al menos dejarán de estar tensas.

Los días pasaron y su LuHan había planeado con antelación una gran cena donde asistiría Miyoung acompañada de su esposo, se había esforzado tanto además dejar la casa hermosa y presentable para visitas. El menor había dejado el tema de trabajar sorprendentemente y lo agradecía, no le gustaba nada la idea de verlo trabajando cuando nunca en su vida lo había hecho. De alguna manera hacerse cargo de los gastos de la casa lo hacía sentir que estaba cuidando adecuadamente de él.

El menor se había puesto ropa que tenía tiempo sin verle, los pantalones ajustados podía evidenciarle al mundo que había todo un festín solo para él y esa camisa color blanco que destacaba la belleza de sus clavículas lo tenían atento, la verdad parecía que su chico iba a salir o algo por el estilo.

— ¿No es demasiado LuHan?

— No. — Arrugó la nariz desaprobando mi comentario. — Voy a disculparme de esta manera.

— Ya lo habías hecho.

— Shh, quiero agradarle.

El mayor asintió apenas ligeramente mientras volvía a escanear el aspecto del pelicastaño realmente fascinado.

— A mi me agrada mucho como te ves hoy, ¿Dónde está mi premio?

El pequeño saltó para llenar de besos cortos a los labios demandantes de su chico, se colgó a su cuello y continuó con la sesión de tiernos besos hasta que golpearon la puerta, alarmando por ese hecho el más bajito lo soltó y se arregló el cabello antes de atender la puerta. La sonrisas de Miyoung iban todas dirigidas al pelicastaño pues ella realmente lo había encontrado sumamente atractivo soltando comentarios bobos que a SeHun le hacían rodar los ojos.

— ¡Hola! Vaya, mira que guapo es el chico de SeHun. Mira LuHan, te presento a mi esposo.

La mujer era descarada y coqueta, su hermoso castaño había entendido la lección por lo que los celos se quedaron en el pasado y saludó a la pareja de ésta misma. El esposo de Miyoung era un hombre alto, con cabello un poco largo pero que ataba en una coleta.

SeHun se encontraba de pie detrás del menor, saludó a su amiga pero cuando su hermoso castaño saludó al hombre que le acompañabas notó algo que no le terminó de cuadrar. Algo en la mirada que le dirigió a su pequeño le hizo recordar un poco al monstruo de Jongin y es que la belleza de su LuHan no era algo que podría ignorar ni un hombre que se llame de pies a cabeza heterosexual. Lo justificó durante la cena pensando que quizás era un poco como su amiga, que tenía una personalidad coqueta, ¿Pero realmente era así?