Delirio (LM #3)

02. ¿Reunión?

02. ¿Reunión?

Ella es de besos heavy
y orgasmos de rock and roll
- Anónimo

Lilith Greco

Sonreí divertida viendo a Lucas y Carl, dos de los niños de mi clase, dejarse peinar por Lucia y Fátima. Estaban jugando a los peluqueros o algo así.

Era la hora libre y los pequeños solían ser muy revoltosos. Sobre todo Eclipse y Axel, que siempre estaban discutiendo.

—Eres muy rara —le aseguró Axel, un niño alto y rubio.

—¡No soy rara! Solo pienso, no como tú. ¿A qué no sabías que hay islas de plástico en el mar? ¡De plástico!

—Chicos... —advertí, ellos me miraron con amplias sonrisas.

—Solo estamos hablando, Lil —aseguró Eclipse.

—Pero si estamos peleando...

—¡Shh! —le frenó ella.

Axel cerró la boca y asintió con convicción. Solté una risita y los dejé seguir. Preparé las fichas para la hora siguiente, donde tendrían que colorear los días de la semana, mientras los vigilaba y me aseguraba de que estaban bien.

***

Esta vez, Dominic llegó completamente puntual. Recibió un par de miradas de las madres, pero él realmente solo le prestó atención a su hija. Me saludó con un simple «hola» muy impersonal y se llevó a Eclipse mientras ella le explicaba con bastante indignación sobre las islas de plástico.

Bajé del coche, pero antes de que pudiera ir al ascensor, recibí una llamada de Ava. Fruncí el ceño confundida, la listilla no solía llamar.

—¿Estás muerta? —cuestioné cuando me llevé el aparato a la oreja— ¿Lev lo está?

—No, pero necesitamos una reunión de La Manada.

Alcé las cejas.

—¿Qué ha pasado?

Llevábamos tres años sin hacer mucho como grupo, nada de investigaciones a cerca de Rotland, ni de salidas revolucionarias. Estaban todos excepto Asher, Abi y yo en la universidad. Abi acabó la carrera el año pasado, se saltó un curso. Además, Ava había estado muy liada con la escritura de su tercer libro, tenía que publicarlo pronto. Sus lectores (y yo, para qué mentir) estaban ansioso por saber la continuación de la historia.

Con lo inocente que se ve y escribe escenas eróticas que realmente te hacían perder la cabeza.

—Mi tío no puede quedarse quieto —gruñó—. De todas formas, no puedo hablar de esto por teléfono. Lev, Val y yo iremos este fin de semana, Ex también. Avisa al resto y quedamos el sábado en tu casa, ¿vale?

—Aquí las órdenes las doy yo, listilla —bromeé, subiendo al ascensor. La escuché reír—. Bien, nos vemos el sábado. Yo aviso a Abi y Ash.

—Genial. Nos vemos.

Colgué el teléfono y me detuve un piso menos del mío. Caminé hasta la casa que los gemelos y Abi habían comprado, aunque ahora solo vivía ella allí, y toqué el timbre. La cachorra se graduó en Ciencias políticas con matrícula de honor y saltándose un año, pero actualmente trabajaba en un supermercado ya que no había encontrado un puesto en lo suyo. Espero que lo encontrara pronto.